ENTREVISTA: «El presidente se desentendió del problema de la pandemia…»

La visión del analista Cristhians Castillo (IPNUSAC) sobre el problema de la pandemia

Esta entrevista tuvo lugar antes de que la fiscal general, Consuelo Porras, destituyera, sin argumentos válidos, al fiscal Juan Francisco Sandoval, por lo que el caso no fue abordado. El tema central de la conversación gira en torno al manejo de la pandemia por parte del presidente y el sector de salud pública.

Enma Ryes

El investigador, docente, analista y fundador del Instituto de Análisis e Investigación de los Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos de Guatemala (IPNUSAC), Cristhians Castillo, nos comparte su perspectiva sobre temas relacionados a  la crisis sanitaria que vive el país, el abuso de imponer estados de Prevención, y destaca la falta de liderazgo de las autoridades.

En su opinión, son múltiples los factores que han hecho que Guatemala se encuentre con rezago a nivel regional.  A continuación, un resumen de lo conversado:

¿Cuáles han sido los aciertos y desaciertos que el presidente Alejandro Giammattei ha tenido durante todo este tiempo que llevamos de pandemia?: Específicamente, en los aciertos en el tema de la pandemia se dieron en la primera semana cuando se da a conocer el primer caso de contagio de covid-19.

En esa ocasión me pareció que el presidente asumió un liderazgo de la institucionalidad del Estado para tener una respuesta integral respecto a la crisis sanitaria que se estaba generando, pero eso duró muy poco tiempo.

En las primeras semanas se vio un compromiso del presidente para atender esta problemática, pero eso desapareció cuando se le empieza a presionar y se produce el cambio de autoridades de salud, que estaba integrado por personas de su confianza. No soportó la presión y remueve a la cúpula del ministerio.

Otro desacierto fue que él mismo se desentiende de la emergencia que vive el país. En una conferencia de prensa, Giammattei indica que ya perdió mucho tiempo en el tema del covid y que se va a dedicar a gobernar y que la responsabilidad de los contagios es de los guatemaltecos. A partir de ese momento se desliga del liderazgo de orientar la política pública sanitaria y eso ha agravado el desastre que hoy vemos con el aumento de contagios y la falta de vacunas.

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¿Qué opina del Estado de Prevención que ha sido utilizado para evitar manifestaciones y no los contagios?: Los estados de Prevención son la forma tradicional de actuar del actual gobierno. Los empezó a imponer antes de la pandemia. Días después de haber asumido, Alejandro Giammattei impone estas medidas en varios municipios del país.  Desde entonces se vio con mucha claridad que la dinámica era el control de la sociedad.

Con la llegada del coronavirus se declara Estado de Calamidad Pública como también medidas de control social.

Tenemos que aclarar que este último Estado de Prevención fue muy mal planteado por el presidente, pues las limitaciones a los derechos de la población se deben limitar a ser un mecanismo que coadyuve a la política sanitaria para evitar contagios.

Está totalmente comprobado que la población guatemalteca es totalmente desordenada, no respeta la norma, no respeta la autoridad. La sociedad guatemalteca debe estar consiente para romper cadenas de contagio como las medidas de confinamiento.

Asociar el tema de las protestas de los fines de semana con la discusión de la enfermedad, es hacer una mezcla poco afortunada de una medida que es efectiva para atacar la pandemia, pero la vincula en un tema de gobernanza, como es el descontento hacia su administración. Las medidas de prevención no son para evitar contagios sino para vulnerar derechos constitucionales, y eso es lamentable.

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¿Qué opina de que el Presidente critica el sistema Covax, pero no menciona el ilegal contrato de compra de vacunas Sputnik?: Es un tema mal abordado por la administración del presidente Alejandro Giammattei. Recordemos que, desde el momento en que se desliga de la política sanitaria, prácticamente desaparece un rostro que se haga responsable del combate a la pandemia.

La ministra ha jugado un papel muy burocrático y poco político. Se nota que es técnica, pero que no sabe manejar el componente político del cargo. Mientras el presidente desaparece de la escena pública y en sus pocas apariciones, obvia lo relacionado al contrato de las vacunas compradas a Rusia.

Las vacunas Sputnik V han llegado literalmente a cuentagotas, a pesar de haberse pagado 8 millones de dosis por adelantado. Uno de los fracasos de la administración de Salud, de cara a la vacunación masiva.

La ausencia de información oportuna, transparente y creíble respecto a esta negociación es lo que más ha generado desgaste al presidente y a la ministra de Salud porque ninguno de los dos logra aclarar a profundidad lo que se hizo. Aunque hay que decir que el mandatario está siendo salvado por las donaciones, que representan tres cuartos partes  del total de vacunas que están circulando en el país.

Ante esta situación, Giammattei no ve la importancia de aclararle a la población guatemalteca que está sucediendo con los fondos ya invertidos.

La ministra ya entró en un espiral de cansancio que es el único tema que le interese a la opinión pública y a los medios de comunicación, y caemos en algo peor, porque ya hay una resistencia por parte de ella a dar información confiable.

La ayuda se acabará y la urgencia de las vacunas rusas empezará de nueva cuenta.

¿Considera que las autoridades se justifican por la confidencialidad del contrato para evitar abordar acciones escondidas en esa negociación?: No podemos especular, pero es importante que se involucren la Contraloría General de Cuentas y la Procuraduría General de la Nación para darle seguimiento a las negociaciones. Es inaudito que un contrato de esa dimensión sea solo responsabilidad de la ministra de Salud y que esas entidades no hagan acompañamiento a un negocio de tal magnitud.

Es urgente que se realice una auditoría, sobre todo en las cláusulas del contrato.

La población más rural de pueblos originarios es la que menos protesta por la falta de acceso a las vacunas ahora, pero más adelante será la que exija las vacunas rusas, cuando se terminen las donaciones.

Se ha pedido la anulación del contrato con Rusia y que se prioricen otras vacunas, ¿Considera que es importante rescindir de esa negociación?: Si está contemplado en las clausulas habría que ir a esa parte que le permita al Estado rescindir del contrato y recuperar el dinero, pero no hay claridad de lo que se firmó

 La exigencia en este momento es que se haga una proyección real de cuando se deben exigir las vacunas rusas porque ahora estamos cubiertos por las donaciones. Un cronograma de envíos por parte del fondo ruso, real y creíble, permitiría ver si se cumple la estrategia de vacunación anunciada.

Varios grupos de la sociedad civil han convocado convocando a manifestaciones todos los fines de semana, pero las mismas no han sido de gran magnitud como las del 2015. ¿A qué se debe?: Quisiera creer que la poca participación en las manifestaciones es por el tema de la pandemia. Se ha visto que este tipo de actividades pueden convertirse en un espacio de riesgo sobre todo si no se respetan los protocoles de bioseguridad.

El presidente Giammattei ha demostrado no ser proclive a aceptar manifestaciones o protestas. A pesar del mal manejo de la política sanitaria en el combate a la pandemia, no hay causas o un destape de un hecho de corrupción que comprometa al presidente o su círculo más cercano para causar un levantamiento por indignación tan grande como hubo en 2015.

¿A qué se debe que la ciudadanía no salga a protestar con fuerza?: Lo primero que es que nos acomodamos, pensamos que la democracia es responsabilidad de otros y cada cuatro años una buena parte de la población firma un cheque en blanco.

Entonces, se cumple con ir a votar y luego hay un desentendimiento de los temas públicos, eso ha ido cambiando en los últimos años, pero todavía hay mucho desinterés en el nivel de involucramiento entre sociedad civil y Estado para enfrentar las dinámicas institucionales y sociales del país.

Los gobiernos no son acompañados por la población y se creen libres de actuar como quieran.  El mandato de revocatoria bien planteado podría ser una herramienta para que los políticos sean más responsables en los puestos públicos y exigir así a las autoridades mejores resultados.