Serena Williams va por el US Open… y una maleta de récords

Séptimo US Open, vigésimo cuarto título de Grand Slam, 102 victorias: son números históricos que Serena Williams sumaría al trofeo que este sábado buscará ganar en la final del torneo en Nueva York.

La edad… es otro número: Williams será la finalista más vieja del Abierto con 37 años y 347 días, y le lleva 18 años y 263 días a su rival, la canadiense Bianca Andreescu, que no había nacido cuando la veterana tenista ganó su primer Grand Slam en esa misma cancha en Flushing Meadows.

Williams saltará como favorita a la cancha Arthur Ashe a conquistar su vigésimo cuarto Grand Slam, con el que empataría el récord de la australiana Margaret Court.

Con el triunfo superaría dos marcas de la legendaria Chris Evert: más victorias en todos los tiempos, que empató a 101 y superaría con ésta, la 102, y más títulos en la «era Open», con siete.

Pero Serena aseguró que no son esas marcas históricas las que la motivan a segur en la cancha.

«Seguiría definitivamente jugando si ya hubiera roto (esas marcas). Tuve muchos chances de pasarlas y más, pero estoy bien porque tengo la chance de jugar en una era de muchas… cinco eras de jugadoras increíbles», dijo la menor de las Williams, que ha perdido tres finales de Grand Slam desde su último título en 2017.

Su entrenador, Patrick Mouratoglou, confía que saldrá victoriosa en su cuarto intento, después de superar este mismo años lesiones en tobillo, rodilla y espalda.

«Cuando juegas por un récord como éste, hay mucha presión, pero que Serena la ha sentido y creo que nadie puede decir que no sabe manejarla», dijo.

Williams, que hace dos años luchaba por su vida, cuando daba a luz a su niña, ha dicho que llegó muy bien preparada para este torneo y si gana sería la cuarta madre en la era Open en ganar un Slam junto a las australianas Court y Evonne Goolagong, y la belga Kim Clijsters.

«No fue fácil lo que hice para volver a jugar tan rápido, ya no tengo 20 años, por lo que sí, estoy muy orgullosa de mi misma», se felicitó la madre de una niña de dos años. 

En seis partidos ha perdido solo un set y algunos los ha sentenciado de manera veloz, como el primero ante María Sharapova, 59 minutos, y el de la china Wang Qiang, en apenas 44.

«Siempre soñé con este momento»

Williams y Andreescu se cruzaron en la final de Toronto, pero la estadounidense abandonó por dolores en su espalda.

Andreescu recuerda que entonces le dio palabras apoyo y un abrazo de consuelo, mientras Williams combatía las lágrimas ese día en un intercambio que se hizo viral.

«Creo que es una excelente jugadora», dijo Williams sobre Andreescu, ganadora este año en Indian Wells y convertida en la primera tenista menor de 20 años en llegar a la semifinal. «Mezcla bien su juego, nunca sabes qué viene de ella, hace todo bien: saca, mueve bien, tiene mucho poder. Da gusto verla».

En este punto el año pasado Andreescu superaba la eliminación de la Qualy del US Open, al que entró por primera vez este año llegando a la final.

«Si alguien me hubiera dicho que estaría en la final del US Open le hubiera respondido que estaba loco», dijo la canadiense, decimoquinta sembrada del torneo, que consideró «surrealista» enfrentar a la campeona en la final.

«Es un sueño jugar contra Serena en la final del US Open», añadió.

Terminó en el puesto 178 del ranking el año pasado y ahora está a un paso de ser la primera canadiense en ganar un torneo mayor y la primera menor de 20 años desde que Sharapova levantó el trofeo.

«Siempre soñé con este momento desde que era niña, pero no mucha gente pensó que se haría realidad», dijo la joven de las afueras de Toronto, que a los 15 años se hizo un cheque con el monto del premio del último Grand Slam del año.

Todavía lo tiene y lo visualiza regularmente… el de verdad está a un partido de distancia.