Brote del río La Pasión es una mezcla de laguna y arroyo que sorprende por su belleza, flora y fauna
Guatemala tiene muchos lugares para descubrir. No cabe duda de que la naturaleza tiene cariño hacia esta tierra y es fácil comprobarlo. Uno de esos encantos especiales es “Cráter Azul”, una mezcla entre laguna y arroyo que nutre de vida al río La Pasión, en Sayaxché, Petén. Viajemos hasta allá.
Muchos hemos navegado por el río La Pasión (Petén) y nos ha sorprendido la transparencia de sus aguas, así como su entorno, rodeado de diferentes ecosistemas con rica variedad de flora y fauna. Sin embargo, hay rincones especiales que son menos conocidos y quizás con más magia, como es Cráter Azul
Si en el mar los corales ofrecen un espectáculo visual impresionante, en este lugar se puede apreciar una especie de jardín submarino, ahora admirado por los cientos de turistas que lo han visitado y quienes comentan que se trata de un paraíso maravilloso para disfrutar durante un día completo.
Cráter Azul se forma en un nacimiento de los muchos que alimentan La Pasión, ese río que tiene una extensión de 345 kilómetros de recorrido y termina siendo uno de los más importantes afluentes del Usumacinta, con desembocadura final en golfo de México. Este peculiar nacimiento de agua se ubica en jurisdicción del municipio de Sayaxché, es decir que está rodeado por centros arqueológicos de primera magnitud, como son El Ceibal, Dos pilas y Altar de Sacrificio, entre otros.
El nombre deriva de la forma de la laguna y el color de sus aguas. Por lo inmaculado de su entorno natural, este lugar puede considerarse santuario de la naturaleza y, como tal, debe ser cuidado y protegido por quienes llegan a disfrutar de sus maravillas.
El lugar
Describir Cráter Azul es hablar de aguas cristalinas, animales, peces, vegetación –tanto en tierra como submarina–. En pocas palabras, es un rincón maravilloso digno de verse. Hay que tener en cuenta que el impacto de disfrutar así la naturaleza no se presenta solamente al llegar al punto, pues ese entorno único se observa a lo largo del recorrido.
Lamentablemente en la región de Sayaxché se han instalado varias empresas para desarrollar monocultivos o ganadería, lo que hace que parte de su magia se esté transformado. Aún así, el recorrido lleva a cualquier persona a disfrutar de las bellezas naturales de Guatemala.
Se trata de un auténtico refugio de vida silvestre por la variedad de especies que se pueden identificar –principalmente si se viaja con un buen guía que conozca del tema–, como aves, tortugas, lagartos y algunos monos.
Por supuesto que llegar hasta Cráter Azul no es tan sencillo. Debemos tomar en cuenta que primero hay que llegar a Flores, la cabecera departamental, en donde lo mejor es hospedarse la primera noche, para iniciar el viaje hacia este paraíso muy temprano al día siguiente. Como bien sabemos, para llegar a Flores hay dos vías: aérea y terrestre.
Se puede tener contratado un tour desde la capital, en Antigua o en Panajachel con alguno de los tours operadores que cubren estos centros turísticos. Los precios varían, según el tipo de servicio que se quiera, pero definitivamente hay que tomar en cuenta que en el lugar no hay instalaciones y lo mejor es llevar todo lo necesario para este tipo de excursiones.
El primer recorrido es el tramo entre Flores y Sayaxché, que se hace por vía terrestre. Debemos tener presente que en ese departamento hay un clima tropical, por lo cual suele haber calor la mayor parte del tiempo y en la época lluviosa hay que estar preparado para el agua.
Sayaxché es un municipio importante de Petén y en su territorio hay vestigios de presencia maya que datan de hace más de tres mil quinientos años, pero no es sino hasta 1929 que es creado como municipio durante el gobierno de Lázaro Chacón. Su nombre proviene de la lengua maya Q’ekch’i y quiere decir horqueta de ceiba (Sayax – horqueta y ché – ceiba).
Ya en el poblado, hay que dejar el vehículo de tierra para abordar una lancha en la que se hará un recorrido que puede tomar hasta hora y media. Pero no hay que preocuparse, el recorrido es inolvidable, como luego lo es llegar a la laguna y poder nadar y disfrutar de esa agua tan cristalina.
Los afluentes de La Pasión son más cristalinos, y eso se nota en el arroyo El Pucté, que es el que nos lleva finalmente a Cráter Azul, en donde hay un pequeño muelle que permite atracar y disponerse a disfrutar de la experiencia de nadar o bucear en aquel paraíso azul.
Lo aconsejable es contratar un servicio que incluya –además del transporte por tierra y río–, un guía especializado que conozca del lugar, así como alimentos y bebidas, pues no se pueden comprar en el lugar. Es posible contratar también el servicio de buceo.
Cráter Azul no es un lugar muy profundo, pero en el centro de la laguna se pueden alcanzar los 7 metros. La transparencia del agua permite ver peces y flora con gran facilidad.
Quienes disfruten de este viaje lamentarán tener que darlo por terminado tan pronto, pero al volver podrán compartir con familiares y amigos una experiencia única como parte de las anécdotas de la Guatemala de las mil maravillas.
Esto es tan solo parte de LO NUESTRO, ya que Guatemala está llena de bellos lugares con magia natural, sitios arqueológicos o ciudades con historia propia.