Conozco de más implicaciones en el Ejecutivo, sobre todo, aquellas surgidas en torno a las posibles candidaturas para 2027, no solo para la presidencia, sino también diputaciones y alcaldías. Por cierto, ya se mencionan varias precandidaturas oficialistas con tres personajes del gabinete: Patty Orantes, Anabella Giracca, Jonathan Menkos y una cuarta que ya he mencionado (actual director del INGUAT). A un quinto en discordia, no le alcanza ni el tiempo, ni el carisma, ni los seguidores, me refiero a Abelardo Pinto, ministro de Desarrollo. |
JoséAlfredo Calderón E. (Historiador y analista político)
Mi último artículo desató una serie de reacciones, la gran mayoría, positivas. Me sorprendió que, de las dos facciones fundamentales que quedaron de Semilla, personas de ambas partes me contactaran para referirse al tema. (Ver: https://cronica.com.gt/provocatio-para-entender-el-nuevo-proyecto-raices/)
Una de las reacciones críticas, pero válidas, provino de un amigo, funcionario del actual gobierno que arrojó las siguientes interrogantes, las cuales coinciden con la parte oficialista de esta trama, es decir, la que está con Bernardo Arévalo/José Carlos Sanabria, aunque el verdadero poder detrás del trono sean dos damas, a la diestra y siniestra del gobernante. Cito textual las preguntas del amigo:
- ¿Las divisiones llegarán al Ejecutivo?
- ¿Cómo quedan las facciones en el Congreso?
- ¿Por qué seguir a un veleidoso e imprudente «líder» parlamentario?
- ¿Podrán estos «semillas» llegar a ser reconocidos como «Raíces»?
- ¿El MP se quedará de observador?
Me referiré a cada una de las preguntas planteadas, desde mi perspectiva externa, pero cercana. Con respecto a la primera interrogante, claro que las divisiones afectan al Ejecutivo, quien quedó en una posición más debilitada aún, pues varios me confirman que su deseo es mantenerse por encima de las dos facciones, como un observador desde el olimpo, que no pierde el tiempo en los asuntosque no están a su nivel. Por supuesto, nadie se lo cree.
Conozco de más implicaciones en el Ejecutivo, sobre todo, aquellas surgidas en torno a las posibles candidaturas para 2027, no solo para la presidencia, sino también diputaciones y alcaldías. Por cierto, ya se mencionan varias precandidaturas oficialistas con tres personajes del gabinete: Patty Orantes, Anabella Giracca, Jonathan Menkos y una cuarta que ya he mencionado (actual director del INGUAT). A un quinto en discordia, no le alcanza ni el tiempo, ni el carisma, ni los seguidores, me refiero a Abelardo Pinto, Ministro de Desarrollo.
En cuanto a la segunda interrogante, en el Congreso es donde más se refleja y evidencia la división. Para el efecto, basta ver la última foto que se tomaron los congresistas semilleros y el nuevo Raíces, con ocasión de una iniciativa de ley presentada por la cancelada bancada: Sonrisas apretadas y gestos incómodos, tanto de Samuel (hasta el fondo y a la izquierda de la gráfica) como de Sanabria (a la derecha). Ambos bandos separados por una línea imaginaria pero muy sentida y que se percibe con gran claridad por su ubicación conjunta, pero no mezclada.
Para efectos de intentar dar una señal de unidad, se presentarán juntos, aunque no necesariamente todos, en acciones propiamente legislativas; pero las dinámicas políticas de ambos movimientos se mantendrán separadas y en franca pugna. De hecho, puede haber terceros, y hasta cuartos beneficiados con movimientos de cuadros hacia otros partidos.
La tercera pregunta lleva animadversión contra el carismático y joven dirigente que, debe reconocerse, efectivamente tiene ímpetu, carisma y energía, de las cuales carecen los del bando contrario. En cuanto a su imprudencia y veleidosidad (persona inconstante, mudable) solo diré que la percepción general, sobre todo en los jóvenes (que son mayoría) se inclina a favor de Samuel. Ahora bien, sin caer en las moralinas y mojigaterías expresadas en redes por un reciente vídeo de jolgorio del joven diputado, debo indicar que Samuel tiene que mejorar varios aspectos, sobre todo de imagen, en cuanto a sus supuestos excesos báquicos y de relaciones no ortodoxas con el sexo femenino, para decirlo de forma elegante. Tomando en cuenta que es aún muy joven y tiene largo camino que recorrer en su formación política, la mesura, la humildad y el análisis reflexivo deberían ser la prioridad para el dirigente político, sin perjuicio que también tiene derecho a divertirse, pero tomando consciencia de lo que representa.
En cuanto a si los “semillas” podrán ser reconocidos como “Raíces”, todo depende de la correlación de fuerzas, ahora, claramente a favor del grupo de Samuel y de cómo manejen la articulación entre lo “viejo” y lo nuevo. La más reciente batalla fue ganada ampliamente por los que irrumpen con el nuevo grupo promotor y tengo entendido que los funcionarios de gobierno se están dividiendo aún más, habiendo también, un grupo de oportunistas que están a la expectativa, antes de decantarse por una u otra facción.
Finalmente, ni el Ministerio Público ni el Tribunal Supremo Electoral y la misma Corte de Constitucionalidad, se quedarán de brazos cruzados. En este aspecto, las acciones más viables son dos: abortar desde el inicio la iniciativa de Raíces, por los miles de motivos que puedan inventar o argüir, o bien, dejar que el nuevo movimiento prospere para terminar de sepultar a Semilla, con el reconocimiento implícito que le dieron los seguidores de Samuel. Además, en el combo circense para 2027, se esperan hasta 40 “partidos políticos”, según lo expresado por la presidenta del TSE, Blanca Alfaro. En el juego macabro del sistema electoral, a más organizaciones, más confusión y dilución del voto para beneficiar a los de siempre.
Más interrogantes e inquietudes han de surgir a la luz de los últimos acontecimientos, pero creo que, en el corto plazo, estas son las más relevantes. Lo triste del caso, es que esta novela debilita aún más la precaria institucionalidad partidaria, así como la percepción de la ciudadanía sobre el ejercicio ciudadano de los derechos civiles y políticos en Guatemala.
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