ENFOQUE: La vacunación, más pesadilla que un sueño…

Si no controlas en lo poco… ¿Podrás controlar en lo mucho? El famoso plan de vacunación puede terminar en un mamarracho, cuando llegue –¿cuándo será?– el grueso de vacunas.

Gonzalo Marroquín Godoy

¿Tenés idea de cómo será, en tu caso, la vacunación? Esta pregunta se la formulé a varios amigos o conocidos, principalmente adultos mayores, por ser los que, se supone, deberían estar ya informados sobre el proceso y empezar a tener respuestas al ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuándo? 

Ninguno sabía ni papa sobre el proceso.  Como es un tema recurrente, he escuchado a varios decir que no se pondrán la vacuna –por diversas razones–, mientras son muchos los escépticos sobre la capacidad de las autoridades de salud para manejar un proyecto tan ambicioso, como es inmunizar a más de ocho millones de guatemaltecos.

La verdad, las dudas tienen bastante fundamento.  Veamos la lista de hechos que permiten suponer que estaremos en medio de un embrollo de grandes proporciones: 1) Recordemos cómo costó que el ministerio arreglara unos centenares de contrataciones para los hospitales especializados; 2) La caótica entrega de la asistencia social que se dio el año pasado –tarde, mal y, en muchos casos, nunca llegó a los damnificados–; 3) El retraso en la aprobación de la famosa Ley de Vacunación, con complicidad del Ejecutivo y el Congreso, que llegó cuando ya muchos países estaban recibiendo vacunas; 4) El fracaso diplomático-salud para ser uno de los países con menor influencia en el famoso sistema Covax. Guatemala es uno de los países mas retrasados en el inicio de la vacunación; y 5) el desastre y desorganización que se ha dado con la vacunación con el grupo minoritario –pero muy importante–, dentro del primer nivel, es decir salubristas y médicos en la primera línea.

Si el ministerio de salud ha armado un quilombo –como dirían los argentinos– con todos los trabajadores que tienen ubicados –se supone–, con los que tiene comunicación de primera mano, y que son subordinados, imaginemos que puede suceder cuando  ese número se multiplique por diez, cien o mil. 

¿Cuándo se empezará a contactar a las personas mayores de 70 años, de 60… y así sucesivamente?  En Costa Rica, este proceso se hizo con orden, con controles.  Si no se ha podido hacer aquí así con los médicos y salubristas ¿Qué sucederá con los adultos mayores? Recordemos que no se ha podido ni controlar bien las vacunas, pues de las donaciones recibidas se perdió un pequeño lote. 

En el plan de vacunación se habla de un período de afiliación institucional. ¡Maravilloso!  Pero entonces cabe preguntarnos, ¿Cuándo se inicia esa afiliación? ¿Cuánto tiempo toma hacer un padrón de más de ocho millones de personas? De hecho, ya vamos tarde con este proceso y ni siquiera hay una campaña de comunicación en marcha.  Si se improvisa, pasará como sucedió con los programas sociales.  Lo malo es que la cabeza de esos programas –el presidente– cree que se hicieron con gran eficiencia.

Sospecho que además de la complicada relación que tenía con el presidente Giammattei el doctor Edwin Asturias, él veía venir un desmadre con el proceso de vacunación y por eso puso distancia con la parte operativa y decidió volver a Estados Unidos.

Si de algo sirve: ¡Hay que principiar la afiliación cuanto antes! ¡Hay que informar a la población sobre la mecánica!

El reto es enorme y si no se hace bien, el efecto retrasará el retorno a una normalidad adecuada para impulsar la recuperación económica y social.

Por último, ojalá se libere la compra de vacunas al sector privado, porque eso podría acelerar la inmunización.