Taiwán, refugio para la publicación de los escritores disidentes hongkoneses

Foto: Lam Wing-kee el librero represaliado por China que reabrió su tienda en Taiwan.

La nueva legislación de seguridad impuesta por Pekín a Hong Kong sacudió el mundo editorial de la excolonia británica, donde cada vez más autores deben publicar sus libros en Taiwán para evitar la censura y las repercusiones judiciales.

Hong Kong fue durante décadas un refugio para los escritores e intelectuales disidentes chinos que huían del control de Pekín.

Pero esta libertad de opinión e imprenta se vio amenazada por la presencia creciente de las autoridades chinas, que a finales de junio impusieron en la región semiautónoma una estricta ley de seguridad nacional, que reprime cualquier disidencia.

Llena de ambigüedades, esta legislación no define con claridad lo que es subversivo y eso deja en una situación de incertidumbre a autores y editoriales.

«Las grandes editoriales e imprentas no se atreven a publicar un proyecto como el nuestro», denuncia Woody, miembro de un colectivo de periodistas que recopilaron en un mismo libro una serie de entrevistas de actores del movimiento disidente que llenó las calles de Hong Kong en 2019.

Los autores deben modificar el contenido del libro, titulado «Our Last Evolution», y tres editoriales ya les pidieron hacer cambios.

Los «desaparecidos» de Hong Kong

Pekín nunca disimuló su hostilidad respecto a los libros contestatarios publicados en la excolonia británica. 

Nadie en Hong Kong olvida la desgracia de cinco empleados de la editorial y librería Mighty Current, especializadas en los libros sobre las intrigas del poder y la vida privada de los dirigentes chinos, que «desaparecieron» a finales de 2015 antes de reaparecer pocos meses más tarde en China detenidos por la policía.

A uno de ellos, Lam Wing-kee, le autorizaron que regresara a Hong Kong tras ocho meses detenido con la condición de que recuperara un disco duro en que había la lista de los clientes de la librería y volviera a China.

No obstante, logró organizar una rueda de prensa en la que hizo una serie de revelaciones sobre el trato sufrido en China y en 2019 se exilió a la capital taiwanesa, Taipei, donde abrió una librería en abril.

El clima de miedo no hizo más que acentuara en Hong Kong, donde las escuelas y bibliotecas tuvieron que retirar libros contestatarios, como los del militante prodemocracia Joshua Wong, y la revista trimestral Breakazine, sobre problemas sociales, anuló su número de julio y suspendió la preparación del de octubre.

Giro irónico de la historia

Para muchos escritores, su respuesta es publicar en Taiwán, la isla con un gobierno autónomo aunque Pekín reivindica su soberanía.

Liu Gi, editor de Taipei, explica que cada vez hay más autores hongkoneses que se interesan por publicar sus libros en su editorial taiwanesa, Alone Publishing, como hizo el colectivo del libro «Our Last Evolution».

Liu ve en ello un giro irónico de la historia, ya que «cuando en Taiwán había una ley marcial, los libros prohibidos eran publicados en Hong Kong y llegaban de contrabando a Taiwán».

«La historia se repite, pero en un sentido inverso», asegura el editor, quien recuerda el caso del libro «Umbrella Uprising» sobre las formas de las manifestaciones, cuyos 1,500 ejemplares fueron publicados en Taiwán en julio.

Pero publicar en la isla tampoco ofrece todas las garantías y muchos grandes grupos se opusieron a editar libros sobre las manifestaciones en Hong Kong. 

«Las grandes editoriales se preocupan del hecho de verse privadas del mercado hongkonés y chino si publican estos libros», explica Liu.