La derrota del Barça en San Mamés deja cinco señalados en el vestuario

Autocrítica. Mientras un sector de la plantilla atizaba, y con razón, el malísimo arbitraje de Fernández Borbalán, de puerta a dentro se invitaba a la reflexión.

 

Árbitro al margen, el encuentro de los azulgrana volvió a evidencia que algo no va en este Barcelona, empezando por el entrenador.

 

Luis Enrique volvió a quedar en evidencia en la pizarra ante un Ernesto Valverde, técnico del Athletic que suena como relevo del asturiano en el conjunto azulgrana. El librillo de ‘Lucho’ lo recita de memoria hasta el menos listo en esto del fútbol. El fin de ciclo parece cada vez más una necesidad.

 

Piqué cantó en los dos tantos locales. El central no entró con buen pie en el nuevo año. De nada sirve atizar al árbitro con el calentón de la derrota si en el tapete no se está a la altura.

 

Masip lo tiene claro: la salida es la única solución. E tercer portero del Barça esperaba la titularidad en la Copa con la lesión de Cillessen. No fue así. La confianza en el canterano es nula.

 

Sergi Roberto vuelve a retratar la planificación azulgrana. El medio reconvertido a lateral sufre ante equipos serios. El equipo necesita jugar un defensa al uso en el puesto.

 

Y Paco Alcácer. En San Mamés se volvió a confinar un secreto a voces: el Barcelona tiró por el retrete 30 ‘kilos’ este verano. Nadie en el equipo quiere ver a Alcácer en el once titular en un partido de riesgo. Operación lamentable.