El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reenvió este miércoles videos con contenido antimusulmán publicados en Twitter por un grupo británico de extrema derecha, un gesto que despertó la indignación en Reino Unido, incluida la primer ministra Theresa May, a quien le respondió agresivamente.
Los videos, publicados por Jayda Fransen, vicepresidenta de Britain First (Gran Bretaña Primero), muestran a unos supuestos musulmanes en actitudes agresivas, bajo títulos como «inmigrante musulmán golpea a chico holandés con muletas» o describe a una mafia islamista que empuja a un adolescente desde un techo.
En un tercer video otro presunto musulmán derriba y destruye una estatua de la Virgen María, una grabación que está en YouTube desde 2013 y viene descrita como la destrucción de un ícono por parte de un yihadista en Siria.
Britain First, creado en 2011 y conocido por montar piquetes afuera de las mezquitas, ha fracasado en varias elecciones en Reino Unido y para el Parlamento Europeo.
Fransen fue declarada culpable el año pasado por el delito de odio después de insultar a una mujer musulmana que usaba un velo conocido como hijab.
La portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, estimó por su lado que la veracidad de los videos no era el tema. «La amenaza es real, es de eso de lo que habla el presidente: de la necesidad de seguridad nacional y de los gastos militares. Son cosas muy reales. No hay nada de falso en esos asuntos».
– «No es amigo nuestro» –
Aunque Trump se limitó a retuitear los videos sin hacer comentarios, su acción despertó rápidamente críticas en Reino Unido, incluida la primera ministra Theresa May y varios diputados opositores.
«Los británicos rechazan unánimemente la retórica sesgada de la extrema derecha, que es la antítesis de los valores que este país representa: decencia, tolerancia y respeto. Es un error que el presidente haya hecho esto», dijo el vocero de May.
Horas más tarde, Trump fustigó a May por sus criticismo.
«Theresa @theresamay, no te enfoques en mí, enfócate en el destructivo Terrorismo Islámico Radical que tiene lugar en el Reino Unido. A nosotros nos va de lo mejor», escribió el dirigente en Twitter.
El Reino Unido trataba de digerir este jueves la respuesta destemplada del presidente estadounidense Donald Trump a la primera ministra británica Theresa May por unos tuits antimusulmanes, aunque el gobierno trataba de quitarle hierro al asunto.
Downing Street reprochó a Trump el «error» de difundir en las redes sociales unos videos de la organización ultraderechista británica Britain First, atribuyendo actitudes violentas a los musulmanes.
A Trump le sentó mal la regañina e instó a May a meterse en sus asuntos: «Theresa May, no te centres en mí, concéntrate en el terrorismo radical islámico en el Reino Unido. A nosotros nos va muy bien», escribió el presidente en Twitter.
El rifirrafe llega en un momento en que Londres está necesitado de grandes aliados alternativos a la Unión Europea, y confiaba en Estados Unidos, con quien presume de mantener una histórica «relación especial», la expresión que se usa para la relación bilateral.
Sin embargo, no son los primeros ataques de Trump al Reino Unido. El presidente se ha enzarzado ya en diversas ocasiones con el alcalde musulmán de la capital británica, Sadiq Khan.
Una condena a Trump también provino del viudo de la diputada Jo Cox -quien fue asesinada por un grupo de extrema derecha el año pasado: «Trump legitimó a la extrema derecha en su propio país, ahora trata de hacerlo en el nuestro», dijo Brendan Cox.
«Difundir el odio tiene sus consecuencias y el presidente debería avergonzarse de sí mismo», agregó.
El diputado opositor laborista David Lammy consideró que Trump «promueve un grupo fascista, racista y de extremo odio, cuyos líderes han sido arrestados y condenados». «No es un aliado o amigo nuestro», acotó.
Mientras, el diputado Stephen Doughty, también del Partido Laborista, dijo que los videos eran «altamente incendiarios», y su colega Yvette Cooper consideró que Trump le dio a Fransen una «enorme plataforma».
Este miércoles, Fransen y Paul Goldin, líder de Britain First, debían comparecer ante una corte por el antejuicio en un caso relacionado al uso de «palabras o comportamientos amenazantes, abusivos o insultantes» durante un discurso que la mujer dio en Belfast.
Las intervenciones de Trump en la política y relaciones exteriores de Reino Unido han tensado la relación, históricamente estrecha, entre ambas naciones.
En anteriores oportunidades, el mandatario estadounidense había enfurecido a las autoridades británicas con sus tuits sobre el terrorismo en ese país.