PERSONAJES: … ¡Simplemente Gallardo!

Un artista expresa lo que siente, lo que ve, lo que quiere transmitir.  Pocos artistas nacionales tan definidos y controversiales como Manolo Gallardo.  Ha destacado en la pintura y la escultura hasta llegar a ser reconocido como una de las figuras mas destacadas de la pintura realista y surrealista latinoamericana.

“Es raro el crítico de arte o aficionado a serlo que no se haya ocupado del trabajo de Manolo Gallardo, lo cual no deja de sorprender porque se trata de una pintura ajena a las tendencias de la moda locales y muy distinta de la creación de todos los más reputados maestros. Por otra parte, el suyo es un trabajo profesional de consumado virtuosismo técnico del cual solo es fácil hablar de modo meramente descriptivo y anecdótico”.  Así describe el escritor Mario Monteforte Toledo (1911-2003) la obra de este pintor guatemalteco al que muchos llaman “irreverente”.

Una de sus obras mas sobresalientes se titula «Judas» (Reivindicación), en la que destacan los rostros de sus personajes, que son de personas que aceptaron modelar para la pintura.

Manolo Gallardo (10 de junio de 1936) es un artista que además de darle vida a los lienzos, le ha dedicado tiempo y creatividad a la escultura, al dibujo y a la fotografía. La pintura, su desdén, se caracteriza por su una impecable técnica académica, pero también con una elegante soltura, que abarca desde el retrato hasta el surrealismo, pasando por la interpretación de diversos temas históricos, mitológicos, folclóricos y políticos.

“Gallardo está muy consciente del balance entre el rigor académico y la visión del absurdo que tanto él como parte de la crítica sobre su trabajo denominan surrealismo. De hecho, él afirma que lo más surrealista que puede haber es la vida”, dice Monteforte Toledo en el libro Manolo Gallardo.

El primer cuadro formal de Gallardo, quien comenzó con sus “pinitos” en este arte a los 7 años, cuando con una barrita de yeso en la mano corrigió un león que acababa de dibujar su maestro para ilustrar un tema, fue el homenaje a su primo Roberto Ossaye Gallardo, también pintor, quien murió a los 27 años.

Basta obra en cuatro actos

La última exposición de Gallardo la montó antes de la pendemia en la Universidad Popular (UP), bajo el título “Interpretaciones Controversiales de los Grandes Maestros”, una serie de desnudos inspiradas en piezas consagradas de la historia del arte. Basarse en las obras de artistas que han sido su inspiración ha sido una de sus constantes en su carrera que puede dividirse en cuatro etapas.

Hasta 1957:  Este período fue marcado por dos hechos a los que el pintor considera “de mayor importancia en su vida de artista”, ya que fue cuando pintó el cuadro-homenaje a Ossaye y tuvo lugar su primera exposición individual, en septiembre de ese año en el Instituto Guatemalteco Americano (IGA)

1957-1970: En estos años comenzó sus estudios de arte en diferentes lugares: en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Academia Artium (Madrid), Academia Peña y Escuela de San Carlos de Valencia. Durante seis años pintó a la sombra de grandes maestros renacentistas españoles.

De vuelta en Guatemala: Al regresar al país, experimentó con la pintura abstracta y elementos del surrealismo. Además, contactó y expuso con el grupo Vértebra, integrado por Elmar René Rojas, Marco Augusto Quiroa, y Roberto Cabrera.

Estilo propio: Esta etapa, en la cual ha permanecido, comenzó con la reafirmación de su estilo, el que ya no siente la necesidad de cambiar, y con toda comodidad divide sus obras en “libres”, las que le producen una íntima satisfacción –como él mismo lo explica, y los retratos de personajes, muy reconocidos y cotizados por su excelencia artística.

La Guernica de Guatemala, es una «epopeya pictórica» que data de 1986, y es una de las preferidas del pintor guatemalteco.

Las piezas de Manolo Gallardo, según Monteforte Toledo, también pueden ser distinguidas de acuerdo con sus ejes inspiracionales, como la de las palomas de Chinautla, el terremoto, la serie de Antigua, los desnudos femeninos, los ángeles y las imágenes colectivas de la clase media en momentos dados de su desarrollo.

Sin secretos

Con frecuencia los artistas suelen tener bien guardados secretos de técnica de trabajo. Este no es el caso de Gallardo. “Considero cuestión de honor enseñar todo lo que sé, no me molesta, incluso, puedo trabajar con curiosos estudiantes o testigos presenciales”, comenta el pintor.

“Últimamente me he vuelto un poco más agresivo para expresarme, han ido cayendo en mis manos fotografías o encuentro en internet a los grandes maestros que me inspiran”, cuenta.

Un ejemplo de su gran calidad como escultor se puede apreciar en la «Mona Lisa guatemalteca», tallada en el año 2009 por Gallardo.

Murales: Amén de los retratos, que son rutina nunca menor de un mes, por lo general solo trabaja en un cuadro. Pero ninguna dimensión lo amilana, por eso, aunque no incorporados físicamente a las paredes, muchos de sus cuadros son verdaderos murales, no solo por el tamaño sino por la composición, el número de elementos y el sentido de conjunto. Algunas de sus obras con esta técnica se encuentran en una residencia de la Ciudad Universitaria de Madrid, en el teatro Abril y en el hogar para niños en la iglesia Shekina.

Premios: Ha recibido más de 50 premios, incluyendo la Orden del Quetzal en grado de Gran Oficial (1995). En el 2000 obtuvo el premio Meritorio Plástica, Arco Iris Maya y en el 2002 obtuvo el grado de Emeritissimum Universidad de San Carlos de Guatemala.