Una Cuba fría

JUAN MANUEL RODRIGUEZ2


La muerte de Fidel Castro ha reavivado el debate sobre si el sistema implementado funciona o es fallido, si Fidel fue bueno o malo, si Cuba está mejor por la revolución o antes de ésta. Y aún hay personas que persisten en decir que Cuba hoy es ejemplo y que a Fidel se le deben los grandes logros que algunos proclaman, olvidando que muchos de esos datos se habían conseguido antes de la Revolución. Me encontré con artículos de todo tipo en las redes sociales, así como información sesgada muchas veces, datos interesantes, que definitivamente aportan a la discusión porque bien sabemos que hay opiniones diametralmente opuestas y muy encontradas.

Cuando viajé a Cuba hace unos años, me sorprendí de ver cómo era una ciudad que estaba congelada en el tiempo. Se mira bastante abandonada: los edificios tienen un aire melancólico que añoran tiempos dorados, con construcciones que recuerdan un pasado glorioso, pero que hoy, son solamente un vestigio de lo que alguna vez fuera. El capitolio, el Gran Teatro de la Habana, el Gran Hotel. Lugares que son majestuosos y están dedicados para un sector turístico. Pero el cubano no vive en estas estructuras. Viven en condiciones paupérrimas, hacinados dentro de estas ruinas que fingen con su arquitectura neoclásica y ecléctica, que todo está bien. Por dentro, se podría decir que son una especie de lo que acá se conoce como palomares. Se han dedicado a conservar calles de la Habana Vieja dejando las vitrinas decoradas tal cual Disneyland, recreando tiempos de añoranza: al fin y al cabo, Cuba le vende al turista melancolía. Y ellos lo saben. El problema es que todo es un mero show montado donde disfrutan los turistas, pero los cubanos no tienen derecho –jamás– a vivir esa experiencia. 

Lo primero que noto es que el nivel educativo de la gran mayoría es alto. La persona que nos recibe en el bus y nos narra el recorrido, tiene una licenciatura en historia. Su forma de referirse a todos los monumentos y calles de la ciudad denota cultura y un nivel que no es común, pues se podría asociar, en otro país, que está sobre calificada para el trabajo. Concepciones que tiene uno en un mundo capitalista. ¿Pero, de qué sirve tanta licenciatura si no se traduce en desarrollo? Son bibliotecas dormidas.

Conocimos un área donde viven personas privilegiadas: médicos y personas que se quedaron en su casa viviendo, lo cual marca un conflicto en un país que pretendía ser la máxima expresión del comunismo, pues, aparentemente, se ha manejado una meritocracia para destinar residencias privilegiadas a ciertas personas. Pero podría empezar el conflicto cuando se quiera definir ¿qué es un mérito o no? ¿Cuál será el nivel de calificación? Por una u otra razón, existen diferencias sociales y económicas, por lo que, el plan no salió tan bien que digamos.

El doctor vive en una casa llena de lujos y novedades –si viviéramos en 1955–. Quedó como estaba en tiempos de Fulgencio Batista, y aún conserva, con polvo y pinturas descascaradas, un aire elegante que se respira en la que fuera una de las ciudades más modernas de Latinoamérica.

Fuimos a Varadero. Los hoteles del área son tipo all inclusive. El turismo representa, obviamente, uno de los sectores más importantes para este país. Los cubanos te atienden y ese es su trabajo: la hospitalidad. Lástima que ellos jamás sabrán cómo se siente del otro lado de la historia, pues tienen prohibido quedarse en los hoteles. Es un país en el que todo lo bueno, se lo reserva al extranjero. Porque, de igual forma, nunca tendría un cubano el suficiente dinero (ganando 24 dólares al mes, aproximadamente) para disfrutar en uno de los hoteles paradisíacos de sus bellas playas, o un buen daiquirí en Floridita, donde tanto le gustaba a Ernest Hemingway.

Una gran parte de los cubanos no se ven contentos: ellos están hartos de tener que trabajar en los diversos sectores, pero no poder gozar ningún beneficio por su trabajo. ¿Sistema de salud admirable? El sistema de salud está en crisis; muy diferente es que la educación para medicina es muy buena desde antes de la revolución. En 1957, Cuba ocupaba el tercer lugar en Latinoamérica de países con el mayor número de médicos. A lo que se han dedicado es a exportar médicos, pretendiendo con eso ganar dinero de los países capitalistas que ellos tanto critican. Pero los mandan en masas, y cobran onerosamente, pero el médico cubano no lo ve en su pago. Luego de varias décadas, puede que pasen a tener el mérito de vivir en las casas de la cuadra que les mencioné. Y por eso los mismos médicos y deportistas lo ven como un escape de la isla. Salir a dar vueltas y conocer que se puede vivir en un lugar donde se respetan, aún con problemas en todos los sistemas, por lo menos, los derechos fundamentales. 

¿Qué pasará con la muerte de Fidel? Nada. Raúl sigue a cargo y las cosas pareciera que no van a cambiar. Más bien, la entrada de Donald Trump obstaculizará los avances que retomarán la relación entre Cuba y Estados Unidos, con un tibio Obama que lo que logró fue más mediático que cambios tangibles. Ánimo, Cuba, porque queda esperanza de que volverán a ser ese país fuerte y ejemplar, donde se volverá a tener recursos para darle el brillo a esa ciudad que hoy está dormida pero molesta, esperando pronto a despertar.