La Red: El club de los… ¡choteados!

  • (¡Choteado!: Dícese de aquel que está vigilado, se ha dado color por algo que hace y no pasa desapercibido)

Crispino Picón Rojas

¡Ulugrún! Si es uno el que te chotea y critica, pues se puede pensar que está equivocado o tiene intencionalidad por algo.  Si el que lo hace es una nación común y corriente, podríamos aún pensar lo mismo.  Sin embargo, si quien te chotea es la nación más poderosa del mundo y pronto se suman 27, luego otra y otra, y diez más por allá, entonces sí que quedan pocas dudas: es muy feo lo que haces.

Pues algo así les ha sucedido a unos personajes que se dan el lujo de acusar, perseguir, encarcelar u obligar a salir al exilio a exfiscales, exjueces, abogados periodistas, defensores de los derechos humanos o a cualquiera que intente oponerse al régimen de terror judicial que vienen imponiendo en el país desde hace más de un lustro.

Pero lo que ha pasado a estas alturas es que, ¡están choteados!  Sí, sus malas prácticas se ven a miles kilómetros de distancia, apestan y no se pueden esconder, porque hasta el güizache más retrasado se da cuenta de las transas que tienen que cometer para alcanzar sus objetivos.

No ha sido difícil detectar sus malas prácticas, porque las repiten una y otra vez:  apertura de múltiples casos simultáneos, presiones a abogados, desprestigio en redes sociales, acusaciones infundadas, tales como asociación ilícita y obstrucción a la justicia, entre otras. 

¡Ah!, pero siempre hay que montar un circo y siempre aparecen los mismos malabaristas, payasos, magos, presentadores y director(a) del espectáculo. Las funciones se vienen repitiendo una y otra vez, aunque el público, lejos de ser atraído cada vez más, ha terminado por comprobar que estos ¡choteados!, no actúan de buena fe –ni de lejos– y sí son responsables de un marco de impunidad que ha quedado al descubierto por todos esos países y por eso terminan señalados internacionalmente.

La verdad, no recuerdo que ningún país del mundo tenga tal número de choteados, sancionados a nivel global por sus actividades que bien podrían calificarse como terrorismo judicial. En gran medida, Guatemala es líder en muchos sentidos, actividades o campos.  De lo peor en Educación –aló Joviel Acevedo–, las carreteras no son malas… ¡son un mamarracho!, la pobreza ¡ni se diga!, la Salud Pública es deplorable y somos campeones en desnutrición infantil.  Todo esto, en gran medida, gracias a la corrupción galopante.

¿Y qué hacen estos famosos choteados? Pues todo lo contrario que se espera de quienes tienen la obligación de velar por el cumplimiento de las leyes y combatir el crimen.  En vez de perseguir a los corruptos –como debieran–, lo que hacen es perseguir e intimidar a todos los que critican esta actividad antisocial. 

Es como aquel humor infantil en el que los patos le tiran a las escopetas. Aunque estos choteados repiten y repiten en sus redes sociales la cantaleta de que, cada vez que los sancionan y señalan públicamente, nos ponen una medalla. La verdad, tratan de justificar sus sinvergüenzadas con esa frase.  Pero bien saben que sus hijos tendrán que vivir con esas medallas, ¡qué sí existen!, pero más bien se llaman medallas de la vergüenza, o medallas del cinismo.

Pero estos choteados a nivel global, como buenos solados, no están dispuestos a dejar de su cumplir su tarea antidemocrática y de corruptela.  Por supuesto que no, primero, porque la causa les trae buenos réditos –bastante plata, que le da para comprar propiedades, tener buenos carros y vivir a cuerpo de rey–, y en segundo, porque ya se embarcaron y ahora es más difícil volverse atrás.  Eso sí me temo, los hace más peligrosos.

Pero no hay choteados sin nombre.  Los más destacados son Consuelo Porras, Rafael Curruchiche, Fredy Orellana, Jimmy Bremer, Ricardo Méndez Ruíz, Raúl Falla, y la propia Fundaterror, la primera ONG a nivel mundial que es sancionada por cerca de 40 países… ¡Vaya medalla!  Todos ellos han sido castigados por EEUU, Canadá, el Reino Unido, la Unión Europea y por una decena de países más. ¿Qué tal?

Aunque justo es reconocerlo, no son los únicos en el Club de los choteados, porque en los listados hay magistrados de la CC, ex magistrados de la CSJ, muchos fiscales del MP, más jueces y otros transas que, ¡por supuesto!, andan por ahí caminando tan campantes, como el mismísimo Johnnie Walker.


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