PROVOCATIO: Esperanza e inacción

José Alfredo Calderón E.

Historiador, observador social y analista político

Si uno hace la pregunta: ¿Es bueno tener esperanza?  Somos muy escasos quienes condicionamos la respuesta. La mayoría diría lacónica y prontamente que sí, siempre es bueno tener esperanza.  Pero esta tiene que ver con “esperar”, y en nuestro medio, resulta en inacción.  Veamos qué dice la RAE sobre “esperanza”:

“1. f. Estado de ánimo que surge cuando se presenta como alcanzable lo que se desea.

2. f. Mat. Valor medio de una variable aleatoria o de una distribución de probabilidad.

3. f. Rel. En el cristianismo, virtud teologal por la que se espera que Dios otorgue los bienes que ha prometido.”

En la primera acepción, esa espera tiene que ver con el deseo. En la segunda nos habla de probabilidad (aunque sea remota) y finalmente, la tercera tiene que ver con el pensamiento mágico-religioso. Si se mezclan las acepciones, quizá se encuentre una respuesta a esa sempiterna e indolente actitud de los guatemaltecos de esperar algo bueno, cuando en el fondo, sabe que las probabilidades son nulas y que las señales de negatividad abundan.

Traigo a colación esto, pues a pesar de las evidencias de similitud entre el terrible gobierno saliente y el entrante, la masa de habitantes (que no ciudadanos), sigue haciendo gala de su falta de instrucción y candidez política, al esperar que, de pronto, las cosas cambien para bien.  Que el gobernante electo (y sus patrocinadores) cambien su esencia y, sobre todo, por un acto de magia atribuible a cualquier santo, las decenas de militares de línea dura detrás de VAMOS, abandonen la doctrina de seguridad nacional y dejen el pasado de terror que los acompaña, asumiendo una versión contraria a su propio ADN.

Después del manotazo militar que le dieron a Giammattei en San Salvador el 24 de octubre de 2019[1] y el posterior papelón de su fallida entrada a Venezuela (futuros canciller y secretario privado incluidos) las cosas cambiaron drásticamente y el perfil del presidente electo bajó y el del vicepresidente electo prácticamente desapareció. El uniforme verde les recordó quienes mandan en realidad y la factura por el apoyo electoral se hizo efectiva. 

Luego asistimos al epílogo del show presidencial, ante el silencio cómplice de las nuevas autoridades.  La canciller Jovel, se ha dado gusto en la apertura apresurada de nuevas sedes diplomáticas, los blindajes a sus aliados y la emisión de normativa en consecuencia.  Se le pregunta a Brolo y… silencio. 

Degenhart termina de hacer pedazos la reforma policial, desinstalar los mandos técnicos de la PNC y como guinda, se erige en la figura principal para instalar               –fácticamente– el Acuerdo de Tercer País Seguro, bajo el eufemismo de Acuerdos de Cooperación de Asilo –ACA– . Se le pregunta a Giammattei, y solo atina a decir que no sabe nada, que no le informaron y que posiblemente se enterará después que tome posesión y sea el portador de la banda presidencial (aunque el poder lo tengan otros). El vice ni pío, menos el nuevo canciller.

El ministro de ambiente – bajo efectos tropicales– le dice lo que quiere al presidente electo y aprovecha últimamente para indicar que, muy posiblemente, sea candidato presidencial. Ni modo, después de Jimmy, el concepto de CUALQUIERA, adquirió connotación de aspiración presidencial universal en la comarca.

Ya se sabe que en la mayoría de ministerios, secretarías y otras entidades públicas, las clicas seguirán en su “agosto”.  Por su parte, los empresarios y grupos neo pentecostales, con una sonrisa de oreja a oreja y los militares, no digamos. La comunidad internacional, como la Consuelito: vigilantes y observadores.  El movimiento social y la sociedad civil, desarticulado, débil y perdido.  Solo el campesinado organizado y algunas otras expresiones minoritarias, con claridad, pero sin fuerza. ¿La prensa independiente? Salvo las expresiones comunitarias, ya no queda prácticamente nada, después de los golpes asestados a Prensa Libre, La Hora, Guatevisión y la persecución permanente a El Periódico.

Podría abundar en más detalles, anécdotas y sin sentidos, pero cierro con la joya de fin de año: ¿Quién será el quintacolumnista que le aconsejó a Giammattei salir metido en una piscina y enviar un saludo “presidencial”?  Al parecer, el entrenamiento que tuvo para el papelón de Caracas, ya le dio cayo para hacer otros, como el de este desafortunado vídeo.

Cuán agradecidos estarán los miembros de la Alianza Criminal Retro, de que este pueblo siga siendo manso y menso, teniendo en la esperanza, su eterna aspiración mágica hacia un mundo mejor. Me recuerda tanto el síndrome de la mujer abusada, que a pesar de las borracheras, agresiones, descalificaciones y asfixias patrimoniales que le provoca su victimario, ella siempre guarda la ESPERANZA de que su pareja/agresor, cambie.


[1] https://cronica.com.gt/2019/10/provocatio-el-presidente-sin-banda/ En este artículo describo con claridad lo sucedido.