Renzo Rosal: Corre y va de nuevo

Renzo Lautaro Rosal

¿Qué significará las elecciones que cuasi monopolizan el presente año, para los miles y miles de guatemaltecos que ven pasar, cada cuatro años, candidatos, promesas, regalitos para compra de voluntades y todo tipo de festines ocasionales? La respuesta, quizás, sea que nada de esto les importe para esas vidas que sobreviven en un mundo en donde todo parece estar en su contra.

Esas y muchas otras vidas transcurren, en forma permanente, determinados por la incertidumbre que ahora, en el mundo global, se ha convertido en tema de primer orden. Factor que para los excluidos, los pobres, la mano de obra barata ha sido constante desde tiempo atrás.

Las siguientes semanas se pondrán de moda, nuevamente, ese tipo de episodios erosionadores; donde imperan las promesas vacías de contenido, las buenas intenciones, el uso mediático e inútil de las frasecitas en favor de los que «menos tienen». Pero es altamente probable que después de agosto, esas voces convenientes se apaguen para dejar paso a la realidad que continúa su ritmo vertiginoso pero desfavorable para muchos que solamente cumplirán con su rol de «carne de cañón».

Desde esta perspectiva, cargada de realismo, queda claro que las elecciones son un evento que sirve de entretención, adormece por un período, desvía la atención, crea falsas atracciones, genera controversias y pasiones artificiales, y todo un sinnúmero de reacciones que sirven para poco. Se trata, más bien, de un acto mitad público, mitad entre bastidores, donde unos entregan la estafeta a otros. Ese instrumento, aunque suele contener una gama de ingredientes que cambian en cada período (mezcla de intereses, utilizar los bienes estatales para diversos cometidos sectoriales, cambio de actores), se mantiene inalterable en cuanto a la apetencia que despierta entre los miles de candidatos que aprovechan este período para sacar las uñas, reinventar sus discursos engañosos y volver por sus fueros.

Sin embargo, aparecen en la distancia algunas organizaciones políticas que en medio del contra viento, han surgido para competir en una cancha, que para varias de ellas es nueva, llena de obstáculos. Así que tenemos por delante un evento, que aunque no cambiará la vida de muchos guatemaltecos, tampoco puede pasar inadvertido o verse como insignificante; donde se enfrentarán fuerzas provenientes de una gama de intereses, como nunca antes han participado. No solo se trata de las fuerzas tradicionales vrs. los reciclados vrs. los nuevos. La disputa es más profunda: entre la continuidad de las fuerzas de resistencia, las que se quieren seguir aprovechando del Estado, sus recursos e alicaídas instituciones; las que emergen como operadoras de las diversas expresiones del crimen organizado, entre otras que saltan con claridad, y seguramente una gama adicional de expresiones menos visibles o identificables.