PROVOCATIO: A un pueblo así, le corresponde un gobierno así.

La masa supuestamente indignada por el vil engaño de la vacunación, solo alcanza a fijarse en el desorden y la ineficiencia gubernamental, pero no en la abyección planificada que está detrás. Tristemente, la perversidad de este gobierno es directamente proporcional a la ignorancia de una población desorientada, manipulada y temerosa.

José Alfredo Calderón

Historiador y analista político

La masa supuestamente indignada por el vil engaño de la vacunación, solo alcanza a fijarse en el desorden y la ineficiencia gubernamental, pero no en la abyección planificada que está detrás. Tristemente, la perversidad de este gobierno es directamente proporcional a la ignorancia de una población desorientada, manipulada y temerosa.

La ineficiencia y desorden de los equipos de los dos últimos gobiernos, no es tanto producto de la improvisación sino de una perversión debidamente planificada. El corrupto e incapaz necesita de acompañantes de similar naturaleza que solo acusen fidelidad al negocio, ni siquiera a la persona.

No existe lealtad entre estas clicas puesto que lo único que los une, beneficia y sostiene, es la voraz corrupción y la impunidad. El negocio es lo más importante, por eso la tremenda rotación en este gabinete, jamás vista en tan poco tiempo.

Desde que el Pacto de Corruptos se amplió y fortaleció y dio paso a la Alianza Criminal, la cantidad de fusibles descartables se disparó, porque también los negocios crecieron mucho. Al respecto puede consultarse mi artículo intitulado Porosidad Inédita del 18 de junio de 2020: https://cronica.com.gt/provocatio-porosidad-inedita/

Desde 2019 advertí que la llegada de Giammattei planteaba una situación más delicada por la cantidad de castrenses montados en su viejo y rentable proyecto. Ni siquiera el gobierno de Otto Pérez tuvo tantos militares en cargos civiles; se habla de 74 o más. Clicas familiares como los hermanos Melgar Padilla no salieron al final del mandato de Jimmy Morales sino que se aliaron con nuevos clanes, como los hermanos Dedet Kasprowitz. 

¿Por qué es importante hablar de la presencia castrense en el actual gobierno?

Por su experiencia en la guerra y el ejercicio del poder de 1954 a 1985 de forma directa y durante el período llamado Apertura Democrática, de formas menos obvias, pero igual de efectivas. Las viejas tácticas para dividir a la ciudadanía mediante manipulación, cooptación y desacreditación; para elaborar campañas de rumor, desorientación y miedo, regresaron con más fuerza. Solo veamos la cantidad de desinformación que circula hoy en redes.

Durante la guerra se sembró el terror y se diseñó un plan contrainsurgente dirigido al siglo XXI, post firma de una paz que sabían les afectaría y tendrían que adaptarse. Conscientes que, una vez instalado el miedo, en la paz solo necesitarían de ciertos mecanismos de control y manipulación para desorientar y someter.

Pero esas viejas argucias derivadas de una estrategia bélica basada en la Doctrina de Seguridad Nacional, necesitaron reinventarse de cara al nuevo siglo, para ese lapso llamado “de la paz” pero que, en realidad, ni siquiera significó el silenciamiento de los fusiles, pues ahora las armas –cada vez más sofisticadas y letales– siguen muy activas por el acenso del crimen organizado, encabezado por la narcoactividad, luego por los negocios con las élites y ahora incrustado muy abiertamente en los tres organismos del Estado.

Desde mayo de 2020 he venido señalando que la estrategia de comunicación perversa del gobierno se hizo más ordenada. A las viejas estructuras militares, se les unieron dos personajes clave: Poll Anria y Kiff Nava. Para variar, la mayoría de los ciudadanos pasaron de noche con el tema, mientras unos pocos, solo rascaron la superficie inquiriendo por el monto de sus salarios, el renglón presupuestario en el que estaban contratados y demás formalidades relacionadas con su contratación. Fuimos muy pocos quienes escudriñamos las funciones subterráneas de estos personajes, más allá de las que suelen mencionarse en los contratos.

Respecto a las tácticas y estrategia de comunicación del “nuevo” gobierno, escribí diversos artículos e impartí algunas conferencias el año pasado. La llevás del jueves 27 de mayo de 2020 https://cronica.com.gt/provocatio-la-llevas/ y El Perverso Arte de Marear la Perdiz del jueves 11 de junio de 2020 https://cronica.com.gt/provocatio-el-perverso-arte-de-marear-la-perdiz1/ así como el artículo del mes de mayo en la revista Crónica impresa: Ahora Resulta que la Culpa es de la Plebe. Advertí en su momento que, por burdas que parecieran las tácticas comunicacionales, resultaron muy efectivas.

Si un gobierno era previsible, era este: un candidato con media docena de campañas electorales previas, antecedentes penales y una presencia inusual de militares en tiempos de supuesta paz. Giammattei no había cumplido los 4 meses cuando el suscrito alertaba sobre las mencionadas tácticas de comunicación: 113 días Crónica de lo previsto: https://cronica.com.gt/provocatio-113-dias-cronica-de-lo-previsto/

Anria y Nava explotaron el Síndrome Dunning-Kruger (https://cronica.com.gt/provocatio-el-sindrome-de-dunning-kruger/) y lo demás fue, como dicen los gringos: piece of cake.  Después de 15 meses de gobierno, la figura del presidente está dañada pero mucha gente ya dejó de preguntar dónde está dinero y por increíble que parezca, hay una buena cantidad que todavía le da el beneficio de la duda.

El proceso para atolondrar a la gente incluyó de todo. Primero crearon un símil del presidente con el Hombre Rubios, personaje que está en todo y es mágicamente capaz. La excesiva exposición pública, cansona para el ciudadano acucioso, pero eficaz para una masa amorfa y manipulable.

Las cadenas mezclaron cortedad en el mensaje con abúlicas peroratas largas e insulsas, sin data confiable de respaldo. Luego, las contradicciones entre el discurso oral y el escrito (incluyendo la normativa cambiante) que terminaban por confundir constantemente al ciudadano promedio y que sigue siendo tendencia como sucedió con los mensajes confusos de vacunación.

El manejo de un discurso infantil: “si se portan bien, les traeré buenas noticias” o la creación de personajes como “doña Chonita” terminaron por aderezar una estrategia perversa tendiente a la desorientación, manipulación y control.

Desde un inicio, la estrategia fue invisibilizar la irresponsabilidad presidencial en el caos que estamos, su desdén por la ciencia, así como evitar la exposición de la galopante y escandalosa corrupción en plena pandemia. Finalmente, tocó victimizarlo generando la imagen de un médico sensible pero cansado y asediado por los politiqueros de siempre (él excluido, por supuesto); un presidente al que le quieren dar golpe de Estado y sus colaboradores no le ayudan; alguien que hace su mejor esfuerzo pero que malos guatemaltecos lo boicotean; alguien que da todo pero que el resto de los funcionarios –ingratos– van en sentido contrario.

La guinda en el pastel fue endosar la culpa del caos a la plebe, y no a la incapacidad y corrupción de él y su gobierno. Lograron azonzar  a muchos y posteriormente, la lógica reacción de desobediencia desordenada fue la excusa perfecta.

Ahora ya no necesita de la febril exposición pública del año pasado y su gabinete se encarga de asumir el desgaste respectivo. Mientras tanto, la corrupción continúa galopante en connivencia total y absoluta con las élites económicas y el poder narco-militar

Esta Semana Santa, un ejemplo más de la perversión de Giammattei y sus clicas: subrepticiamente y sin aparición del mandatario, llaman a vacunarse por medio de redes sociales particulares y no fuentes oficiales, teniendo el cuidado de generar incertidumbre por lo nebuloso de las instrucciones, lo cual, como es lógico, generó caos y malestar. 

En el alboroto, ahora se sabe por denuncias de algunos congresistas, que de las 69,229 personas que ya recibieron el medicamento, hay 3 mil proveedores del Estado, 17 contratistas y 3,774 pertenecen a empresas privadas, la mayoría empleados de ingenios de azúcar, agropecuarias y  empresas de gas (información proporcionada en una citación por las propias autoridades de salud). Por cierto, hasta la madre del flamante excandidato presidencial de CREO, Julio Héctor Estrada, hizo su respectiva fila para ser vacunada. ¡Ah! estos “liberales” que viven criticando lo público, pero no escatiman ningún esfuerzo para beneficiarse del Estado.

De refilón, generan la imagen de haber iniciado la vacunación masiva y que este gobierno está haciendo maravillas, razón por la cual, convocan a sendas conferencias de prensa el martes 6 de abril recién pasado para hablar del milagro económico guatemalteco, como si no fueran las remesas y el dinero ilícito el que mantiene a flote este bello paisaje.  Así mismo, el Canciller muestra la amistosidad de Ricardo Zúñiga (consejero de Biden para la región) quien en la conferencia de prensa conjunta no menciona ni la corrupción, ni la impunidad, ni la cooptación del Estado, ni la captura de su sistema de justicia.  Por el contrario, sí menciona lo “colaborativo” del gobierno de Giammattei y la “amistad” de las dos naciones.

La masa supuestamente indignada por el vil engaño de la vacunación, y en la esperanza, ahora, de la millonaria compra de la vacuna Sputnik, solo alcanza a fijarse en el desorden y la ineficiencia gubernamental, pero no en la abyección planificada que está detrás: la mano que mece la cuna. Tristemente, la perversidad de este gobierno es directamente proporcional a la ignorancia de una población desorientada, manipulada y temerosa.

Finalmente, hago propias las palabras de Carolina Vásquez Araya: “En sus 14 meses en el cargo, Giammattei ha sido un vivo ejemplo del servidor más abyecto al sector empresarial organizado, desde donde se describen los caminos más tortuosos para convertir el país en despojo institucional, carente de seguridad jurídica y en manos de una burocracia improvisada y corrupta.”

Y, sin embargo, en el país de las élites depredadoras, todo tranquilo y sereno en el reino…