El tercer trimestre del año ya pasó y, al igual que en los primeros dos, la economía nacional no repuntó, tal como lo previeron más de 80 empresarios de ocho sectores productivos encuestados por el Cacif en junio pasado, quienes revelaron varios de sus temores para el resto del 2016.
La persistente debilidad de la certeza jurídica; la carencia de una política de Estado en materia económica; una disminución de la inversión social que se refleja en bajos niveles de educación y salud; poca creación de empleo formal; y mayor corrupción son los factores que, según los empresarios, incidirían en el comportamiento de la economía en el resto de 2016. Y no se equivocaron.
Todo comenzó en marzo, cuando el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif) decidió realizar un estudio trimestral para recoger la percepción de los directores de las cámaras empresariales sobre los resultados económicos del trimestre en curso y perspectivas para el siguiente, tomando en cuenta cinco variables: situación general de las empresas; producción; ventas; exportación; número de empleos generados y por generar.
En junio se llevó a cabo otra encuesta y el análisis comparativo brinda el siguiente panorama sobre los resultados y las proyecciones en ocho sectores económicos del país:
En el primer trimestre, la producción y ventas reportaron estabilidad, en un 33 y un 40 por ciento, respectivamente. Para los primeros tres meses del año, el 36 por ciento dijo que la producción fue mayor y un 29 por ciento afirmó que las ventas también lo fueron.
En el segundo trimestre, se coincidió con la estabilidad, pues para el primer trimestre el 54 por ciento de los directores dijo que la situación general de las empresas fue estable, mientras que para el segundo, un 50 por ciento estimó lo mismo. Sin embargo, en este período solamente un 22 por ciento reportó que la producción fue mayor y un 23 por ciento, que las ventas también lo fueron.
El mayor contraste en el segundo trimestre fue que un 20 por ciento respondió que la situación general fue menor, contra un 11 por ciento en el primero. Asimismo, revelaron que la producción y las ventas fueron menores (23 y 31 por ciento, respectivamente).
Los resultados de las exportaciones y el empleo reflejaron un comportamiento similar para ambos trimestres. En el primero, un 46 por ciento de los entrevistados dijo desconocer el panorama de las exportaciones, y tres meses después un 52 por ciento dijo lo mismo (a pesar de que el Banco de Guatemala reporta las cifras cada mes). En cuanto al empleo, persistió una percepción de estabilidad: 56 por ciento en el primer trimestre y un 63 por ciento en el segundo.
Resultados por sector
Los resultados al segundo trimestre revelaron una percepción empresarial estable para los sectores agro y comercio, mientras que los exportadores y los prestadores de servicios revelaron resultados alentadores, aunque en términos de producción y ventas, los resultados fueron menores.
La construcción y el turismo evidenciaron por segunda ocasión resultados a la baja, principalmente ante las dificultades en términos de obtención de licencias y la falta de certeza jurídica para atracción de inversiones. Entre tanto, la industria reportó los mejores resultados en las cinco variables y el sector financiero se mostró consolidado y estable en términos generales.
Ahora bien, en cuanto a las perspectivas para el tercer trimestre, las expectativas en términos de empleo fueron estables para todos los sectores. Sin embargo, para el agro, construcción y turismo, las proyecciones sobre producción, ventas y exportaciones fueron menores, ante la caída de los precios de las materias primas en los mercados internacionales, las condiciones de desaceleración económica en el país y la falta de certeza para operar, sumado al panorama judicial por los casos de corrupción, que podrían incidir en una menor atracción de capitales.
Por último, se plantearon otras preguntas a los empresarios, siendo la primera ¿Cómo se ha comportado la economía en los últimos seis meses? A lo que la mayoría (48.84 por ciento) respondió que con altibajos y solo un 10.47 por ciento dijo que mejor. Respecto a si la coyuntura judicial ha impactado en las perspectivas de inversión de su empresa, el 54 por ciento dijo que podría repercutir, un 32 por ciento manifestó que ha tenido impacto directo y un 14 por ciento lo descartó.
En cuanto a los factores que podrían incidir en la economía nacional en los siguientes meses, las respuestas fueron enumeradas al inicio de esta nota y al comparar tales temores con la realidad, vemos que los juicios por casos de corrupción han avanzado poco y la economía nacional se halla casi estancada (el Producto Interno Bruto al segundo trimestre creció 3.4 por ciento en términos interanuales).
Además, la inversión social en lo que va del año es casi nula (la ejecución presupuestaria estatal es menos del 70 por ciento y eso se ha gastado en sueldos), la economía informal ocupa al 70 por ciento de la Población Económicamente Activa y casi a diario se descubren nuevos casos de corrupción. O sea, que los temores de los empresarios eran fundados.