Cajas con osamentas de 48 asesinados sorprende en juicio por Sepur Zarco

Una sorpresa se llevaron hoy acusados, defensores y público que asistió a la séptima audiencia por el juicio del caso Sepur Zarco, cuando los fiscales del Ministerio Público presentaron 32 cajas de cartón con restos de 48 osamentas humanas y ropa de víctimas asesinadas entre los años 1982 1986.

El juicio, histórico según los querellantes, se inició el pasado 1 de febrero en la sala de vistas de la Corte Suprema de Justicia y durante el cual la fiscalía busca probar, con la presencia de 11 mujeres víctimas, que militares en servicio fueron responsables de provocar  agresiones sexuales y esclavitud doméstica en el destacamento militar de la aldea Sepur Zarco, en El Estor, Izabal.

De acuerdo con los antecedentes del caso procesado desde 2011, –que tambien incluye una denuncia penal por la muerte y desaparición  de al menos 20 personas de origen quekchí–, los acusados son el coronel retirado, Esteelmer Francisco Reyes Girón y el excomisionado militar Heriberto Valdez Asij.

Ambos procesados rechazaron desde el inicio ser enjuiciados en el Juzgado de Mayor Riesgo A  integrado por los jueces Yassmin Barrios, Patricia Bustamante y Gerbi Sical, por presunta imparcialidad.

Durante estos siete días de audiencia, los jueces han escuchado la presentación de pruebas que relatan los vejámenes y violaciones que sufrieron las víctimas en este destacamento, donde según las organizaciones de derechos humanos, se asesinó a personas que no eran parte del conflicto armado entre gobierno y guerrillas que vivió Guatemala durante 36 años.

La audiencia de este martes estuvo dedicada a la declaración de dos peritos del MP: Juan Carlos Gatíca, quien participó en las exhumaciones de las osamentas localizadas en la finca Las Tinajas, Panzós, Alta Verapaz, así como Óscar Ixpatán, quien describió los tipos de herida localizadas en las osamentas.

El perito Ixpatán explicó que existen indicios de que las víctimas fueron asesinadas a tiros y golpes propinados con diversos objetos, no sin antes ser vendados y amarrados debido a que se encontraron vendas y lazos entre las osamentas.

Durante uno de las audiencias Catalina Raz, testigo en el caso, dijo que “fue muy triste, fue muy doloroso lo que yo viví, tuve que huir a la montañas y unas de mis hijas la mataron en la montaña”.

Rax relató que su hija fue asesinada a machetazos  por los soldados, junto a su nieto ya que estaba embarazada, “huí con mis nueve hijos y también cuatro murieron de hambre”, agregó.

Rosario Xoc narró que tres soldados abusaron sexualmente de ella “me apuntaban con una arma de fuego y mi hijo de 4 años fue testigo de lo que me hicieron cerca del río (…) otros soldados solo observaron sin hacer nada”.