MPJ: hay que frenar los desmanes y la corrupción del presidente, los diputados y sus aliados

La organización Movimiento Pro Justicia (MPJ), a través de un comunicado, aseguró que la indignación ciudadana y la crisis política que marca la actual coyuntura en el país no constituyen un rechazo aislado a la forma que fe aprobado el Presupuesto Nacional para 2021, su monto y características.

De acuerdo con el MPJ, la aprobación del proyecto de gastos fue una muestra de “total abuso de poder”, “pisoteando el diálogo que debe regir el trabajo parlamentario”.

Añade que la ciudadanía ha salido a las calles a repudiar la suma de desmanes cometidos por el presidente de la República y sus aliados en el Congreso, “con el evidente apoyo de numerosos actores políticos, operadores de justicia no independiente, opositores solapados y empresarios.

Recomendaciones

Ante ello, el MPJ da una serie de exigencias a las autoridades, tales como:

-Desmantelar el régimen de corrupción imperante en todo el Estado con especial énfasis en los ámbitos de la infraestructura, la educación y la salud.

-Establecer normas y principios que alientes el gasto público transparente, eficiente, prioritario y estratégico.

-Renuncia de la Junta Directiva del Congreso en forma inmediata, por fomentar el oscurantismo y el secretismo en las funciones del Poder Legislativo.

Destitución de los altos funcionarios que se han convertido en el rostro de la corrupción, entre ellos: el ministro de Gobernación y el director de la Policía Nacional Civil.

Además, el MPJ muestra su repudio a la represión orquestada por el ministro de Gobernación y los altos mandos policiales contra los ciudadanos que manifestaron pacíficamente el sábado 21 de noviembre.

Así como el autoritarismo del presidente que ahora se aferra al diálogo, pero en once mesas ha descalificado a todo interlocutor, incluido el vicepresidente, y solo acepta a los comprometidos con la corrupción y la impunidad”, señala.

Por último, indican que el descontento ciudadano debe ser atendido, de manera urgente y que el diálogo debe estar asentado sobre un conjunto de acciones que enmienden los errores, anulen los desmanes, depuren el ejercicio de poder público y restituyan el afán de servicio a la gente y no a los financistas de campaña.