PROVOCATIO· USAC: El laboratorio más útil

Pocas voces han exigido la discusión electoral con base a programas y planes de trabajo, perfiles académicos de los aspirantes y EQUIPOS de trabajo, así como militancia en todos los espacios propiamente sancarlistas, lo cual debiera evidenciar: talante ético, experiencia administrativa e intelectual y un ferviente espíritu y compromiso con la USAC y el pueblo.  

José Alfredo Calderón E.

Historiador y analista político

Recientemente platicaba con varios colegas, la mayoría de ellos sancarlistas como yo, acerca de las elecciones a rector de la USAC. Comentarios iban y venían, pero el denominador común fue que, si bien las opiniones resultaban acertadas, no estaban interconectadas desde un enfoque integral. En otras palabras, se miraba el árbol, pero perdiendo de vista el bosque.

Escuché a todos y luego compartí mi punto de vista.  La USAC –les dije– es el mejor laboratorio social y político para las élites y sus operadores. Ninguna otra elección tiene la dimensión, el alcance y las implicaciones que tiene la elección de rector, en general y la presente elección, en particular, la cual reviste características que antes no acusaba.

Si bien el resto de elecciones también constituyen laboratorios, donde el patrimonialismo, el clientelismo y toda clase de artimañas es común, ninguna representa una muestra social tan grande y representativa de la sociedad. Los comicios en la USAC, son ni más ni menos, una prueba previa a las elecciones generales.

No es que la única universidad pública vaya a caer en las garras del crimen organizado, esto es una misión cumplida hace ya años por las clicas que operan dentro de la USAC y a nivel nacional. Desde inteligencia militar, se intervino en todas las áreas, con énfasis en las dirigencias estudiantiles. Basta recordar la cooptación de la llamada “transitoria” que se volvió eterna en la dirigencia de AEU y que la recuperación que se hizo (con Lenina García de Secretaria General) no solo no alcanzó, sino que después, salieron a luz algunas cuestiones que por ahora escapan al propósito de este artículo. Lo cierto es que de la euforia inicial, se pasó a la desilusión, como pasa con todos aquellos suspiros emotivos, como les llamo a estos “movimientos” sin programa, liderazgo político y solidez basada en las masas, y en este caso, la población estudiantil en general. La Plaza del 2015 es fiel reflejo de lo que escribo.

La dirigencia actual, brilla por su ausencia y falta de olfato, contundencia y rumbo político. Salvo excepciones muy contadas, no hubo rincón universitario sin intervención. Desde el ámbito laboral, básico para la manipulación y dominio en todas las elecciones internas, hasta docentes y autoridades, tanto mayores como menores.  Los presupuestos cada vez más escandalosos para impulsar todo tipo de plataformas electoreras (que no electorales) y la proliferación de espectáculos deprimentes y vulgares para capturar votos, fueron la muestra inequívoca de la debacle.

Muy calificadas excepciones, han mantenido la voz de protesta y el espíritu de lucha para recuperar la academia, con énfasis en la investigación y la proyección de la universidad respecto de los grandes problemas nacionales. Y esto, es lo que, precisamente, está en grave peligro en esta elección. La alianza criminal ve en estas elecciones, la tapa al pomo para consolidar tres cosas:

  • La supresión de toda oposición democrática y consecuente con los principios de la USAC. 
  • La anulación de toda aquella producción material y simbólica que pretenda promover el pensamiento crítico.
  • La instrumentalización total de la USAC para beneficiar a las élites, desde la perspectiva de negocio académico para sumar a la oferta privada; así como a sus operadores políticos para consolidar otros espacios aún no tomados a nivel nacional o mantener los ya cooptados.

Entendido esto, debiera reflexionarse sobre la manipulación que la actual elección implica. Al mejor estilo de los partidos políticos a nivel nacional, dos mecanismos ya salieron a flote: El mesianismo y el maniqueísmo.

El primero, tiene que ver con esa enraizada idea que una sola persona, cual caudillo, puede resolver todos los problemas de Guatemala y, en este caso, de la Tricentenaria. Los politiqueros de profesión lo saben y por eso se les facilita manipular a las mayorías, ocultando sus verdaderas intenciones cuando impulsan iniciativas personales disfrazadas de gremiales, académicas o políticas.

El segundo, se refiere a esa pretensión de reducir todo a dos polos: los buenos  versus los malos, blanco o negro, los iluminados contra los oscuros. Por supuesto que, en esta dinámica, el politiquero lleva las de ganar, pues la esencia de este mecanismo consiste en autocolocarse en uno de los polos, precisamente “el bueno, el iluminado o el blanco”, según los escenarios y características que presente cada ocasión y espacio.

Lamentablemente, muchos miembros de la comunidad universitaria han caído en esta manipulación y, seguramente, serán potenciales votantes en los comicios generales del año entrante, optando, sin quererlo manifiestamente, por opciones desgastadas, oportunistas y francamente perversas. El laboratorio USAC ¡vaya si funciona!

Pocas voces han exigido la discusión electoral con base a programas y planes de trabajo, perfiles académicos de los aspirantes y EQUIPOS de trabajo, así como militancia en todos los espacios propiamente sancarlistas, lo cual debería evidenciar: talante ético, experiencia administrativa e intelectual y un ferviente espíritu y compromiso con la USAC y el pueblo.

Como las élites y sus operadores jamás dan paso sin huarache (como dicen en México) la manipulación y estratagemas empezaron mucho antes de las elecciones a rector, para lograr una situación actual con tres escenarios posibles, todos beneficiando al ungido de turno, pero ojo, utilizando a otros actores para tan avieso fin, pues esta película tiene varios “malos”.

Quiero recordarles, estimados lectores, lo sucedido con la Corte Suprema de Justicia. En el proceso de elección de nuevos magistrados, el Congreso manipuló para que se dieran también, tres escenarios muy parecidos al actual:

  • Repetición de todo el proceso para que la alianza criminal se pudiera rearticular y rescatar a algunos personajes que habían sido depurados por la comisión de postulación.
  • Elegir entre la lista entregada al Congreso, la que, aún con algunas bajas del pacto de corruptos, lograba mayoría de afines a esa alianza criminal.
  • Mantener en impase la elección de nuevos magistrados, sosteniendo, ilegalmente, una corte que, salvo dos excepciones (María Eugenia Morales y Delia Dávila) votaba mecánicamente a favor de las clicas que mal gobiernan el país.  

El resultado ya se conoce y ahora, en la USAC, tenemos una situación similar con tres escenarios similares a los anteriores, todo ello, en manos de un Consejo Superior Universitario que se delata por todos sus poros:

  • Se repite todo el proceso desde su inicio, lo cual favorece a quienes tienen más recursos, logística y, sobre todo, la sartén por el mango.
  • Se mantiene en vilo la elección y continúa un rector interino, abiertamente a favor de los grandes manipuladores. “Para qué afanarse en cambiar lo que nos funciona”, dirán estos operadores espurios.
  • Se dispone repetir el proceso, hasta antes de la anulación de los electores de oposición. Este escenario puede implicar variantes. Por ejemplo, se resuelve parcialmente, “rehabilitando” un par de cuerpos de electores de los dos damnificados, uno y uno (SOS y AVANTE) manteniendo, en esencia, la disparidad y manipulación.  

Todos los caminos llevan a Roma, como se ve.

Aún con todos sus problemas y vicisitudes, la USAC todavía cuenta con reductos éticos y académicos que corren peligro de ser eliminados en definitiva, si no despertamos a tiempo. Además, una comunidad aproximada de 220 mil miembros, no es poca cosa. Como titulé este artículo, es el laboratorio más útil para sinuosos proyectos más amplios y perversos, pero también, si lo advertimos y aprovechamos, puede ser un punto de partida para construir futuro.

De manera urgente, invito a la comunidad sancarlista a pensar fuera de la caja y no dejarse manipular. Nos encontramos en una encrucijada muy complicada que solo puede resolverse más allá de los intereses personales o de grupo. La USAC, su academia y la impronta que ejerce en la realidad nacional, merecen un mejor futuro y solo los sancarlistas de corazón se lo podemos dar.

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