Más de 20 elefantes abatidos en Birmania en 2017 (WWF)

 Rangún, Birmania | AFP |

Más de 20 elefantes han sido abatidos en Birmania en 2017, un récord para una especie muy amenazada por los furtivos y traficantes, que venden sus órganos y colmillos a la vecina China, advirtió este lunes la oenegé Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).

«Si la tendencia continúa, la población de elefantes habrá desaparecido en uno o dos años», en esta zona, avisó Rohit Singh, del WWF.

«Toda presión adicional sobre las jóvenes o las hembras en periodo de lactancia tendrá un impacto importante», agregó, mientras que, hasta la fecha, los machos están siendo más cazados, por sus colmillos.

Según WWF, la población de elefantes salvajes de Birmania es de entre 1.400 y 2.000 individuos, lo que convierte al país en la segunda reserva más grande del sureste asiático, por detrás de Tailandia.

El tráfico de animales salvajes está estimado en un monto de casi 20.000 millones de euros anuales en todo el mundo.

En Birmania, las presas se destinan principalmente a China, pero también al mercado local.

El número de elefantes salvajes se redujo a la mitad en menos de una década en Birmania. Quedarían entre 2.000 y 3.000, según datos del gobierno, mucho más optimista que el WWF.

Las principales razones de la disminución de la población de elefantes son la destrucción de su hábitat natural y la utilización del marfil, la piel y algunas partes del cuerpo de los paquidermos para la preparación de diversos ungüentos de la medicina tradicional.

La mayor parte de este comercio ilegal proviene del este del país, controlado por redes criminales, orquestadas y financiadas por potentes traficantes chinos, según los expertos, que lamentan la dejadez de las autoridades.

Cazar un animal en peligro de extinción es ilegal en Birmania, país que firmó la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), pero la multa máxima es inferior a 60 dólares y los enjuiciamientos, poco frecuentes.

Numerosos elefantes, una de las diez especies animales en peligro de extinción en Birmania, son abatidos o traficados de contrabando a Tailandia, donde se utilizan para el turismo.