‘TuMuni’: Muertes que indignan y encienden alarmas por algo que puede ser peor

No es suficiente el comunicado manifestando profundo pesar por la muerte de dos trabajadores de Empagua. Hay que investigar, deducir responsabilidades… y más.

Gonzalo Marroquín Godoy

Las lluvias nos traen toda clase de tragedias, muchas de las cuáles son inevitables, mientras que en otras puede haber negligencia y responsabilidad de las autoridades competentes por no tomar las medidas de prevención necesarias, como parece ser el caso de los dos empleados de Empagua que murieron arrastrados por una correntada mientras trabajaban cerca de un colector por Próceres.

En los últimos días pude saber que dentro de la propia empresa municipal de agua existe malestar por las circunstancias que rodearon la tragedia y que algunos compañeros de los fallecidos critican a las autoridades por no tomar siquiera las medidas mínimas de prevención.

Se justifica la indignación mostrada en las redes sociales, pero preocupa el desasosiego que hay dentro de Empagua.  En contrapartida, la respuesta de las autoridades no pasa del sentido pésame expresado por el alcalde Ricardo Quiñónez, sin ninguna explicación sobre lo ocurrido y, mucho menos, anunciando una pronta investigación de lo sucedido.

El hecho es que ese día Ludwin Orlando García Alejandro y Jorge Antonio Ortiz Coche, junto con otros tres compañeros, fueron enviados a realizar un trabajo de mantenimiento normal en un pozo de absorción en la zona diez, en medio de un tupido invierno, sin el equipo necesario y sin que algún superior fuera ser capaz de percatarse del peligro al que los exponían.  ¿El resultado?: Una correntada los arrastró y por suerte tres fueron rescatados a tiempo.

Este hecho amerita una investigación independiente y la inmediata intervención del Ministerio Público (MP) para determinar si hay responsabilidad penal por parte de las autoridades por no velar por la integridad física de sus trabajadores y actuar con negligencia.  Lo triste es que ya sabemos de qué pie cojea el MP con sus amigos los oficialistas.

La jerarquía dentro de Empagua parte de una Junta Directiva que encabeza el propio alcalde Quiñónez y luego la Gerencia General es quien ejecuta.  En este caso la profesional Crista Foncea, quien tiene buen perfil académico y regular experiencia profesional, aunque  absolutamente nada de ello vinculado con el trabajo técnico que debe ejecutar al frente de una compleja empresa de servicio público, con gigantesca responsabilidad hacia los vecinos.

Para dar un ejemplo, es como si yo contratara para jefe de Redacción a un médico con varias especialidades, pero que de noticias no entiende ni papa. Es como darle una pistola cargada a un niño.

No me puedo imaginar siquiera las razones para nombrar a ese delicado cargo a alguien que no tiene el perfil ideal, pero en política vemos todo el tiempo a muertos acarreando basura, pues muchos nombramientos se hacen por intereses personales, amiguismo o pago de favores, sin tomar en cuenta que en el sector público se debiera aplicar igual o mayor rigurosidad que en el sector privado, en cada una de las contrataciones.

Nunca es un buen momento para una tragedia como esta, pero por otro lado, es posible que esto abra los ojos de las autoridades municipales para que rectifiquen el rumbo.  No pueden seguir tapando el sol con un dedo con un problema que es infinitamente más grande, como es el colapso que puede darse del sistema de colectores de la ciudad capital.

Basta recordar todo lo que dijeron los expertos con el famoso cráter que se abrió en la zona 6 en 2007.  En esa ocasión, el alcalde Álvaro Arzú trató de minimizar y evadir responsabilidad de TuMuni, pero varios expertos en la materia –algunos de ellos fueron despedidos por dar sus puntos de vista–, señalaron que era un problema vigente que podría repetirse.

Hace tres años escuché a varios de ellos y aseguran que la ciudad puede estar sobre numerosos focos de cavernas.  De hecho, en Empagua aseguran –en voz baja e indignados, por supuesto–, que hay una caverna que abarca desde el Obelisco hasta cuatro o cinco cuadras bajo el bulevar Los Próceres. Esto no me consta, por supuesto, pero es algo que los vecinos tienen derecho a saber.

Las opiniones de los expertos difieren algo en cuánto a los tiempos y magnitud de las tragedias que pueden suceder. En lo que hay coincidencia, es que la ciudad, esa que nos dijeron que sería del futuro, se ha quedado en el pasado y corre peligro.

Lamentablemente ponemos poca atención a los gobiernos municipales, pero la corrupción y la incapacidad están presentes en muchos de ellos.  Hoy han sido dos familias que están de luto, mañana puede haber una tragedia de grandes proporciones por la negligencia de las autoridades ediles. 

El ornato de la ciudad es importante, los parquecitos necesarios, el apoyo en salud se aplaude, el ordenamiento territorial es vital, y eso se hace bastante bien.  Sin embargo, el transporte público-tráfico, tratamiento de basura y atención a recolectores y drenajes, los problemas gigantes… esos se siguen postergando.