PROVOCATIO: La memoria selectiva del Reino

…no somos libres de celebrar o conmemorar lo que un pensamiento crítico e informado demandaría, sino que estamos atados a ese discurso oficial diseñado por los grandes operadores políticos de las élites económicas y que se implementa mediante el sistema educativo guatemalteco. El discurso permitido, nos indica qué debe celebrarse y qué no, e incluso, qué debe ignorarse por completo. Un pueblo sin memoria, es como un barco sin brújula y, por ende, objeto de las más pueril de las manipulaciones.
José Alfredo Calderón

Historiador y analista político

¿Se ha puesto a pensar por qué celebramos y/o conmemoramos unas fechas con toda pompa, otras apenas y muchas más pasan inadvertidas para el guatemalteco promedio?

En mi opinión, lo anterior tiene mucho que ver con la historia oficial, esa “historia permitida”, la que nos enseñan en las escuelas y colegios desde pequeños, alejada, por supuesto, de cualquier expresión de pensamiento crítico.

En esta entrega, el punto central es intentar llamar la atención sobre dos acontecimientos en particular, cuyo aniversario se acaba de cumplir y pasó totalmente desapercibido.

Este mes se debería haber conmemorado públicamente las Jornadas de Marzo y Abril de 1962, pero al igual que varios años, pasará inadvertido para la mayoría de ciudadanos, a pesar de constituir la movilización de protesta social más importante, después de la invasión norteamericana de 1954.

Lo anterior es particularmente relevante, porque con la destrucción de las conquistas revolucionarias, se aplastó la organización social y política contestaria contra el régimen, pero desde las cenizas, el pueblo encontró formas de organizarse y rebelarse, dando una lección histórica. Al respecto, puede revisar mi artículo: «Las Jornadas de Marzo y Abril de 1962, una conmemoración relegada» https://cronica.com.gt/provocatio-las-jornadas-de-marzo-y-abril-de-1962-una-conmemoracion-relegada/

En dicho artículo sostuve que: “Los acontecimientos importantes suelen celebrarse cada año de acuerdo con los imaginarios sociales establecidos por las élites dominantes de cada época y lugar, las cuales, proyectan sus narrativas para que estas sean apropiadas por la población, según la conveniencia de sus intereses”.

La saga de estos acontecimientos apegados a un interés sistémico, empieza con la versión romantizada del supuesto encuentro de dos mundos: Europa/España con el nuevo continente, cuando cualquier persona medianamente ilustrada sabe que fue invasión y despojo, con demostraciones brutales de violencia contra la población indígena.  La celebración del 12 de octubre (1492) empezó llamándose el Día de la Raza, luego de la Hispanidad y finalmente, los descendientes de los pueblos originarios, retomaron su propia historia y lo denominaron la Conmemoración de los 500 años de lucha y resistencia indígena.  Precisamente, es a partir de esta apropiación, que la visibilidad de los pueblos se vuelve cada vez más incidente desde 1992, junto al movimiento de mujeres, respaldados ambos con los Acuerdos de Paz firmados en 1996.

Con la Independencia que nos venden y nos «convidan» a celebrar con toda pompa y protocolo, pasa otro tanto, pues muy pocos conocen el Plan Pacífico de Independencia, documento mediante el cual se gestó la liberación de España para que quedara únicamente la oligarquía criolla a cargo de la dominación.  Este plan fue urdido 3 semanas antes de la famosa pero espuria Acta de Independencia que la mayoría conoce. Al respecto puede conocer más en estos dos artículos: https://cronica.com.gt/provocatio-entre-mentiras-y-traiciones-de-independencia/https://cronica.com.gt/entre-mentiras-y-traiciones-de-independencia-2a-parte-y-final/

El otro acontecimiento que quiero destacar, y que también pasó inadvertido, es la constitución de la República de Guatemala el 21 de marzo de 1847; no por vanagloriarla, pues como la mayor parte de los momentos históricos de Guatemala, no es motivo de orgullo ni celebración, pero sí de conocimiento obligado, tanto a nivel escolar como universitario. Desconocer el origen de la República es como ignorar el origen putativo de lo que nos enseñaron como “patria”.

Lo que intento enfatizar es, que no somos libres de celebrar o conmemorar lo que un pensamiento crítico e informado demandaría, sino que estamos atados a ese discurso oficial diseñado por los grandes operadores políticos de las élites económicas y que se implementa mediante el sistema educativo guatemalteco. El discurso permitido, nos indica qué debe celebrarse y qué no, e incluso, qué debe ignorarse por completo. Un pueblo sin memoria, es como un barco sin brújula y, por ende, objeto de las más pueril de las manipulaciones.

Ya veremos cómo pasa a la historia la hermosa gesta de octubre de 2023, cuando los pueblos originarios y los sectores populares, aparentemente no organizados, como los habitantes de la Bethania, dieron una lección histórica comparable únicamente con las Jornadas de Marzo y Abril de 1962, así como las expresiones de lucha organizada urbana de 1977 a 1982.

Las masas no tienen las herramientas formativas de los que hemos tenido el privilegio de una educación superior. Tampoco han tenido las condiciones de vida que les hubiera permitido acceder al estudio sin tanta angustia familiar y, mucho menos, la dicha de conocer un método sistémico para el estudio de la Historia y el análisis de las lecciones que brinda.

Lamentablemente, la academia es apenas un lunar en el conjunto de fantasmas de este territorio; y para más INRI, está divorciada de la sociedad y se mantiene en su torre de marfil de cavilaciones y elucubraciones etéreas y exquisitas, que solo sirven para alimentar el ego de personajes ajenos al cambio, y peor aún, indiferentes al dolor de tanta gente.

Espero hayan disfrutado de la primera gran pausa activa del año. La enajenación sistémica les espera en el mismo lugar donde la estacionaron.

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