José Alfredo Calderón: TAXIDERMIA POLÍTICA PARA EL 2019

(Primera parte).

José Alfredo Calderón

Historiador y observador social

En el artículo anterior advertí sobre el “Remix 2015” que se nos viene para las elecciones del año entrante. “…Los mismos ‘partidos políticos’, los mismos personajes funestos, nuevas siglas de partidos “reencauchados”, los mismos tránsfugas con diferente camisola, los mismos planes y programas reciclados, bajados de internet o elaborados por consultores de ocasión a un precio módico”, finalizaba mi artículo. Pues ahora les contaré como está la fauna política, cual oferta reciclada de abarrotería de barrio pobre. Inicio con los partidos que cuentan con más afiliados (cantidad entre paréntesis)[1].

  1. Unidad Nacional de la Esperanza –UNE– (92,259). De corriente socialdemócrata (centro-izquierda en teoría), ha competido desde las elecciones de 1999, en alianza primero y luego solo a partir de 2003. Hizo gobierno de 2008 a 2012. Sandra Torres es el personaje “emblemático” del partido y parte de su gabinete fue apresado por señalamientos de corrupción, incluyendo al ex presidente Álvaro Colom. Actualmente tiene una representación de 29 diputados en el Congreso.
  2. Partido de Avanzada Nacional –PAN– (42,166). Grupo conservador de derecha y pro empresarial que Inició como Comité Cívico a inicios de los ochenta (Plan de Avanzada Nacional). Hizo gobierno 1996-2000 con el recién fallecido Álvaro Arzú Irigoyen quien ya había participado en 1990 y antes fue electo alcalde en las elecciones de 1985. Durante el gobierno panista se privatizaron los servicios públicos y se firmó la Paz. Los Arzuístas abandonan el partido y fundan el Unionista. Actualmente, tienen 3 diputados en el Congreso (Manuel Conde Orellana, Eduardo ZachrissonCastillo y Fernando Linares Beltranena). El “dueño” de la actual franquicia del PAN es Juan Guillermo Gutiérrez, primo de los Gutiérrez Bosch, con quienes han mantenido un largo conflicto.
  3. Vamos por una Guatemala Diferente –VAMOS– (34,884) El partido “nuevo” del médico Alejandro Giammattei Falla, quien antes compitió dos veces para alcalde municipal capitalino (1999 y 2003). Luego ha sido 3 veces candidato a la presidencia: 2007 con la GANA, 2011 con el partido Centro de Acción Social –CASA– y 2015 con FUERZA. Al pelearse con este último formó el partido VAMOS. Estuvo privado de libertad por señalamientos de ejecución extrajudicial en el famoso caso PAVO REAL (Granja Penal Pavón). Siempre ha estado ligado a posiciones conservadoras de extrema derecha. Sorprende el crecimiento tan rápido de este partido cuando la experiencia de otras organizaciones demuestra lo complicado que es el reclutamiento de afiliados.
  4. Gran Alianza Nacional –GANA– (32,199). Organización de corte conservador y derecha política. Sus principales dirigentes fueron Jaime Martínez Loayza y Manuel Barquín, ligados a proceso penal en el caso Lavado y Política. El año pasado trataron de reciclar el partido y llamarlo CRECER. Pese a que el secretario general de ese comité pro partido Fulbio Ludvin Pérez de León, aseguró que es un movimiento “nuevo e incluyente”, la nómina del Comité Ejecutivo Nacional incluye a excandidatos y alcaldes de otros partidos como Compromiso Renovación y Orden (CREO) y el extinto Libertad Democrática Renovada (LÍDER), muchos de los cuales tienen señalamientos diversos de orden penal. La GANA a su vez, es una derivación del PAN y se organiza para lanzar la candidatura de Oscar Berger en 2003, haciendo gobierno en el cuatrienio 2004-2008. Al igual que todos los partidos que han hecho gobierno, su pésima gestión los relega a la mínima expresión por lo que, como única salida, buscan el reciclaje con otro nombre pero los mismos mañosos.
  5. Unión del Cambio Nacional –UCN– (29614) El dueño de esta franquicia es Mario Estrada de ingrata recordación con el FRG, siendo su candidato en las elecciones presidenciales de 2007, 2011 y 2015. Partido que se autodefine como “liberalista y nacionalista, de centro derecha”, aunque en realidad, más que poseer un talante ideológico, es una organización bisagra que sirve a intereses varios, siempre en el espectro conservador de la escena política. Es el reciclaje de lo que fue la Unión del Centro Nacional (mismas siglas actuales), fundado por Jorge Carpio Nicolle en 1983, quien fue asesinado en 1993, después de lo cual, el partido quedó a la deriva. La poca fuerza que conserva se concentra en el departamento de Jalapa.
  6. Frente de Convergencia Nacional –FCN– (26,475). En riesgo actual de cancelación por financiamiento ilícito durante la campaña de 2015, es el partido oficial. Agrupación promovida por los militares de línea dura de la Asociación de Veteranos Militares de Guatemala –AVEMILGUA– Con muy escaso capital político, logró crecer con base al transfuguismo y junto al presidente Jimmy Morales, están señalados penalmente, lo cual incluye al hijo y hermano del presidente, con fuertes rumores que más miembros de la familia presidencial están incluidos. Se ha escrito hasta la saciedad sobre los innumerables desaciertos de la administración actual, así como la vergüenza pública por las pocas luces de sus funcionarios y los hallazgos de corrupción.
  7. Compromiso, Renovación y Orden –CREO– (26,444). Otro partido conservador de derecha que en sus inicios emerge como una alternativa moderna pero que, más temprano que tarde, muestra más de lo mismo. El dueño de esta franquicia es Roberto González Díaz-Durán quien fungió como ministro de Energía y Minas del gobierno de la GANA y presidente del Instituto Nacional de Electrificación –INDE–. Antes había sido Concejal en la administración Arzuísta (2004). Candidato a alcalde capitalino dos veces: En 2007 con la GANA y luego en 2011 con el recién creado CREO. En el 2015 fue candidato presidencial en alianza con el UNIONISTA de Álvaro Arzú.

En la próxima columna continuaremos con esta taxidermia política que demuestra la reciclada oferta que nos depara el año entrante.


 

 

[1] Por cierto que si se hiciera una auditoría forense en cada “partido”, se encontraría que muchas firmas no corresponden a los DPI, que hay personas que no saben que fueron afiliados a esa agrupación política o que simplemente ya se inscribieron en otra. Los partidos que ya hicieron gobierno mantienen una alta afiliación porque en el ascenso, los oportunistas de ocasión se afilian.