Trump y legisladores de EE. UU. en lucha por poderes de guerra en medio de tensión con Irán

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se prepara para una pelea con los demócratas del Congreso que estaban dispuestos a votar este jueves una resolución para controlar su capacidad de tomar medidas militares contra Irán.

Esa resolución, en gran parte simbólica, seguramente desencadenaría un debate escalofriante sobre los poderes de guerra presidenciales en un momento de intensas tensiones con Teherán, un adversario estadounidense de larga data.

El miércoles, Trump dio señales de retroceder desde el borde de una guerra con la República Islámica después de la tensión generada a partir de un ataque estadounidense con drones que mató al máximo comandante militar iraní, lo cual derivó en el lanzamiento de misiles por parte de Teherán contra bases que albergan a fuerzas estadounidenses en Irak.

Pero la bancada demócrata y dos miembros republicanos del Senado han expresado un profundo escepticismo sobre la justificación del gobierno para la orden de Trump de matar al general Qasem Soleimani, y están exigiendo que el Congreso reafirme su poder sobre el uso del ejército estadounidense por parte del comandante en jefe contra otra nación.

Citando la Resolución de Poderes de Guerra de 1973, que prohíbe a un presidente llevar al país a la guerra sin la aprobación del Congreso, la medida «ordena al presidente que suspenda el uso de las fuerzas armadas de Estados Unidos para participar en hostilidades contra Irán o cualquier parte de su gobierno o ala militar «.

Pero el texto, presentado por la congresista Elissa Slotkin, exfuncionaria de la CIA con amplia experiencia en Irak, también prevé excepciones clave, permitiendo el uso de la fuerza para defenderse o prevenir un ataque «inminente» contra Estados Unidos o los estadounidenses.

La medida ingresó en la Cámara como una resolución concurrente, una forma de normativa que no tiene el peso de la ley pero que podría en cuanto instrumento político servir como una reprimenda punzante a la estrategia de política exterior de Trump.

Trump señaló este jueves antes de la votación que contaba con que su Partido Republicano presentara un frente unido contra la medida.

«Espero que todos los republicanos de la Cámara voten en contra de la resolución de poderes de guerra de Crazy (Loca) Nancy Pelosi», tuiteó el presidente en referencia la líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, quien comanda la medida.

Pelosi aseguró que su bancada avanzaría en la iniciativa porque sus preocupaciones no fueron atendidas en una reunión a puertas cerradas con los legisladores el miércoles junto al secretario de Estado Mike Pompeo y otros altos funcionarios de gobierno.

«El presidente ha dejado en claro que no tiene una estrategia coherente para mantener a salvo al pueblo estadounidense, lograr un alto de la escalada con Irán y garantizar la estabilidad en la región», dijo Pelosi.

«No estadounidense»

Si la medida supera la votación en la Cámara Baja como se espera, enfrentaría una fuerte resistencia en el Senado, donde los republicanos tienen una mayoría de 53 contra 47.

Pero dos republicanos del Senado, Mike Lee y Rand Paul, se manifestaron a favor de una resolución sobre los poderes de guerra presidenciales, lo que sugiere una posible votación favorable.

Ambos salieron de la sesión informativa de alta confidencialidad diciendo que los funcionarios de la administración Trump no proporcionaron una justificación aceptable para el asesinato de Soleimani, ni ninguna evidencia específica de una amenaza inminente contra las fuerzas o ciudadanos estadounidenses.

Lee aseguró indignado que los informantes, que incluían al secretario de Defensa Mark Esper y la directora de la CIA Gina Haspel, les estaban «insultando» al desalentar las preguntas sobre la política militar oficial hacia Irán.

«¿Venir y decirnos que no podemos debatir y discutir la conveniencia de una intervención militar contra Irán? Eso no es estadounidense, es inconstitucional y está mal», declaró Lee a periodistas.

La sorprendente crítica marcó un momento extraordinario en el Capitolio, dado el normal apoyo unificado de los republicanos para el funcionamiento del aparato de seguridad nacional de Estados Unidos.

El senador Lindsey Graham, un halcón leal a Trump, entró en el debate advirtiendo a Lee y Paul que estaban «empoderando al enemigo» al apoyar una resolución para reducir los poderes de guerra presidenciales.

Paul replicó en la cadena CNN, acusando a Graham de invocar una falsa «cortina de patriotismo» y no entender la Constitución estadounidense y su separación de poderes.