Más temprano que tarde, la Embajada y algunas de las élites se organizaron con un objetivo estratégico: impedir que Manuel Baldizón -virtual ganador de las elecciones de ese año- concretizara su llegada al poder. Todos los sondeos y encuestas, pero principalmente las no publicadas (que los Boys siempre financian) daban como resultado un territorio rojo (los colores del partido LÍDER). |
José Alfredo Calderón E.
Historiador y Analista político
A estas alturas, solo algunos ilusos creen que la ciudadanía sacó del poder a Otto Pérez y Roxana Baldetti por medio de las movilizaciones conocidas como La Plaza de 2015. Luego, en 2017 hubo “otra plaza”, pero no es motivo de este artículo.
Muchos asistimos jubilosos a lo que creíamos un despertar genuino de la población olvidando que, en estos lares, no hay una verdadera ciudadanía sino únicamente habitantes y muy manipulables, por cierto.
Con algunos académicos asistentes a La Plaza, comentamos sobre algunas situaciones “extrañas” que observamos y que, cuando se generalizó el “No te toca”, ya no quedó duda: La mano que mece la cuna había intervenido, aunque en esos momentos aún no teníamos claro el cómo.
Analistas y estudiosos de la realidad nacional coincidimos en varios puntos que no eran coherentes en un movimiento genuino, espontaneo e incluso, masivo. Igual, muchos conteníamos una rabia contra el sistema y vimos en este espacio, una forma de demostrarla. Reconozco, además, que guardamos la ilusión de lograr, junto a otros ciudadanos conscientes y formados políticamente, un movimiento organizado y estratégico, pues desde un principio se notó la falta de dirección política, al menos, conocida públicamente.
Debo reconocer que no todo fue manipulado, pues conozco, respeto y admiro a dos de las fundadoras de “Renuncia Ya” quienes generaron el movimiento, viendo ante sí, una reacción popular que rebasaba su capacidad, pues ellas eran un grupo muy pequeño y sin mayores herramientas. Ojalá las siete gestoras escriban algún día sus memorias. En todo caso, agradecimiento total a su valiente y genuina acción.
Más temprano que tarde, la Embajada y algunas de las élites se organizaron con un objetivo estratégico: impedir que Manuel Baldizón -virtual ganador de las elecciones de ese año- concretizara su llegada al poder. Todos los sondeos y encuestas, pero principalmente, las no publicadas (que los Boys siempre financian) daban como resultado un territorio rojo (los colores del partido LÍDER). Al respecto, los invito a ver de nuevo el reportaje de Plaza Pública que mostró gráficamente lo que afirmo.
Hago aquí el debido énfasis para indicar que considero a Baldizón un personaje siniestro y facineroso, siendo la misma opinión que tuvo La Embajada y algunos empresarios de élite, pero por motivos MUY diferentes. Ahora veamos algunos ejemplos “raros” sucedidos en el 2015.
- Al inicio, las convocatorias mayoritarias provenían del sector llamado “camisas blancas”, quienes deben su nombre al movimiento de unos whitemalans que quisieron derrocar al gobierno de Álvaro Colom en 2009. De hecho, en las convocatorias para La Plaza se insistía en el uso de camisas o playeras blancas, a lo que muchos nos opusimos. El resultado: Un grupo de canchitos por un lado y por otro, la mayoría multicolor.
- La renuencia contra todo discurso “político e ideológico”, la oposición a colocar una tarima unificada, sin perjuicio de algunos intentos que derivaron en varias tarimas pequeñas con problemas de audio. Después se entendió el porqué de ello.
- La convocatoria surgía de muchas fuentes pero el discurso era muy similar. De un momento espontáneo y genuino se pasó vertiginosamente a un espacio organizado, pero que imponía sus propias reglas. Aunque la planificación se hacía en inglés, la socialización fue en español…
- El apoyo empresarial a la gesta. Incluso los medios de comunicación televisiva, tradicionalmente al servicio de las élites económicas, empezaron a cubrir el evento en vivo. Luego, el paro empresarial de varios elementos pertenecientes al capital corporativo e incluso, algunos pocos ligados al capital oligárquico. El apoyo a La Plaza parecía general y nacional, como si las diversas Guatemalas se hubiesen unido, lo cual, por supuesto, no era real.
- La ausencia de vándalos o pandillas en un escenario que resultaba ideal para delinquir. Así mismo, notamos que nadie fue víctima de robo o acto delictivo, como normalmente sucede en estos casos, especialmente en la zona central, territorio de maras. Traigo a colación un concierto musical para la Paz que organicé en un proyecto de PNUD en la misma zona y, de entrada, se nos advirtió que había que negociar con las pandillas del sector (vía terceros, afortunadamente) para que permitieran llevarlo a cabo. En conclusión, no se puede hacer manifestación masiva alguna, sin la “venia” de las pandillas del sector.
- La presencia del embajador Todd Robinson, empresarios, militares y otros personajes polémicos que mucha gente no advirtió por ser poco conocidos (físicamente hablando) como Juan Luis Bosch y el general Ortega Menaldo, por citar solo a unos. “Casualmente”, esto coincidió con el aparecimiento de las pancartas con la frase “No te toca” y la foto de Baldizón. Algunos grupos organizados en reuniones de la famosa “Casa Roja” empezamos a denunciar dicha maniobra, pero la gente ya estaba encarrilada en un vagón ajeno y el cúmulo de emociones hizo su parte. Por más que insistimos en que “en esas condiciones no queremos elecciones”, La Embajada y las élites ya estaban de acuerdo con lo programado.
- La guinda del pastel fueron las detestables pero adictivas vuvuzelas. El recurso para acallar cualquier discurso u organización popular genuina fue sellado con el escandaloso ruido de estos aparatos. Como por arte de magia, estos instrumentos inundaron La Plaza y, muchas de ellas, incluso, eran regaladas.
Podría mencionar más ejemplos de sucesos anormales, pero llego hasta aquí, por razones de espacio.
El sistema le vuelve a pasar factura a Baldizón y le niega, con sobradas razones, su inscripción como candidato a diputado. El pequeño gran problema es que no pasa lo mismo con otros personajes de igual catadura delincuencial.
En la segunda parte, daré detalles del porqué el leitmotiv de La Plaza siempre fue defenestrar a Baldizón, utilizando la esperanza y expectativas de tantos buenos guatemaltecos como sombrilla. Los movimientos basados en emociones son como la espuma, peor aún si son manipulados y los intereses ocultos se conocen hasta después. Sin organización y conducción política estratégica, estas expresiones siempre llevan las de perder como lo demostró, también, la “revolución de colores” en Egipto en 2011.
Continúa el martes 14 de marzo.
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