En la cumbre: Jaime Viñals sigue conquistando volcanes

Jaime Viñals está próximo a cumplir cincuenta años y sigue escalando cúspides por el mundo. En 2014 se impuso como reto escalar la cumbre de los 10 volcanes más altos del mundo y ha conquistado más de la mitad hasta la fecha, pero sigue en busca de ese nuevo logro en su ya larga y exitosa vida como montañista.

En el año 2014, Jaime Viñals, el primer centroamericano en subir el Monte Everest, se impuso un reto ambicioso para él mismo: alcanzar la cumbre de los 10 volcanes más altos del mundo.

Desde hace dos años trabaja en alcanzar su meta, y el pasado 10 de abril coronó el pico del volcán Llullaillaco, situado en la cordillera de Los Andes, en la región de la Patagonia, en la frontera entre Argentina y Chile. Lo logré junto a mi compañero y hermano de montaña, el costarricense Werner Rojas, en lo que fue una de las experiencias más importantes de mi vida, y que estoy convencido, me ha marcado para siempre, al hacer, con mucho esfuerzo, un sueño realidad, dijo a Crónica el montañista.

Esta cima es la sexta que alcanza Viñals dentro de su plan para escalar los 10 volcanes más altos, y ahora ha iniciado la preparación para enfrentar el siguiente desafío, que es terminar el año con ocho cúspides alcanzadas. Están en la mira los volcanes Bonete Chico  y Tres Cruces, el primero situado en Argentina y el segundo en la región entre ese país sudamericano y Chile.

Viñals recuerda que en 2014 logré las cimas del volcán Ojos del Salado —el mayor volcán del mundo—, también el Monte Pissis —el segundo más alto— y el Nevado Sajama en Bolivia. Se muestra una satisfacción personal en este montañista, que además es un motivador profesional que basa sus conferencias en alcanzar el éxito con base en esfuerzo, determinación y dedicación.

La pregunta lógica es ¿y ahora qué? Van 6 de diez volcanes, y cuáles son los planes para este atleta de la montaña que en noviembre de este año alcanza los cincuenta años, una edad en la que la mayoría de deportistas han dejado atrás el nivel de alto rendimiento, pero Jaime Viñals quiere seguir escribiendo su historia y la del montañismo guatemalteco.

Ya estoy trabajando entusiasmado en mi preparación física, con ascensos constantes a volcanes de Guatemala y sesiones diarias de gimnasio para obtener la simetría muscular  y acondicionamiento, explica con un dejo de satisfacción.

Viñals cita a Glauco Muratti, andinista y autor del libro Los Hielos Olvidados, quien dijo: Hay hombres para los que lo inalcanzable tiene un atractivo especial.  Normalmente no son expertos, pero sus ambiciones y fantasías son lo bastante fuertes para arrinconar las dudas que los hombres más cautos podrían abrigar. La determinación y la fe son sus mejores armas. En el mejor de los casos se les considera excéntricos, en el peor, locos […].

Por supuesto que este montañista guatemalteco no puede dejar de recordar su logró de subir al Everest. Fue el 23 de mayo de 2001, alcancé la cumbre más alta del mundo, el Monte Everest, por la cara norte, con lo cual me convertía en la primera persona

de Centroamérica y el Caribe que lo lograba, y; además, me permitió terminar otro reto importante, las siete cumbres del mundo, consistente en escalar la cima más alta de cada uno de los siete continentes. Para mí, aquel especial momento fue un parteaguas en mi carrera como montañista.

 

Atreverse a más

Muchos creyeron que, después de aquella hazaña, Viñals ya no seguiría buscando nuevas cumbres, pero para él los retos no terminan nunca. Al menos así lo ha demostrado con este nuevo reto de los volcanes más altos.

Con frases que se escuchan en algunas de sus pláticas motivacionales, explica que para él debemos tener el valor de reinventarnos para tener la oportunidad enorme de alcanzar nuevos y diferentes retos y oportunidades. Ha sido con una visión y espíritu emprendedor que ha continuado cuando muchos a su edad han abandonado, al menos, los retos que tienen desafíos físicos de gran magnitud, como es la preparación para escalar uno de estos picos, en donde se le exige al cuerpo un rendimiento total.

El escalador reconoce que el hielo y el viento son los soberanos en la mayoría de picos que ha escalado, como parte de esos retos que él mismo se ha impuesto para superar. En el ambiente más exigente es donde el hombre se muestra tal cual es, no hay lugar para engaños.

Un aspecto que siempre es interesante, es conocer la razón por la que los andinistas de este nivel llegan a arriesgar tantas veces hasta sus vidas. Viñals no duda en señalar que la respuesta cabe solamente allá arriba. Nadie, acostumbrado en la tibieza de una vida normal, puede juzgar a aquel que hace derroche de su propia vitalidad.

Para él, el montañismo es un juego en el cual convergen técnica, capacidad física, experiencia, ética y determinación.

Toda esta filosofía y forma de enfrentar los desafíos ha servido para que Viñals persista en la búsqueda de desafíos que le mantengan activo.

Un repaso de la forma en que se ha planteado cada una de sus etapas puede resumirse de la siguiente manera:

Las cumbres más altas: concluyó en 2001 con la conquista del Everest.

Siete islas del mundo: La cima más alta de las siete islas más grandes del mundo,  principió en 2002, y concluyó en enero de 2006 con la conquista del monte Maromokotro, en Madagascar.

Las 50 cumbres más prominentes del mundo: Principió en 2008 y concluyo hasta 2013.  Alcanzó un total de 33 cimas y el proyecto quedó suspendido por algunos factores, entre ellos el financiamiento, pero también porque algunas de ellas están situadas en países que tienen conflictos bélicos y mucha inseguridad.

La alternativa que encontró es la de subir los 10 volcanes más altos del mundo.

Cuando las cosas se traban debemos estar abiertos a buscar retos alternos, pero igual de fascinantes y únicos.

Viñals está dispuesto a seguir escalando el máximo nivel en los próximos años. La edad no es el obstáculo a vencer, porque él está dispuesto a continuar.