En fotos, la cárcel que intentó corregir a Al Capone

FILADELFIA, EEUU — Por la Penitenciaría del Estado de Pensilvania, en Filadelfia -la ciudad emblemática donde se firmó la Constitución estadounidense- pasaron presos famosos como el ladrón de bancos Willie Sutton y el archiconocido gánster Alphonse «Scarface» Al Capone.

Hoy es uno de muchos legados bien conservados de la histórica urbe.

En este fotorreportaje, la Voz de América le muestra por dentro una cárcel museo que recibe a visitantes de todo el mundo.

Exteriores de la histórica Penitenciaría del Estado Pensilvania, en Filadelfia. Abre al público todos días, excepto los feriados nacionales. [Foto: Ismael Rodríguez]
Exteriores de la histórica Penitenciaría del Estado Pensilvania, en Filadelfia. Abre al público todos días, excepto los feriados nacionales. [Foto: Ismael Rodríguez]
Vista del patio central de la Penitenciaría del Estado de Pensilvania, en Filadelfia. [Foto: Ismael Rodríguez]
Vista del patio central de la Penitenciaría del Estado de Pensilvania, en Filadelfia. [Foto: Ismael Rodríguez]

Reinsertar al preso más que castigarlo, fue la premisa desde la apertura de la moderna y costosa cárcel que abrió sus puertas en octubre de 1829.

De acuerdo al sitio web de la prisión convertida en museo, la idea de reeducar a los presos dio la vuelta al mundo, sirviendo de ejemplo a sistemas penitenciarios de países europeos como España.

Dibujo de la estructura de la Penitenciaría del Estado de Pensilvania, en Filadelfia, dibujada por el preso Samuel Cowperthwaite. Litografía de O.S.Duval and Co. de 1855 [Foto: Cortesía de Library Company of Philadelfhia]
Dibujo de la estructura de la Penitenciaría del Estado de Pensilvania, en Filadelfia, dibujada por el preso Samuel Cowperthwaite. Litografía de O.S.Duval and Co. de 1855 [Foto: Cortesía de Library Company of Philadelfhia]

Así como por su magnánima arquitectura -que empieza en una fachada de estilo neogótico y muros de nueve metros de alto- la Penitenciaría del Estado de Pensilvania es relevante por sus presos famosos.

Celda donde estuvo detenido por unos ocho meses el conocido gánster Al Capone. [Foto: Ismael Rodríguez]
Celda donde estuvo detenido por unos ocho meses el conocido gánster Al Capone. [Foto: Ismael Rodríguez]
Plano general del corredor principal de la Penitenciaría del Estado de Pensilvania. [Foto: Ismael Rodríguez]
Plano general del corredor principal de la Penitenciaría del Estado de Pensilvania. [Foto: Ismael Rodríguez]

Inquietantes bloques de celdas en ruinas y torres de vigilancia vacías, son parte de una arquitectura que buscó imponer disciplina y provocar arrepentimiento.

Como parte del recorrido, los que hasta aquí lleguen pueden adentrarse en varias celdas de confinamiento solitario, algunas de las cuales no han sido reconstruidas.

En la imagen se muestra una celda de castigo, uno de los sitios más temidos por los presos que purgaron sus condenas en la Penitenciaría del Estado de Pensilvania. [Foto: Ismael Rodríguez]
En la imagen se muestra una celda de castigo, uno de los sitios más temidos por los presos que purgaron sus condenas en la Penitenciaría del Estado de Pensilvania. [Foto: Ismael Rodríguez]

Este sitio, de acuerdo a la misión que rige a la institución, interpreta el legado de la reforma de la justicia penal estadounidense, desde la fundación de la nación hasta el día de hoy.

Celda conservada con el mobiliario original, en la Penitenciaría del Estado de Pensilvania. [Foto: Ismael Rodríguez]
Celda conservada con el mobiliario original, en la Penitenciaría del Estado de Pensilvania. [Foto: Ismael Rodríguez]

Conocida en inglés como Eastern State Penitentiary, esta cárcel fue diseñada por John Haviland. Su construcción costó 800.000 dólares, la mayor inversión de la que se tenga noticia en una instalación de este tipo hasta entonces.

Barbería del penal, aunque en ruinas, deja ver lo que fueron sus estantes y colgadores. [Foto: Ismael Rodríguez]
Barbería del penal, aunque en ruinas, deja ver lo que fueron sus estantes y colgadores. [Foto: Ismael Rodríguez]
Imagen que muestra uno de siete corredores que conforman la estructura de la Penitenciaría del Estado de Pensilvania. [Foto: Ismael Rodríguez]
Imagen que muestra uno de siete corredores que conforman la estructura de la Penitenciaría del Estado de Pensilvania. [Foto: Ismael Rodríguez]
Escaleras y pasillos que dan acceso a la segunda planta, donde permanecían los guardias mientras vigilaban las celdas. Actualmente no está abierto al público. [Foto: Ismael Rodríguez]
Escaleras y pasillos que dan acceso a la segunda planta, donde permanecían los guardias mientras vigilaban las celdas. Actualmente no está abierto al público. [Foto: Ismael Rodríguez]
Plano del corredor que conducía a las celdas en solitario de la Penitenciaría del Estado de Pensilvania. No está abierto al público actualmente. [Foto: Ismael Rodríguez]
Plano del corredor que conducía a las celdas en solitario de la Penitenciaría del Estado de Pensilvania. No está abierto al público actualmente. [Foto: Ismael Rodríguez]

De acuerdo a las reglas de la cárcel en aquella época, los reclusos al llegar eran aislados, a fin de que en solitario pudieran meditar, arrepentirse y corregir sus fallas. Las condiciones de aislamiento eran estrictas. Para salir de las celdas, los reclusos eran custodiados y con la cabeza cubierta.

Claraboya o ventana en el techo de una celda de la Penitenciaría del Estado de Pensilvania. [Foto: Ismael Rodríguez]
Claraboya o ventana en el techo de una celda de la Penitenciaría del Estado de Pensilvania. [Foto: Ismael Rodríguez]

Pero las celdas también tenían un área individual exterior para hacer ejercicios, que a su vez no tenía comunicación con otras zonas del penal. El aislamiento dejó de aplicarse para 1913.

Imagen de una de las celdas que contaba con espacio al que llegaba la luz del sol para que los reclusos pudieran hacer ejercicios. [Foto: Ismael Rodríguez]
Imagen de una de las celdas que contaba con espacio al que llegaba la luz del sol para que los reclusos pudieran hacer ejercicios. [Foto: Ismael Rodríguez]

Entre los prisioneros, un caso curioso ha pasado a la historia de esta cárcel. El gobernador de aquella época en Pensilvania, Gifford Pinchot, sentenció a cadena perpetua en 1929 a Ped, un perro condenado por matar al gato de su esposa.

Con Ped coincidió en la prisión ese mismo año de 1929 Al Capone, quien pasó allí ocho meses de su agitada vida. El Philadelphia Daily Ledger, un periódico local de aquella época, informó entonces que Al Capone estaba disfrutando de muchos lujos durante su estadía en la cárcel.

Detalle de la celda donde Al Capone pasó ocho meses, entre 1929 y 1930. [Foto: Ismael Rodríguez]
Detalle de la celda donde Al Capone pasó ocho meses, entre 1929 y 1930. [Foto: Ismael Rodríguez]

Los registros oficiales indican que en poco más de 140 años se habrían fugado más de un centenar de presos.

En abril de 1945, tras cavar un túnel de 30 metros por debajo del muro de 9 metros de altura de la prisión, unos 12 reos se escaparon. Entre ellos huyó el ladrón de bancos Willie Sutton. La mayoría de los que se fugaron fueron nuevamente apresados, con excepción de Leo Callahan, del que no se tuvo noticias, de acuerdo a los registros del museo.

Plano que muestra los pasillos de la primera de dos plantas de la Penitenciaría del Estado de Pensilvania. Actualmente está cerrado al público. [Foto: Ismael Rodríguez]
Plano que muestra los pasillos de la primera de dos plantas de la Penitenciaría del Estado de Pensilvania. Actualmente está cerrado al público. [Foto: Ismael Rodríguez]
Imagen de la entrada a las estrechas celdas, ubicadas en el corredor número dos de la Penitenciaría del Estado de Pensilvania. [Foto: Ismael Rodríguez]
Imagen de la entrada a las estrechas celdas, ubicadas en el corredor número dos de la Penitenciaría del Estado de Pensilvania. [Foto: Ismael Rodríguez]
Debajo de la escalera que daba acceso a la segunda planta, se localizaba el sistema de calefacción y los instrumentos de limpieza de la Penitenciaría situada en Filadelfia. [Foto: Ismael Rodríguez]
Debajo de la escalera que daba acceso a la segunda planta, se localizaba el sistema de calefacción y los instrumentos de limpieza de la Penitenciaría situada en Filadelfia. [Foto: Ismael Rodríguez]

La Penitenciaría del Estado de Pensilvania fue declarada en 1965 Monumento Histórico Nacional de Estados Unidos. Y en 1971 fue clausurada y para 1994 reabrió como museo de Filadelfia.

Los que hasta aquí lleguen, pueden conocer de la historia de este lugar en visitas autoguiadas a través de auriculares y unas 10 paradas.

Instalación del artista visual Tyler Held, que parte de la colección del museo Penitenciaría del Estado de Pensilvania. [Foto: ismael Rodríguez]
Instalación del artista visual Tyler Held, que parte de la colección del museo Penitenciaría del Estado de Pensilvania. [Foto: ismael Rodríguez]

Esta cárcel museo ha inspirado a artistas y a menudo atrae a fanáticos de fenónemos descritos como paranormales. Muchos creen que este museo es un sitio encantado desde la época de la penitenciaría.

Sus celdas, escaleras y pasillos acogerán el próximo 31 de octubre la celebración de Halloween. ¿Se anima?

No faltan quienes llegan hasta el lugar para celebrar bodas y retratarse en días especiales. [Foto: Ismael Rodríguez]
No faltan quienes llegan hasta el lugar para celebrar bodas y retratarse en días especiales. [Foto: Ismael Rodríguez]