Los políticos andan arralados. ¡Ni modo!, si cada semana el Iván Velásquez y la Thelma Aldana convocan a conferencias de prensa, y medio mundo agarra las margaritas para intentar saber por medio de la suerte si ¿me toca…, no me toca…?
Dicen mis colegas meseros que se han enterado que al menos unos diez diputados han ido a visitar al brujo de Boca del Monte para preguntarle si les va a caer la CICIG, si van a lograr la reelección y si terminarán en el bote en un futuro no muy lejano. Además de hacer buen pisto con los incautos diputados –aunque vivos para otras cosas–, el famoso brujo se queda muerto de la risa, porque a todos les repite lo mismo: Veo momentos difíciles en tu vida política. Puede haber cárcel; si no, habrá al menos un escándalo en tu entorno. Repitiendo eso, sabe que acertará con cualquier parlamentario que llegue.
En cambio, Manuel Baldizón, chispudo, como siempre, mandó a retirar toda la publicidad que decía LE TOCA, porque la verdad él ya no quiere que le toque en estos momentos, y por eso mejor se borró, después del clavito que le descubrieron a su vice, Edgar Barquín y a los arrimaditos de la Gana, Manuel Barquín y Jaime Lohayza.
No es por nada, pero me cuentan que el tatascán de Petén y del partido Líder está bien arralado por todo lo que está pasando. Parece que primero le metieron en la cabeza que demostrara todo su poderío trayendo un montón de mara, del campo a la capital, pero ahora anda con miedo de que el efecto Jueves Negro se pueda repetir y, como le pasó al general Efraín Ríos Montt, al que todo el mundo daba como ganador en cualquier elección, se quede con los colochos hechos.
Uno que les advirtió a sus aliados rojos que no se metieran en camisa de once varas, con eso de atemorizar a los capitalinos, fue Arístides Crespo, quien por primera vez está arralado, ya que podría perder su curul con el PP, un partido que apesta más que pescado muerto de las aguas turbias que llegan al lago de Amatitlán.
Pero volviendo a nuestro tema, me cuentan que la que anda como montaña rusa es la pobrecita –porque ya no puede usar su avión, helicóptero ni algunas de sus casas, carros y puntos…– Roxy Baldetti, que un día amanece con la depre, y a los pocos días está eufórica despotricando contra medio mundo, porque todavía cree que manda en el Gobierno.
Cuando sufre la depre –casi siempre los días jueves, por aquello de los paches de CICIG–, pide que le lleven una margarita, y empieza: ¿me toca…, no me toca…, me toca…, no me toca…? Ese mismo día tiene una reunión con su equipo de abogados, con quienes repasa la situación, mira cómo están las sociedades que tiene con sus cuates o familiares y, sobre todo, cuenta la platita que le están dejando, especialmente sus salones de belleza y su producción de brócoli, por aquello de que le quiten todo lo demás.
En el privado de un restaurante se reunieron el Salvador Baldizón y los hermanos Barquín, para jugar con la margarita y ver si ¿le toca…, no le toca…, le toca…, no le toca…? al candidato vicepresidencial. La conclusión a la que llegaron es que tienen el tiempo a su favor. El comentario del expresi de Banguat y ex superintendente de bancos, es sencillo, como lo explicó: Primero ganamos las elecciones, y a ver si entonces se atreven a seguir los procesos contra el vicepresidente electo. El aspirante a primer brother de la nación le dijo que el partido será el que te defienda, para evitar más metidas de pata.
Jimmy Morales está eufórico, porque me cuentan que si la CICIG provoca más descalabro a los rojitos de Líder, podrían pasarle organización de bases, para que sea la sorpresa de las elecciones y no deje que la Doña, Sandrita torres, pueda pensar siquiera si ¿me toca…, no me toca…, me toca…, no me toca…? Este Jimmy es repilas y ocurrente para los chistes. Según él, a mí me toca, porque así todos los chapines nos levantaremos todos los días con un chiste nuevo.
Todos andan con la camisa levantada. Roberto Alejos, que ya sabe que no le toca… ser candidato, está preocupado porque, después de que el apellido cobró notoriedad por la CICIG, puede ser que le cuenten las costillas con aquello de las plazas fantasmas que se crearon durante su gestión como presidente del Congreso.
Y en algún lugar que no queda en Guatemala, está uno que pensó que había dejado atrás eso de deshojar margaritas. Sí, Alejandro Sinibaldi ha tenido que comprar de nuevo estas frescas flores para preguntarse ¿me toca…, no me toca…, me toca…, no me toca…? Según dicen las buenas lenguas de la CICIG, tratarán de que en este caso sí le toque al exministro de Comunicaciones, porque se les pasó la mano con los negocitos. Ah, y parece que, además, le darán bono para varios de sus asistentes.
Pero falta mucho por ver, así es que sigue la montaña rusa. Faltan muchos para meter en el cuchubal, lo que hará falta son cárceles. Pero si no se mejoran las cosas en presidios, con los fichudos políticos que llegarán, pueden seguir haciendo su agosto… en pleno agosto.