Las 5 cosas que deja el Paro Nacional y la «claridad» que queda sobre la crisis nacional

  • Tras tres semanas de Paro Nacional, el más largo en la historia política del país, quedan en el ambiente muchas cosas que la población no veía en su totalidad antes.

Este domingo se hubieran cumplido tres semanas de Paro Nacional con bloqueos incluidos. Ahora, las protestas y exigencias públicas se harán bajo otra estrategia, sin bloqueos, pero enfocadas en exigir el respeto a la voluntad popular expresada en las urnas y las improbables renuncias de la fiscal general Consuelo Porras, su fiscal Rafael Curruchiche y el juez Fredy Orellana.

Durante esas tres semanas en las que el país vivió una aguda crisis político-social, la polémica se desvió del tema central al de discutir la validez y legitimidad de los bloqueos como medio de protesta que, sin embargo, fueron la herramienta que los pueblos originarios indígenas encontraron para elevar su voz y que esta fuera escuchada.

Los bloqueos fueron una consecuencia de las acciones del MP, responsable en el fondo, de todo lo que provocaron. Ahora hay un cambio de estrategia para continuar la defensa de la democracia.

El pasado viernes la dirigencia de los 48 Cantones de Totonicapán anunció que habría un «cambio de estrategia» para mostrar su «buena voluntad», pero aclararon que «la lucha por defender la democracia y exigir las renuncias continuará».

En los 20 días que duraron los bloqueos, salieron a luz muchas de las realidades de Guatemala, y el balance al día de deja tiene aspectos sociopolíticos positivos relevantes, aunque se reconoce el impacto negativo en la economía, como daño colateral causado por las acciones del Ministerio Público (MP) en su afán por boicotear judicialmente el proceso electoral y la llegada a la presidencia de Bernardo Arévalo.

Estos son los aspectos relevantes que ha dejado hasta la fecha el Paro Nacional:

1- ESTÁ CLARO… EL PUEBLO HABLÓ EN LAS URNAS: ¡BASTA YA DE CORRUPCIÓN!: En la elección de segunda vuelta se enfrentaron dos corrientes: el oficialismo, representado en la «aliada» Sandra Torres», y la corriente anticorrupción, representada por Bernardo Arévalo. El voto fue abrumador a favor del segundo con un 61% de los votos.

Más que votar por Arévalo y Semilla, los 2,441,661 de ciudadanos que le dieron la victoria, lo hicieron porque encontraron en su discurso anticorrupción la esperanza de que el país pueda cambiar en su tradicional forma de hacer política, cada vez más sucia y manipuladora.

2EVIDENCIAS SOBRE MANIPULACIÓN DE LA JUSTICIA: Desde muchos meses antes del proceso electoral se escucharon denuncias a nivel nacional e internacional sobre la forma en que el poder político ha cooptado al sector justicia, creando un marco de impunidad que puede ser inexpugnable.

Ese poder político, representado por la administración del presidente Alejandro Giammattei y sus aliados, lleva más de dos años persiguiendo a opositores y ex operadores de justicia que lucharon contra la corrupción, creando un marco que la CIDH denunció como muy cercano a las actitudes de régimenes dictatoriales como Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Hoy hay más conciencia ciudadana sobre el marco de impunidad que existe y lo peligroso que es. Las voces internacionales se escuchan más ahora en ese sentido.

El MP y Orellana son la «trinca infernal» que muestra la manipulación de la justicia por el sector político, pero en el fondo están también las cortes manipuladas y manipuladoras del Estado de Derecho.

3 – FUERZA Y VALOR DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS: El Paro Nacional fue convocado por autoridades indígenas ancestrales de diversas regiones del país, encabezados con los líderes de los 48 Cantones de Totonicapán. Como pocas veces se ha visto, la respuesta fue la paralización del país durante casi 20 días. Algunos pensaban que solamente Codeca tenía fuerza para hacer bloqueos, pero este movimiento fue mucho más allá. Hubo días con más de 100 puntos bloqueados en la red vial, lo que demuestra la fuerza que se mostró.

Más allá de los bloqueos, las comunidades indígenas de la mayor parte del país llevaron a cabo también demostraciones y manifestaciones en plazas y calles de sus pueblos y ciudades, en repudio hacia las acciones emprendidas por el MP.

4 – LA INTRANSIGENCIA DEL OFICIALISMO: en cualquier democracia medianamente funcional, un movimiento nacional pidiendo la renuncia de tres funcionarios hubiera provocado su salida. Ninguno de ellos llegó a contemplar la posibilidad de su salida, a pesar del repudio generalizado. En esta nueva etapa se verá si la intransigencia vuelve a llevar la crisis a un nivel de confrontación.

5 – FINALMENTE UN CAMBIO DE POSTURA EN EL SECTOR EMPRESARIAL: En el último día del Paro Nacional, el sector empresarial organizado se manifestó sobre la crisis. Mantuvo su postura de censura a los bloqueos, pero por primera vez se pronunció directa y contundentemente a favor del respeto a la voluntad popular expresada en las urnas y dijo que las autoridades electas «deben tomar posesión el 14 de enero».

Si bien el sector empresarial suele emitir su opinión por medio del CACIF, esta vez lo hico por medio de un pronunciamiento que suscriben las cámaras empresariales y sus organizaciones de carácter social.

El Paro Nacional se produjo luego de que el fiscal de la FECI, Curruchiche, por órdenes de la fiscal general Consuelo Porras, iniciara lo que se consideró un «asalto a la democracia» y el presidente electo Arévalo lo calificó como «golpe de estado en marcha». La FECI arremetió con allanamientos y otras órdenes libradas por el juez Orellana en contra del proceso electoral, el partido semillas y las autoridades del TSE.

Curruchiche ha amenazada con «demostrar» que hubo fraude electoral, lo que todos los grupos de observación electoral han rechazado y ahora lo hacen las organizaciones empresariales, que defienden a los amenazados integrantes de las mesas electorales, bajo la mira del MP.

La culpa de que hayan ocurrido los bloqueos son las acciones del MP. Ahora cabe esperar cual será la estrategia de los pueblos originarios para continuar con las protestas, porque ya lo han anticipado: «la lucha por la democracia no ha terminado«.