Millones de flores de América Latina se distribuirán en EEUU por el Día de San Valentín

  • El aeropuerto de Miami gestiona casi el 90 % de las flores importadas a Estados Unidos, mayoritariamente de Colombia, Ecuador y Chile.

MIAMI, EEUU — Este 14 de febrero se celebra el día del amor y la amistad en la mayoría de los países del mundo. También en Estados Unidos, cuya tradición de regalar rosas u otros ornamentos florales se ha popularizado a lo largo de los años.

Durante las últimas semanas el Aeropuerto Internacional de Miami, en Florida, ha registrado una actividad más alta de lo habitual en el año y lo es con motivo del Día de San Valentín. Por estas instalaciones pasan el 89 % de las flores importadas, mayoritariamente de América Latina.

“Nosotros recibimos casi el 90 % de todas las importaciones de flores de Estados Unidos, principalmente procedentes de Colombia, Ecuador y Chile. Para nosotros esta es una operación que tiene una gran relevancia porque justamente una de cada cinco flores que entra a Estados Unidos son inspeccionadas aquí en Miami”, explica Indira Pardillo-Almeida, vocera del Aeropuerto Internacional de Miami, en declaraciones a la Voz de América.

Un revulsivo económico

Esta industria se ha convertido en un revulsivo económico para muchas empresas del sector gracias a la gran demanda de flores que hay en el país norteamericano, especialmente en festividades como el día de San Valentín o el día de las madres (14 de mayo).

“Para nosotros, la industria de las flores es fundamental y representa aproximadamente el 40 % de lo que nosotros operamos durante el año, por lo que se requiere una operación muy preparada para garantizar la seriedad y la calidad que eso significa”, dice Gabriel Oliva, director general de Avianca Cargo, una de las principales compañías de transporte de la región encargada de la distribución de flores.

En las últimas semanas, según cuenta Oliva, las operaciones de flores “casi se triplican”, por lo que, incluso, deben incrementar la flota de aviones para dar respuesta a la gran demanda de Estados Unidos para el 14 de febrero.

“No solo son los aviones, las bodegas también tienen que estar preparadas”, agrega al respecto.

Desde que se recogen las flores hasta que las compra el cliente

Es una operación que está cuidada milimétricamente, sobre todo para mantener las flores a una temperatura óptima desde el lugar de salida en América Latina hasta llegar a Estados Unidos y disponerlas hasta el cliente final. “Aquí hay una serie de actores con los que tenemos que trabajar de forma muy coordinada. Nosotros trabajamos con el exportador, nos entrega las flores y nosotros las ponemos en el almacén, para luego colocarlas en la rampa y subirlas al avión”, cuenta el representante de Avianca Cargo, que se ha convertido en la primera aerolínea de todo el continente americano en obtener el certificado CEIB Fresh, el estándar de garantía de calidad que otorga la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés).

La amenaza de las flores

Una vez llegan a territorio estadounidense, se deben seguir unos estrictos protocolos de bioseguridad. Cada día, cientos de oficiales de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, en inglés) inspeccionan una muestra de las flores importadas con el objetivo de minimizar al máximo el riesgo de plagas.

“Lo que básicamente se hace es inspeccionar una porción de las flores de todos estos vuelos que llegan y nos aseguramos de que no entren ningún tipo de plaga que sea dañina al sector agrícola de Estados Unidos”, señala Abel Serrano, asistente del Departamento de Agricultura de la agencia federal.

La mayor preocupación es que se pueda originar una plaga a causa de un lote de flores que pudieran tener algún tipo de insecto dañino, por lo que los oficiales tienen que estar capacitados para discernir cualquier tipo de amenaza para la salud pública de Estados Unidos.

El año pasado se destinaron 128 billones de dólares para la erradicación de plagas que entraron al país norteamericano, lo que da una idea de lo importancia que tiene este sector tanto en la economía, como también en las medidas biosanitarias.

“Estos insectos pueden llegar a provocar algún tipo de daño a otros cultivos agrícolas, y eso obviamente provocaría un aumento de precios de los productos”, advierte Serrano.