Qué es la ivermectina y por qué Giammattei aboga por este tratamiento de enfermedades parasitarias para controlar el Covid-19

Alejandro Giammattei, presidente de Guatemala, durante su intervención el 20 de abril en la 27ª Cumbre Iberoamericana de Estados y de Gobiernos, en Andorra (España) dijo que la Ivermectina “sustituye, por mucho” a la vacuna contra el COVID-19 si se toma de forma preventiva, pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que la evidencia actual sobre el uso de este medicamento para tratar pacientes con coronavirus no es concluyente, y que hasta que se disponga de más datos recomienda que el fármaco solo se utilice en ensayos clínicos.

En realidad, la ivermectina se usa para tratar la sarna y las enfermedades causadas por parásitos. Los efectos se basan en modificaciones de los canales de cloruro, lo que lleva a la parálisis y muerte de, por ejemplo, los ácaros de la sarna y de los gusanos de seda.

Tiene buenos resultados si se utiliza en el tratamiento de la oncocercosis (ceguera de los ríos), estrongiloidiasis y otras enfermedades causadas por helmintiasis transmitidas por el suelo.

Histeria colectiva

Los adeptos de este agente antiparasitario de amplio espectro para combatir el Covid-10 forman parte de quienes tras un informe australiano, en junio de 2020, en la revista Antiviral Research, asegurara que la ivermectina reducía considerablemente la carga viral del SARS-CoV-2 en un estudio preclínico in vitro, es decir, en condiciones de laboratorio.

Fue así como muchos se sumaron a este hilo de histeria colectiva. En Perú, el año pasado, fue ampliamente utilizada para tratar las fases tempranas del COVID-19. Sin embargo, en octubre, el gobierno retiró de su guía de tratamiento contra la enfermedad una serie de medicamentos, entre los que figuraba la hidroxicloroquina y la ivermectina, tras indicios sobre su ineficacia.

OPS

Ya a fines de junio, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) había subrayado en un informe que los resultados sobre la eficacia de la ivermectina para reducir la carga viral en cultivos de laboratorio no son suficientes para indicar que dicho preparado sería beneficioso desde el punto de vista clínico.

El Organismo de Reglamentación de Medicamentos y Productos Sanitarios de Sudáfrica (SAHPRA) también desaconsejó su uso a finales de diciembre de 2020, diciendo que aún no había datos confirmatorios sobre la ivermectina para su uso en el tratamiento de las infecciones por COVID-19. En cuanto a la seguridad y la eficacia, no hay pruebas que apoyen el uso de la ivermectina y no se dispone aún de ensayos clínicos que justifiquen su uso.

Aun así, la ivermectina sigue gozando de mucha popularidad en América Latina como medicamento «milagroso». En Honduras, por ejemplo, la Mesa Multisectorial para la Apertura Económica y Social pidió la semana pasada al gobierno que permitiera el «uso voluntario de la ivermectina de manera profiláctica, para combatir el COVID-19».

Pero los expertos de la OMS reitera que si bien la ivermectina figura en su lista de medicamentos esenciales se debe a es eficaz contra una amplia gama de parásitos. Solo por eso, por el momento.

Recomendaciones anteriores sobre tratamientos contra el COVID

  • El panel de expertos de la OMS ha emitido las siguientes recomendaciones sobre tratamientos contra el COVID-19 hasta ahora:
  • Una fuerte recomendación a favor del uso de corticosteroides sistémicos como la dexametasona para pacientes con COVID-19 grave o críticamente enfermos; con una recomendación condicional contra su uso en pacientes con COVID-19 leve / moderado
  • Una recomendación condicional contra la administración de remdesivir además de su uso habitual
  • Una fuerte recomendación contra el uso de hidroxicloroquina o cloroquina para el tratamiento de COVID-19 de cualquier gravedad
  • Una fuerte recomendación contra la administración de lopinavir / ritonavir para el tratamiento de COVID-19 de cualquier gravedad
  • Una recomendación condicional para el uso de anticoagulantes en dosis bajas en pacientes hospitalizados (esta recomendación forma parte de las guías de manejo clínico). Se sugiere el uso de anticoagulantes en dosis bajas en lugar de dosis más altas, a menos que se indique lo contrario.