Megan Rapinoe, la futbolista que lucha de rodillas contra el racismo

La estadounidense Megan Rapinoe es actualmente la jugadora de fútbol más famosa del mundo, pero a causa de la pandemia del coronavirus no ha jugado un partido desde hace meses.

En una entrevista con dpa, la integrante de la selección de fútbol femenino estadounidense y campeona del mundo habla de esta pausa forzada pese a no haber sufrido una lesión. Rapinoe también cuenta cómo experimenta el cambio en el deporte de su país tras convertir su lucha solitaria contra el racismo y la discriminación en una posición mayoritaria entre los deportistas profesionales.

dpa: ¿Cuándo jugó al fútbol por última vez?

Rapinoe: El último partido oficial fue justo antes del cierre, el 9 de marzo. Desde entonces solamente he entrenado de manera individual y he tratado de mantenerme en forma lo mejor que puedo.

dpa: ¿Cómo se siente por no haber jugado durante tanto tiempo?

Rapinoe: Es realmente muy difícil. Cuando te lesionas, tienes que rehabilitarte y ves el progreso. Es más fácil mantenerte motivada y enfocada. Es muy frustrante no poder salir al campo de juego. Pero tal como estaban las cosas no me sentía cómoda, y para ser sincera, aún no lo estoy. En Estados Unidos se ha manejado muy mal la crisis del coronavirus.

dpa: ¿Cuál es el plan, cuándo volverá a la cancha?

Rapinoe: Enero no será muy distinto a diciembre, pero siento que en algún momento tengo que empezar a jugar de nuevo. Por lo que he escuchado, los entrenamientos con la selección nacional son muy buenos y seguros y estoy planeando sumarme. Con los Juegos Olímpicos a la vista, definitivamente necesito entrenar.

dpa: ¿Cree que es una buena idea que continúen los deportes profesionales durante la pandemia? Tan solo en la liga nacional de fútbol americano (NFL), más de 500 personas han dado positivo por coronavirus.

Rapinoe: Personalmente creo que son demasiados casos y está en juego la vida de la gente. Las ligas masculinas tienen los medios para fletar aviones. Es un escenario completamente diferente al de las ligas femeninas, que vuelan en aviones de línea y no tienen el dinero para trasladarse de la forma más segura posible.

Los deportes universitarios son un desastre y lo peor de todo es que ni siquiera les pagan a los atletas. Los deportistas profesionales tienen la capacidad de tomar esa decisión y ser compensados por asumir ese riesgo adicional. Los estudiantes no tienen eso, creo que es un poco criminal.

Yo tampoco sé qué es lo mejor. Aquí, en Estados Unidos, no hemos hecho un buen trabajo y probablemente no deberíamos hacer lo que estamos haciendo. Pero entiendo el deseo y la necesidad, y ha habido modelos que han funcionado. No se sabe realmente qué consecuencias tiene hasta que se prueba. Es una decisión difícil para cualquiera.

Pregunta: ¿Qué aprendió sobre usted misma en 2020?

Rapinoe: Soy una persona mucho más sociable de lo que pensaba y no tan hogareña. Me gusta estar en casa y no me volví loca. Pero creo que antes me gustaba mucho estar en casa porque estaba mucho de viaje. Ahora me gustaría estar afuera más a menudo. Mi deseo de socializar es mucho mayor de lo que pensaba.

dpa: Su autobiografía, que salió a la venta en noviembre, termina de un modo muy optimista, con las palabras «¡vamos, en marcha!», en referencia a las protestas contra el racismo y difundiendo la esperanza de un cambio definitivo. En ese sentido, ¿el 2020 fue entonces un buen año?

Rapinoe: El 2020 nos trajo muchas verdades e información de las que no podemos desentendernos. Durante mucho tiempo lo pudimos hacer, pero tengo la sensación de que es uno de esos momentos en los que todo ha salido a la luz y de que ahora tenemos la oportunidad de hacer algo al respecto y lograr un verdadero cambio. La gente está tomando esa decisión de manera consciente: ¿quiero participar o no?

Para los blancos ha sido más bien algo pasivo, pero ahora se puede ver claramente si uno está dispuesto a marcar la diferencia. Se trata de escuchar en tu interior y ser parte de la solución, no del problema. El año 2020 podría ser un momento crucial para nuestro país por muchas razones y tenemos que aprovechar la oportunidad. Las elecciones presidenciales ya lo han demostrado.

dpa: ¿Qué sintió al ver que las estrellas de la NBA también se arrodillaron en la temporada de verano en forma de protesta al cantar el himno, sumándose a usted o a jugadoras de baloncesto que no reciben la misma atención de los medios?

Rapinoe: Ver que esto pasaba en todos los deportes fue alentador. La percepción, comparada con la de hace cuatro años cuando Colin Kaepernic se arrodilló por primera vez y yo lo hice un día después, ha cambiado mucho en poco tiempo.

También es alentador ver a los deportistas universitarios y profesionales haciendo oír su voz y usando su influencia para conseguir cambios. La realidad es que vivimos en una sociedad que está obsesionada con la celebridad y la cultura deportiva. Y ambas combinadas generan superestrellas, mucho más que los actores o las actrices u otros artistas. Los deportistas son nuestro bien más valioso en muchos sentidos.

dpa: ¿Qué tan significativo es que el gesto de Kaepernick sea emulado por futbolistas de todo el mundo?

Rapinoe: Es importante, pero más importante es lo que viene después. Todavía se le presta demasiada atención al gesto y menos a lo que Colin quería decir. 

dpa: La NBA está en el comienzo de la temporada y la NFL en los playoff. Los mensajes sobre justicia social y contra el racismo no están tan presentes como hace unos meses. ¿Es justo criticar eso o es normal que así sea?

Rapinoe: Hasta cierto punto, ambas cosas. Es difícil mantener ese mensaje permanentemente. Están pasando muchas cosas en este país: el coronavirus, nuevas reglas, las vacaciones invernales, la llegada de una vacuna, la transición presidencial. 

Hay un millón de cosas que están pasando ahora mismo. Lo entiendo. Además, solo porque no hables de ello todos los días no significa que no hagas nada. LeBron James es un buen ejemplo: obviamente está concentrado en el inicio de la temporada, pero al mismo tiempo está haciendo muchas cosas.

dpa: Recientemente, el equipo de Estados Unidos instó al Comité Olímpico Internacional (COI) que permita las protestas durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 y que cambie la Regla 50, que prohíbe cualquier tipo de manifestación política, religiosa o racial en las zonas olímpicas. ¿Cuál es su mensaje al COI?  

Rapinoe: En primer lugar, el COI nunca debería haber implementado esa regla. Obviamente fue una decisión tonta y miope, que desvirtuó todo el propósito. Así que tal vez lo repiensen.

Los atletas protestarán. Vienen de todo el mundo y este movimiento por la justicia social y los derechos básicos se ha extendido por todas partes. Entonces, ¿por qué en lugar de prohibir que los deportistas protesten, el COI, como una organización influyente y rentable, no trabaja para abordar algunas de estas cuestiones en ciertos países?

DATOS PERSONALES: Megan Rapinoe tiene 35 años y proviene de un pequeño pueblo en el estado de California, donde comenzó a jugar al fútbol de niña. Fue campeona olímpica en 2012 y campeona mundial con el seleccionado estadounidense en 2015 y 2019.

Rapinoe fue una de las primeras deportistas que se solidarizó con el jugador de fútbol americano Colin Kaepernick, quien en 2016 se arrodilló por primera vez y se negó a cantar el himno de Estados Unidos antes de un partido, en protesta contra el racismo y la violencia policial contra los afroamericanos.