Nikky Haley con el reto de demostrar hoy en New Hampshire que puede ser contendiente de Donald Trump

Tras la salida de Ron DeSantis en carrera republicana por la Casa Blanca, la exembajadora ante la ONU es la única contendiente frente al poderoso expresidente acosado por casos judiciales.

WASHINGTON — El expresidente Donald Trump y su exembajadora ante las Naciones Unidas Nikki Haley se enfrentarán en un duelo este martes en las primarias de Nuevo Hampshire, donde ambos lucharán por demostrar que son la mejor alternativa para la nominación presidencial republicana a las elecciones de noviembre próximo en Estados Unidos.

Tras la sorpresiva salida de la campaña del gobernador de Florida, Ron DeSantis, esta «ahora es realmente una carrera de dos personas», dijo a la Voz de América el analista y politólogo Todd Belt, quien advirtió que esta será una batalla crucial para ambos contendientes.

El cara a cara en la «primaria inaugural de la nación» ofrecerá la oportunidad a Trump de afianzar su control sobre la mayoría de los votantes republicanos, pero por otra parte, podría ser el momento para que Haley demuestre que el expresidente, favorito en las encuestas, podría ser vulnerable ante una parte del electorado que busca un nuevo liderazgo al frente del partido.

A pesar de haber quedado tercera en Iowa, la exgobernadora de Carolina del Sur había declarado que los resultados de Iowa indicaban una «carrera de dos personas», en referencia a ella y Trump. Ahora, esta predicción es una realidad para Haley.

Los analistas insisten en que la ausencia de DeSantis -segundo en los caucus de Iowa por detrás de Trump- marcará la carrera de primarias por la codiciada nominación, puesto que ahora quienes apoyaban al gobernador de la Florida podrían migrar hacia uno u otro lado.

En su despedida, DeSantis declaró su respaldo a Trump, terminando así un feudo entre ambos que definió el camino previo al inicio del año electoral en EEUU y dividió al ala republicana más conservadora.

Para Belt está claro hacia donde irá este respaldo de quienes están convencidos de que el expresidente no es el camino.

«Todo el dinero y la atención del ala del partido que no apoya a Trump se destinará a Haley. Trump se está beneficiando del respaldo de DeSantis y [del senador republicano y excandidato Tim] Scott, por lo que todavía es una batalla cuesta arriba para Haley», resaltó el profesor de Ciencias Políticas de la George Washington University, en la capital estadounidense.

Nuevo Hampshire, campo de batalla para los republicanos

Ocho días después de los tradicionales caucus o asambleas electorales partidistas en Iowa, las primarias de este martes será la primera votación tradicional en este periodo de primarias.

A diferencia del complejo procedimiento presencial que estipula un horario estricto de inicio y un balotaje físico, el sufragio en Nuevo Hampshire transcurrirá durante todo el día, sin tantas restricciones.

Los expertos señalan que el rico estado, situado en la costa este y hogar de votantes más moderados en comparación con la conservadora Iowa, podría ofrecer una apertura a Haley, que busca romper la amplia ventaja con que lidera Trump.

En Iowa, el exmandatario ganó el 51 % de los votos, mientras que DeSantis y Haley se llevaron el 21,1 % y 19,1 % respectivamente. Hasta el momento, Trump lidera la intención de voto en New Hampshire con el 50,8 % de los apoyos, por encima de Haley, que acumula un 36,6 %, según el promedio recopilado por el proyecto FiveThirtyEight.

Aunque no lo parezca, existe todavía un tercer contrincante por la nominación: el empresario y pastor de Texas Ryan Binkley. Su porcentaje en las encuestas es tan bajo, que la mayoría de los votantes no lo registra como precandidato.

En el caso de los republicanos, en el llamado Estado de Granito ambos precandidatos se disputarán los 22 delegados a la Convención Nacional Republicana, que decidirá el candidato presidencial en julio próximo. Su posición inaugural en la carrera de primarias le ha dado históricamente a Nuevo Hampshire un papel relevante en el camino a la codiciada nominación.

Este no será el caso de los demócratas, que rompieron con la tradición y favorecieron a Carolina del Sur como su primera primaria oficial. La decisión del Comité Nacional Demócrata fue impulsada por el presidente Joe Biden, que se presenta a la reelección como incumbente.

La intención de los azules fue ofrecer un mayor papel al estado sureño, mucho más diverso y donde el voto obrero y afroamericano tiene un mayor peso en comparación con Nuevo Hampshire, con cerca del 90 % de población blanca.

Este martes, sin embargo, los demócratas emitirán sus votos – las autoridades estatales expresaron su deseo de mantener la tradición de «los primeros en la nación»- aunque estos no serán vinculantes. Los resultados de la primaria del partido gobernante en Nuevo Hampshire servirán solo como barómetro.

¿Qué está en juego?

En el estado del noreste estadounidense, las primarias son «semiabiertas», lo cual significa que son menos restrictivas que los caucus, donde solo los votantes registrados como miembros de los partidos pueden acudir a las urnas. En este caso, todos pueden participar.

Esta apertura, junto a la tradición moderada y la mentalidad libertaria del territorio, propicia que aspirantes considerados como moderados o más orientados al centro, como en el caso de Nikki Haley, recaben más apoyos.

En esto precisamente ha basando Haley su estrategia en Nuevo Hampshire, donde ha desarrollado una extensiva campaña desde hace meses. Expertos advierten que este territorio sería la mejor oportunidad que tendría la exembajadora ante la ONU de llevarse una victoria o en su defecto, un cercano segundo puesto, este último quizá el resultado más probable debido a la ventaja que lleva Trump.

Cerrar la brecha en Nuevo Hampshire también podría poner a la exgobernadora de Carolina del Sur en un buen camino hacia la próxima primaria, esta vez en su estado natal, el próximo 3 de febrero.

«Trump se está beneficiando del respaldo de DeSantis y Scott, por lo que esta todavía es una batalla cuesta arriba para Haley. Si puede obtener entre el 40 % y el 50 % en New Hampshire, entonces tendrá impulso en Carolina del Sur y podrá mantener su campaña», opinó el profesor de la George Washington University, Todd Belt.

Haley es quien más tendría que perder si no logra un buen desempeño este martes. Mientras una victoria podría significar un poderoso impulso en la carrera, un resultado por debajo de lo esperado podría resultar en un golpe de gracia para sus aspiraciones presidenciales.

«Si (Nikki Haley) no puede demostrar que cerca de la mitad del partido quiere a alguien más que Donald Trump, obteniendo al menos el 40 % de los votos, su candidatura puede estar terminada. Sería humillante perder su estado natal de Carolina del Sur ante Trump», concluyó el politólogo y experto en elecciones estadounidenses.

Una victoria de Haley en Nuevo Hampshire y luego en Carolina del Sur podría ser un escenario desfavorable para Trump, porque opacaría su reinado como favorito absoluto sobre el partido republicano, aunque todavía haría falta mucho más para descarrilar su camino hacia la revancha frente al demócrata Biden en noviembre.

[Con información de Reuters]