Cuando la corrupción parece llegar a extremos en el país, con un marco de impunidad
Quisieron armar una trama en secreto y cautela. Así llegaron los rusos, aunque sin darse cuenta, dejaban huellas por todas partes. Lo que parecía un negocio fácil, acompañado de turismo y diversión, se convirtió en un escándalo político de incalculables proporciones que, en este momento, tiene contra las cuerdas al presidente Alejandro Giammattei.
Análisis de Crónica
Desde principios de año se iniciaron contactos al más alto nivel entre la cúpula de Mayaniquel S.A. y personal cercano al presidente Alejandro Giammattei. Al parecer, algo grande se planea, pero aún no se sabía el qué, ni el cuándo, mucho menos la dimensión de la negociación.
Lo que sí había, era la gran actividad e informes de los ministerios de Energía y Minas y Economía. En voz baja se mencionaba que había un fuerte intereses de los rusos por invertir en Guatemala, pues veían positivo el cambio de la Corte de Constitucionalidad (CC), que podría darles además certeza para aumentar la extracción de níquel –y quizás uranio–, de su operación en El Estor, Izabal.
Las piezas empezaban a encajar a la perfección en el entramado, pero hacían falta los detalles más importantes, los acuerdos que darían por cerrado un gran negocio para los rusos, aprovechando que en el país hay poco control sobre la explotación minera –que paga mínimas regalías– y sobre las exportaciones, pues Mayaniquel reporta solo exportaciones de tierra, sin saber la cantidad de metal, menos si va algo más que níquel.
Con los contactos, se organiza la visita de los rusos al país y desde finales de marzo, mientras la pandemia mantiene ocupada la atención de los guatemaltecos se organiza el viaje de quienes deben sellar los acuerdos, nada menos que con el propio gobernante guatemalteco.
Operación alfombra
Las primeras dos acciones son determinantes: se abre comunicación directa entre el presidente y los rusos, mientras se crea una especie de comité organizador de la visita posterior. Del lado ruso se nombra a Estuardo Asturias y Julián Shocron, ejecutivos de la minera, y por el Gobierno, a un hombre de bajo perfil, pero de la total confianza del mandatario, Alberto Alvarado Oliva, su jefe de seguridad en tiempos de la campaña electoral.
LEE ADEMÁS: La Red: ¡Cachados! (lo sucedido en casa de Giammattei en una noche gris)
Nadie ha tenido acceso a las comunicaciones telefónica que adelantaron los acuerdos, pero la investigación del diario elPeriódico, paralela a la que tuvo en su momento la Fiscalía Contra la Impunidad (FECI), establece que se hizo una agenda que incluía la parte de negocios, con un viaje de variedad turística y hasta una noche de celebración, en compañía de edecanes, con presencia de funcionarios y amigos de los rusos.
El ministro de Energía, Alberto Pimientel, el ministro de Economía, Antonio Malouf y el presidente de la Empresa Portuaria Santo Tomas (Empronac), Rodolfo Letona recibieron instrucciones sobre el rol de cada uno, no solo en las negociaciones que avanzaban, sino también durante la visita de los ejecutivos rusos.
Finalmente el lunes 26 de abril llegaron los misteriosos personajes en tres leaderjets privados y ya para entonces, su agenda está preparada, con la visita a la residencia del presidente Alejandro Giammattei el día jueves, como eje central para el cierre de la negociación.
Hasta los detalles más pequeños se atendieron adecuadamente. Transporte, hoteles en Antigua, Atitlán, Péten –visita a Tikal con el parque cerrado para total privacidad– y Guatemala, incluyendo una fiesta con edecanes para la celebración final, con personal de ambos grupos –rusos y funcionarios guatemaltecos–.
Lo que no sospecharon nunca los rusos ni organizadores locales, es que una persona del grupo estaría documentando todo lo que sucedía y finalmente daría su versión con detalles al fiscal Juan Francisco Sandoval (FECI).
Nunca una delegación de empresarios extranjeros vino con tanto sigilo y terminó tan expuesta. Las fotografías publicadas en una cronología publicada por el diario elPeriódico, muestran los aviones, camionetas blindadas, hoteles y lugares visitados. Incluso hay pruebas de la forma en que ingresaron a la residencia de Giammattei con la famosa alfombra, en la que supuestamente escondieron el dinero en efectivo que recibió el mandatario, quien estaba acompañado de su pareja, Miguel Martínez.
Las primeras filtraciones
Debieron pasar semanas y meses para que el informante decidiera acercarse a la Fiscalía Contra la Impunidad. Juan Francisco Sandoval revela que lo hizo porque confiaba en la reacción de nosotros en la FECI. El problema es que ahora ha quedado expuesto en su seguridad, razón por la cual decidió también salir del país, con ayuda privada obtenida. No se descarta que pueda dar nuevas declaraciones con algunos datos adicionales.
En todo caso, en su momento, la noticia llegó a oídos de la fiscal general Consuelo Porras, quien traslada la información al presidente, para que supiera que era objeto de una investigación por la denuncia que tenía en su poder Sandoval.
Es entonces cuando empieza a decidirse la suerte de Sandoval, un viejo enemigo de Giammattei, desde que la CICIG intervino en su contra por el caso de los asesinatos extrajudiciales ocurridos en la Granja Penal de Pavón en 2006.
El gobernante ya había atacado al fiscal semanas antes, indicando que ideologiza los casos de corrupción, quizás pensando en que necesitaría atacarlo en su credibilidad.
La fiscal general y el mandatario comprenden que hay que tapar el caso y se decide una virtual intervención de la FECI primero, y luego la destitución de Sandoval, quien también tuvo que salir del país para resguardar su seguridad.
Ya en elPeriódico, Crónica y otros medios se hablaba de una misteriosa visita de rusos a la residencia presidencial. Pero entonces estalla la bomba: antes de salir del país, Sandoval ofrece declaraciones a la prensa y confirma que la visita de los rusos existió y que el fin era entregarle dinero al presidente Giammattei.
La noticia trasciende a nivel internacional con la publicación de los hechos por parte del diario The New York Times, pero de nuevo es elPeriódico el que despeja todas las dudas, al publicar con pelos y señales todo lo sucedido, en un trabajo de investigación que incluye todos los detalles sobre la misteriosa visita.
El mismo medio publicó también que los rusos y la portuaria Santo Tomás negociaban la firma de una concesión, con amplios beneficios para la minera, por medio de una empresa guatemalteca, la Atlantic Bulk Cargo (ABC), creada para llevar a cabo la negociación, como una filial de Mayaniquel S.A.
Las piezas encajan
Los rusos estuvieron dispuestos a pagar para que la administración de Giammattei les asegurara certeza jurídica –para ellos–, lo cual garantiza la actual CC oficialista. Con eso, esperan reactivar la operación en El Estor.
El siguiente paso era la concesión de un terreno en Santo Tomás de Castilla, para agilizar las operaciones de exportación de níquel, lo que significa que ven gran potencial. Se supone que esa mina en Izabal tiene una de las mayores reservas de níquel a nivel mundial.
Sin embargo, los rusos pretenden seguir exportando tierra –cargada con níquel–, en donde pueden ir otros metales o elementos, como el uranio, aunque este extremo no se ha confirmado. El ministro Pimentel tiene la tarea de mantener la atención lejos de lo que puede haber en esas extracciones de tierra, más allá del níquel.
Hasta antes de que estallara la bomba, la trama parecía perfecta: los rusos quedan bien con las autoridades guatemaltecas con aparentes sobornos, se reabren las operaciones de Mayaniquel, y se incrementa la extracción de tierra –con metales y demás–. Mientras, Empronac accede, de manera exprés, a dar la concesión solicitada a un precio lesivo para el Estado de Guatemala.
Negar… negar… negar
El Ejecutivo y el Ministerio Público (MP), han principiado la tarea para tapar el escándalo y, eventualmente, continuar con lo planeado y favorecer a los rusos, aunque ahora podría ser con mayor lentitud a lo esperado.
La fiscal Consuelo Porras ha ordenado a lo interno de la FECI que se busquen pruebas en contra de Sandoval, con el fin de atacar su credibilidad y poder desmentir lo que se ha hecho. La versión oficial es simplemente la de negar los señalamientos, aunque las pruebas hasta ahora son abrumadoras y muestran que hubo algo más que oscuro en la visita al presidente.
Se ha dicho que dentro de la alfombra había dólares, según la versión del testigo, lo que permite suponer que la suma puede ser muy elevada, pero imposible de rastrear, al ser dinero en efectivo.
Otra ventaja que tiene el presidente Giammattei es que Porras puede detener cualquier investigación en su contra de todas las fiscalías del MP, lo que lo hace inalcanzable –en este momento– para la justicia. Lo peligroso para ellos, es que salgan a relucir más pruebas y hechos de todo lo sucedido. El testigo que ha salido al exilio, puede decir cosas peores y ahondar en detalles.
En todo caso, por los comentarios que se dan en las redes sociales, es evidente que la versión oficial de negar todo no funciona ante la opinión pública.
Es en estos casos cuando se entiende la razón por la que la alianza oficialista ha llevado a cabo tantos esfuerzos para controlar al sistema de justicia de manera absoluta, impidiendo que haya una auténtica lucha contra la corrupción y la impunidad en Guatemala.
Credibilidad, el gran golpe a Giammattei
Al destaparse casi totalmente la trama rusa, el presidente Alejandro Giammattei ha quedado expuesto públicamente y es casi imposible que salga indemne del escándalo por la fuerza que cobra cada día. A estas alturas, es innegable que su ya deteriorada credibilidad se ve más afectada.
Cabe recordar que el mandatario está en medio de una crisis creada por la destitución del fiscal Juan Francisco Sandoval. Por ello, organizaciones indígenas, populares, y algunos sectores de la ciudadanía, han demandado su renuncia y la de la fiscal Consuelo Porras.
Ahora, ante este nuevo escándalo, es seguro que el clamor aumentará y puede complicarse el tema de gobernabilidad en el país.
La estrategia de negación puede no tener los resultados que el oficialismo requiere en estos momentos, debido a la perdida de credibilidad del presidente.
Adicional a ello, se unen los casos, al comprobarse que la trama rusa está directamente vinculada a la salida de Sandoval, porque se pensó que con ello se acallaría el caso, lo que lejos de suceder, hará que se incremente el malestar de la población, ya que se confirma que la corrupción está al más alto nivel.
De hecho, se hace evidente que se concede más importancia a los negocios, que a la atención a los problemas verdaderamente importantes, como la atención a la pandemia por el covid-19.
Sobre este último tema, hay que recordar que otros rusos lograron un contrato con Guatemala para la venta de vacunas, también en condiciones favorables para ellos y perjudiciales para la población guatemalteca.
¿Quién gana? ¿Quién pierde?
En cualquier negocio turbio con el Gobierno, se puede asegurar claramente que el gran perdedor es el país. En este caso podría ser por tres diferentes razones:
1.- Se explotan sin control los recursos naturales del país, sin beneficio económico significativo.
2.- Se da una concesión onerosa para el país en la portuaria Santo Tomás.
3.- Aumenta la impunidad y crece la corrupción.
Los ganadores, en todo caso, serían los rusos y los funcionarios que pudieron haber recibido dádivas –sobornos– para llevar a cabo todos los pasos que marcan la trama rusa.