Tribunal rectifica y duplica pena a exbanquero español por contrabando de un Picasso

Dos semanas después de emitir su sentencia, un tribunal de Madrid anunció este martes que rectificaba y duplicaba la pena contra el exbanquero español Jaime Botín por haber sacado de contrabando de España un Picasso, condenándolo a tres años de cárcel.

En un auto del 30 de enero pero divulgado este martes, la jueza Elena González, de una corte penal en Madrid, reconoció un «error en la imposición de la pena» en la sentencia del 14 de ese mes contra el ex presidente de Bankinter y ex alto cargo del Banco Santander.

Por ello, y a pedido de la fiscalía y la Abogacía del Estado, emitió esta «aclaración» en la que endurece la pena por el delito de contrabando de bienes culturales, que pasa de 18 meses de prisión y multa de 52.4 millones de euros a 3 años de cárcel y multa de 91.7 millones de euros.

De confirmarse esta sentencia en instancias superiores, supondría para Botín la entrada en prisión, algo que no hubiera ocurrido con la primera pena, ya que en España las condenas de cárcel inferiores a dos años suelen no aplicarse cuando los acusados carecen de antecedentes criminales.

El caso gira en torno al cuadro de Pablo Picasso «Cabeza de mujer joven», de principios del siglo XX. Botín lo sacó de España a bordo de un yate sin permiso en 2015 y luego de intentar infructuosamente obtener autorización del gobierno de España para exportar el lienzo.

Valorado en unos 26 millones de euros (28,7 millones de dólares), el cuadro de una mujer de pelo largo en colores ocres fue considerado por el Ministerio de Cultura un bien cultural «inexportable», al no existir «una obra semejante en España» de esta época artística de Picasso.

El condenado, perteneciente a la familia Botín, dirigente histórica del Banco Santander, el primero de la zona euro por capitalización bursátil, quería vender el cuadro en una subasta en la casa Christie’s en Londres.

El lienzo, resguardado en el Museo Reina Sofía desde que pasara a pertenecer al Estado español, una consecuencia de este tipo de exportaciones prohibidas, pertenece al periodo del pintor malagueño en el pueblo catalán de Gósol, donde pintó un centenar de obras en 1906, y que fue decisivo para el posterior desarrollo del cubismo.