Tiroteos e inacción: EEUU enfrenta sus demonios

Estados Unidos vuelve a enfrentar el jueves el hecho de ser el único país desarrollado donde se suceden los asesinatos con armas de fuego en las escuelas, un problema que a pesar de repetirse genera un debate estéril.

Después de que 17 personas fueran asesinadas a tiros el miércoles en una escuela secundaria en Florida, ¿se adoptarán medidas nacionales para evitar una nueva tragedia? Lo más probable es que no.

El tiroteo, el número 18 en lo que va del año, activó un ciclo ya conocido, pero difícil de entender en el extranjero: reacciones horrorizadas, unidad en el dolor, indignación y divisiones políticas, y finalmente… inacción.

Si el debate se vuelve vacío, es que las posiciones no cambian.

Por un lado, están los que se oponen a cualquier restricción a la tenencia de armas, en nombre de la sacrosanta segunda enmienda a la Constitución.

¿Por qué? Porque ninguna ley puede evitar que desequilibrados y criminales consigan un arma, ni que abran fuego en una escuela. Y segundo, porque en vista de estos peligros los ciudadanos deben estar armados.

En la vereda de enfrente del debate están los que luchan contra la proliferación libre de armas, que han perdido la esperanza de que se apruebe una ley nacional en un Congreso dominado por los republicanos, tradicionalmente opuestos a toda regulación en la materia.

– Las armas, mito fundacional –

Quienes buscan controlar la tenencia de armas han llevado su lucha al terreno local, donde buscan convencer a los políticos sobre la necesidad de hacer controles forenses y psiquiátricos obligatorios antes de cualquier venta de armas.

Un objetivo nada fácil de alcanzar en un país donde las armas son parte del mito fundacional: con ellas se logró la independencia y se conquistó el Lejano Oeste.

Los propios términos del debate se distorsionan: los legisladores financiados por la Asociación Nacional del Rifle (NRA), el poderoso lobby que apoyó a Donald Trump en su campaña electoral, rechazan por ideología admitir que un arma de fuego, por definición, es un objeto letal, y que facilitar su acceso es arriesgado.

Trump describió el jueves en Twitter el drama en Florida como el acto de un perturbado, sin cuestionar el hecho de que el tirador fue capaz de adquirir un rifle de asalto con solo 19 años, una edad en la que muchos estadounidenses tienen prohibido comprar una cerveza o cigarrillos.

El secretario de Justicia, Jeff Sessions, descartó por su parte cualquier reforma legislativa sobre las armas, y también enfatizó la inestabilidad mental de los autores de masacres.

Sin embargo, casi todas las estadísticas muestran el vínculo directo entre la proliferación de armas y la frecuencia de los tiroteos.

Los estadounidenses, menos del 5% de la población mundial, poseen casi la mitad de las armas de propiedad civil del mundo. La tasa de homicidios por disparos es 25 veces mayor que en el resto de los países desarrollados.

El riesgo de morir por un balazo es 300 veces mayor para un estadounidense que para un japonés.

– ¿Rezar o actuar? –

«Si más armas y menos legislación sobre armas fortaleciera nuestra seguridad, Estados Unidos sería el país más seguro del mundo, pero tenemos la tasa más alta de violencia armada de cualquier nación desarrollada», recuerda Shannon Watts, fundadora de Moms Demand Action, una organización que lucha contra la tenencia de armas de fuego.

Como siempre después de un tiroteo, los políticos favorables a la NRA no contestaron el jueves esta pregunta embarazosa, alegando respeto a las víctimas.

«Este no es el momento de esta discusión», sentenció el gobernador republicano de Florida, Rick Scott. Él y el senador republicano Marco Rubio llamaron a la población a «rezar», provocando la exasperación de muchos.

«No me diga (que hoy) no es un buen momento para discutir la violencia armada, si usted es un político y no hace nada con esta masacre, entonces es cómplice», replicó Chris Murphy, senador demócrata de Connecticut.

Incluso celebridades con muchos seguidores en las redes sociales probablemente tampoco serán escuchadas.

«Le debemos a nuestros hijos y a nuestros maestros la seguridad en las escuelas. Las oraciones no lo lograrán: la acción sí. Congreso, por favor haga su trabajo y proteja a los estadounidenses de la violencia armada sin sentido», dijo Kim Kardashian.

«Las oraciones sin acciones son mentiras a uno mismo, no escuchadas por ningún Dios, que no conducen a nada», reaccionó el actor Mark Ruffalo.