Renzo Rosal: «Las estructuras de corrupción siguen fuertes y operando a toda marcha”

  • Para saber a dónde va Guatemala, hay que escuchar a quienes tienen experiencia y han seguido de cerca el caminar político de nuestro país durante varios gobiernos.  El analista Renzo Rosal conversó con Crónica sobre la situación del país.

Gonzalo Marroquín Godoy

¿A dónde va Guatemala? Esa es la pregunta que todos los guatemaltecos quisieran poder responder al día de hoy.  Sin embargo, hay muchos factores que influyen hacia dónde caminaremos durante los próximos años.

De la coyuntura y todas las dificultades que enfrenta el actual gobierno habló con Crónica Renzo rosa.  Aquí lo más destacado de la conversación.

Han transcurrido casi tres meses del nuevo Gobierno y aunque es pronto para ver cosas de fondo, ¿qué se rescata de este primer periodo de la administración Arévalo?: Destaco lo siguiente: Un gobernante que se percibe muy distinto a los últimos tres, al menos. Me refiero a un presidente que tiene conocimiento del estado, suena confiable, con un discurso medianamente articulado, que no parece estar dispuesto a los desmanes de los antecesores. Además, que nos ha retornado a la escena internacional– principal arena donde Bernardo Arévalo se mueve con confianza–, después de ser considerados como país impresentable. Eso ha traído como consecuencia que se retome la relación con un conjunto de cooperantes, aunque queda por verse en qué se traducen las promesas.

¿Qué cosas se podrían haber hecho o mejorado en este tiempo y no ha sucedido?: No caer en la trampa de ofrecer transformaciones o cambios abruptos sin conocer los intríngulis de la administración y las finanzas públicas.La política y el arte de gobernar pasa por resultados concretos y visibles, y no solo por más promesas, discursos o narrativas que solo alimentan la impaciencia ciudadana.

Rescato, además, que la designación de ministros, viceministros, secretarios y subsecretarios (equipos de primera línea) se llevó a cabo con cierta rapidez, aunque al día de hoy la inexperiencia e inmadurez política comienza a pasar factura.

Se debe nombrar a los mejores, no necesariamente si son del partido oficial o no. El gobierno ha caído en la trampa de designar solo a los afines/los conocidos, lo que se traduce en nombramientos de personas novatas.

La lucha contra la corrupción se ha ofrecido como la columna vertebral del nuevo gobierno, pero ese propósito es estéril cuando el MP y las cortes están claramente en contra. En ese marco, la ciudadanía no se traga la píldora “queríamos combatir la corrupción, pero no las tenemos todas consigo”, cuando eso se sabía con antelación.

Es necesario diferenciar gobierno y régimen. Este último dicta las reglas del juego, las lógicas dominantes, las cuales no apuestan por el cambio. Por ello la elección próxima de las cortes es decisiva. De darse la continuidad del régimen (de impunidad) el gobierno encabezado por Arévalo habría llegado hasta finales de este año. Las opciones de lograr ciertos cambios la veo a la baja, porque el régimen es más fuerte que las buenas intenciones que se quieran tener.  

Sin encuestas, pero de acuerdo a su experiencia, ¿cree que se mantienen altas expectativas con Arévalo o empiezan a diluirse?: Las expectativas comienzan a diluirse, incluso dentro de los Semilla-lovers. Estos apuestan/apostaban por fuertes cambios desde un inicio (totalmente inviables) pero no admiten nada menos. Otras expresiones ciudadanas apuestan a que se tomen decisiones, a dejar el palabrerío por los resultados. Otros, eran reservados desde un inicio, pensando que esta administración sería tipo espuma de cerveza. Por otro lado, están los contrarios (a diferentes escalas): desde los que esperan que el gobierno caiga más temprano que tarde, hasta los moderados que estiman que Bernardo Arévalo y compañía no podrán hacer nada sustantivo, ni siquiera lograr el necesario escenario de la estabilidad.

¿Cuál dirías que es el sustento o apoyos principales que tienen Semilla y el presidente?:

De momento, el sustento principal es el gobierno de EE.UU. De manera complementaria, otros actores de la comunidad internacional. Temporalmente, algunas organizaciones de sociedad civil, en especial, organizaciones indígenas; pero estas dependen de que las intenciones se traduzcan en acciones. La base del partido, precaria, dispersa y reducida forma parte del apoyo, pero su peso político es pequeño.

Esta es la primera ocasión que la bancada del partido oficial no puede actuar como tal en el Congreso; siendo un actor que quiere controlar, pero no llega a estar ni siquiera tras bambalinas, ya que solo le queda actuar desde un balcón secundario.

¿Y sus principales enemigos?: Algo de esto comenté antes. Los principales enemigos son el MP, las cortes y los múltiples actores allí representados. Gran parte del sector privado también es contrario, ya que esperan que la caída se dé, tarde o temprano.

No se debe olvidar que los grupos pro-corrupción están enquistados en la administración pública y desde allí juegan a ser detractores desde dentro.

Otro sector son los enemigos potenciales, lo que por de pronto no lo son, son neutrales e incluso apoyan, pero que, en la medida no conozcan y reciban incentivos, se transformarán en enemigos o al menos en críticos permanentes. Cabe destacar que, en el mundo global, los movimientos del poder ya no se dan en forma gradual, por lo que el paso de un lado al otro puede dar en forma rápida, más con la presencia permanente de las redes sociales. Un primer escándalo, cierto o no, podría convertirse en el entierro del gobierno.

¿Se puede gobernar y alcanzar logros con un Congreso como el actual, el MP y algunos jueces en la oposición y una CC que se sabe es más opositora que guardián de la ley?: Para intentar tan solo maniobrar en un congreso con esas características, se requiere mayor consistencia y capacidad de manejo político en aguas infestadas de actores interesados, unos, en la caída precipitada de Semilla tanto en esa institución como en el gobierno central, y otros, que son la mayoría, en lograr beneficios o incentivos bajos las maneras tradicionales.

La alianza oficialista en endeble por diseño. Ahora parecería como en proceso rápido de extinción; lo que haría más difícil la maniobra del nuevo oficialismo. A esto se suma que los 23 diputados son, en su mayoría, nuevos y carentes de la mínima experiencia; más dispuestos a su visibilidad y extender la narrativa de las buenas intenciones que a operar políticamente.

Cabe recordar que las dos boletas por medio de las cuales se eligió a los diputados 2024-28 no tuvo cambio alguno en cuanto a las motivaciones de los votantes. Los aires de algo distinto se centraron únicamente en la boleta presidencial. Por ello, la mayoría de los diputados electos representa la gama de intereses de la última década, con especial énfasis en los corruptores y crimen organizado, particularmente al narcotráfico.

La prensa denunció muchos casos de corrupción durante la administración de Alejandro Giammattei, pero los nuevos funcionarios han denunciado pocos de ellos.  ¿Es normal, y no peligra la credibilidad del mandatario si no se hacen denuncias concretas?: Eso es uno de los indicadores de la precariedad de la nueva administración. La corrupción al alza del último gobierno (por no decir más) es evidente y salta a la vista. Sin embargo, le nuevo equipo, o no logra encontrar las llaves de las gavetas donde están las evidencias de los actos ilícitos, o no se han dado cuenta que la corrupción está determinada por las múltiples redes y relaciones aun plenamente existentes en la administración pública.

Los agujeros son tantos que darían para que a diario salieran a flote 2-3 o más escándalos. Sin embargo, la realidad apunta en sentido distinto. Deberían interponer cuanta acción legal fuera necesaria para evidenciar a los “posibles” responsables y así presionar al MP a actuar. En caso contrario, tendrían las evidencias para ejercer toda la presión posible para lograr la salida de la principal piedra en el zapato. Esto es lo que la ciudadanía en general demanda y por lo cual la “luna de miel” ha finalizado: la falta de contundencia y efectividad del nuevo equipo.

Los factores están echados sobre la mesa solo a la espera de acción política, pero este componente decisivo no se pone en marcha y probablemente represente, tempranamente, el principal factor de su fracaso y con ello la puerta abierta para que en el próximo proceso electoral se erija algún personaje surgido del populismo puro y duro que capitalice la falta actual de contundencia.

Algunos analistas consideran que el presidente Arévalo necesita gobernar con el apoyo popular, pero, ¿no corre peligro de perderlo si no hay resultados concretos, por ejemplo, en su batalla contra Consuelo Porras?: Eso del apoyo popular es una frase vacía de contenido. ¿Qué significa? ¿Devolver con favores el apoyo dado por algunas organizaciones, especialmente indígenas, en las jornadas de octubre 2023? 

Ser complaciente, mostrar afinidades y apertura en favor de las demandas sociales es parte de la ecuación, y en la práctica se está dando; pero esa dinámica es insostenible desde el punto de vista político porque trae consigo más y más expectativas vs incapacidad de cumplimiento ­–no por falta de ganas– sino por carencia de institucionalidad, ancho de banda para para maniobrar y recursos públicos que son limitados.

Si gobernar con el apoyo popular significa firmar acuerdos por doquier (por ejemplo, con organizaciones campesinas, después son las autoridades ixiles) la lista se puede hacer interminable. Eso no es gobernar y se puede traducir en trampas porque las alianzas son temporales y si no se cumplen, los respaldos se convierten en oposiciones.

Las primeras batallas están abiertas y no hay visos de opciones. Una de ellas, es la lucha contra la FG. Ella está en franco proceso de fortalecimiento, o al menos dispuesta a seguir con la suya por el resto de su mandato (al menos) a la espera que el resultado de la elección de las cortes sea favorable y le de combustible para operar en plenas capacidades y poner contra la pared a BA y Cía. Quedó demostrado en octubre 23 que la principal demanda social no fue posible materializar.

¿Qué tanto se han debilitado las estructuras de corrupción que estaban incrustadas en prácticamente todas las instituciones del Estado?: Esas estructuras siguen fuertes y operando a plena marcha. Tocarlas, debilitarlas y desaparecerlas son cometidos que requieren un talante, capacidad política y aliados que no se tienen. En esos orificios los apoyos, como EE.UU. no logran entrar porque no conocen las interioridades de esos espacios.

¿Es exagerado pensar que no tiene lógica que no haya denuncias contra Miguel Martínez, por ejemplo?  Estados Unidos lo sancionó por sobornos pedidos por las vacunas rusas…: El MP protegerá a esa persona, Giammattei y sus aliados con garras y dientes. Evidentemente no hará nada. La única opción para tocar las estructuras y negocios de MM comienza con una solicitud de extradición de EE.UU. De lo contrario, la mayoría de las cosas seguirá igual. A lo sumo, habrá variaciones de forma o mutaciones (cambio y rearticulación de actores), pero nada más. Por ello, la salida de la FG es básico, siempre que su relevo responda a un perfil marcadamente distinto. Nada asegura que el sustituto de Consuelo Porras sea igual o peor aún.

Por último, ¿cree que habrá ganador en esa batalla contra Consuelo Porras y las estructuras de corrupción, o habrá que esperar hasta mayo del 2026 para ver nuevo fiscal general…?: De momento ella está solida en su espacio y Arévalo en la esquina contraria sin mayor acción que logre mitigar los golpes presentes y futuros del MP. El escenario de la convivencia, lamentablemente se está confirmando.

Es aquí donde el factor régimen político es el esencial. Las reglas del juego no apuestan por el cambio. Un cambio electoral, por más inesperado y esperanzador que sea, no alcanza por sí solo para enfrentar y dar caravuelta al régimen. Para lograr importantes giros de timón se requieren impulsos mayores, fuerza social constante y cohesionada, partidos dispuestos a dar la batalla, medios de comunicación que dejen de ser complacientes y vayan con todo, y por supuesto, un sector empresarial con sentido democrático. Muy poco de esto tenemos en el país.