La lingüista peruana Roxana Quispe rompió este martes una tradición de 500 años en la universidad más antigua de América al rendir su examen de grado en quechua, la lengua de los antiguos incas, en lugar de hacerlo en español.
Unas 200 personas presenciaron la defensa de la tesis doctoral de Quispe, escrita en la lengua de sus ancestros, algo inédito en la Universidad de San Marcos de Lima, fundada en 1551.
«Tuve dificultad de traducción», admitió Quispe ante la comisión examinadora conformada por académicos quechuahablantes, que calificaron su trabajo como «excelente» y le dieron la nota máxima: 20.
«Tuve que viajar a las provincias altas de Canas (al sur del Cusco) para lograr la traducción y el significado para toponimias que no encontraba por ningún lado. Les preguntaba a mis papás, a mis abuelos y docentes y no daban (con el significado)», contó emocionada la nueva doctora en Literatura.
Para cuatro de los 32 millones de peruanos el quechua es su lengua materna. Viven en zonas andinas como Ayacucho y Cusco, la antigua capital del imperio inca, que floreció en los siglos XV y XVI hasta sucumbir ante los conquistadores españoles.
Traducida al español, la tesis de Quispe se llama «Llanto de Sangre, transfiguración y singularidad en el mundo poético quechua del harawi (género musical tradicional) cusqueño de Andrés Alencastre Gutiérrez» (1909-1984), considerado como «el poeta quechua más importante del siglo XX».
Quispe es una docente universitaria y máster en lingüística, cuyo secreto mejor guardado es su edad: «Tengo menos de 40 y más de 30», dijo sonriendo a la AFP.
«Personas inferiores»
Por largo tiempo fue mal visto en Perú hablar quechua, por lo que las familias andinas prohibían a sus hijos emplear su lengua ancestral.
Pero ahora la situación ha cambiado y una legisladora habla en quechua ante el plenario, mientras la red pública de radio y televisión (IRTV) tiene programas en esta lengua desde 2016 por iniciativa de su presidente, Hugo Coya.
El IRTV agregó después programas en aymara (2017) y en dos idiomas amazónicos: asháninka (2018) y shipibo-conibo (2019).
«Todavía falta mucho por hacer y la gente se queja de que todavía no puede recibir una educación superior en su lengua materna», dijo Coya a la AFP.
El ejemplo de IRTV indujo a otras instituciones a dar pasos similares, por lo que el canal del poder judicial tiene programas en quechua y en zonas andinas las escuelas imparten clases bilingües.
Los conquistadores españoles nunca prohibieron el quechua y, por el contrario, lo aprovecharon para predicar el cristianismo, en desmedro de otras lenguas nativas, explicó Coya.
Sostuvo que incluso la Universidad de San Marcos tuvo una cátedra de quechua en el siglo XVI, que luego desapareció. Fue reintroducida en 1952.
Un paso adelante, otro atrás
Hasta 1940 el quechua era casi tan hablado como el español en ciertas regiones de Perú, pero se extendió la percepción de que quienes hablaban quechua eran «inferiores» y para ser aceptado en la sociedad había que hablar español.
El resultado fue que, por ejemplo, en juicios en zonas andinas jueces y abogados hablaban español y muchas veces el acusado no sabía de qué era inculpado ni podía defenderse.
«Muchos conflictos sociales ocurren en zonas donde muchas personas hablan una lengua originaria, porque no hay comunicación. Es que si no entiendes la protesta, no puedes atenderla», indicó Coya.