Las madres se reivindican en el Mundial de Doha

El pequeño Zyon fue el otro protagonista del domingo en el Mundial de atletismo. Su madre, Shelly Ann Fraser-Pryce, recuperó el trono en la velocidad al ganar la carrera de 100 metros de Doha-2019, dos años después del parto, y lo celebró jugando con el pequeño en la pista.

Pese a que la maternidad supone un parón importante en la carrera de una mujer deportista, en ocasiones definitivo, el domingo otras grandes figuras del atletismo demostraron, como Fraser-Pryce, que se puede volver al máximo nivel: Allyson Felix (4×400 m mixto) y Liu Hong (20 km marcha) se colgaron también medallas de oro en esta nueva etapa en sus carreras, después de un embarazo.

«Estoy muy feliz, con 32 años y después de haber tenido a mi hijo, poder ser campeona del mundo de nuevo…», celebró Fraser-Pryce en declaraciones a la BBC, sosteniendo a su pequeño en brazos mientras hablaba. 

«Mi fuerza ha sido Zyon, mi familia, mi marido. No me dejan que tenga dudas», sonrió.

La considerada versión femenina de Usain Bolt había dominado la velocidad femenina durante los años en los que su ilustre compatriota deslumbraba en las pistas.

Además de los títulos olímpicos en los 100 metros en Pekín-2008 y Londres-2012, Fraser-Pryce logró en Pekín-2015 su tercer título mundial en la distancia reina de la velocidad.

En los Juegos de Rio-2016, Fraser-Pryce tuvo que conformarse con el bronce, en una prueba que ganó su compatriota Elaine Thompson.

Muchos vieron ahí el inicio de un relevo generacional. Todavía más cuando poco después dejó de competir por su embarazo y su posterior parto en agosto de 2017, cuando nació el pequeño Zyon.

Pero la flecha de Kingston se esforzó por volver y en este Mundial de Doha-2019, su primera gran cita tras ser madre, ha demostrado que su apuesta era exitosa.

Su amiga Allyson Felix también era una mujer feliz el domingo en el estadio Khalifa.

A sus 33 años, la atleta estadounidense, la más laureada en la historia de los Mundiales de atletismo, firmó su duodécimo oro en un total ahora de diecisiete medallas, todo un récord.

No logró clasificarse para las pruebas individuales de Doha-2019, pero su éxito llego como integrante del relevo 4×400 metros mixto, una prueba nueva en el programa, en la que su país batió además un nuevo récord mundial (3:09.34).

El beso de la muerte

Para Felix, este éxito llega unos meses después de ser madre y tras la polémica por su denuncia pública contra Nike por la sustanciosa rebaja en su contrato por el parón en su carrera. 

En un artículo en el New York Times, Felix llegaba hablar de que la maternidad para una mujer atleta podía ser considerada por muchos como «el beso de la muerte» y el principio del fin de una carrera en las pistas. 

«Tener a mi hija aquí significa todo para mí», dijo la atleta californiana sobre la pequeña Camryn, de diez meses.

Felix explicó que Fraser-Pryce había sido «un apoyo increíble» en el último año y que se han dado consejos mutuamente.

«Estoy encantada por su regreso al mejor nivel. Espero que sirve de inspiración. Para mí, ella es una inspiración», aseguró.

En la exigente carrera nocturna de los 20 kilómetros marcha, el ‘Día de la Madre’ en Doha-2019 continuó, con la victoria de la china Liu Hong, campeona olímpica en Rio-2016, antes de tener un bebé.

«Es mi regreso tras haber sido madre, así que es un gran logro. Es como el inicio de una nueva etapa para mí», celebró la campeona.

En otros deportes, ser madre también supone un parón en seco de una carrera que luego cuesta retomar.

Un caso reciente es el de la tenista Serena Williams, que en 2017 tuvo a su hija Olympia.

Desde entonces ha vuelto a finales importantes pero no ha podido volver a ganar un torneo del Grand Slam, con lo que sigue estancada en 23 títulos en los ‘grandes’, a uno de igualar el récord de la mítica Margaret Court.

Con 38 años, el tiempo se acaba para ella. Pero no se arrepiente: «Quería ser madre por encima de todo».