laRed: ¡Telele!

Crispino Picón Rojas

¡TELELE!

(Dícese de una persona a la que le da un desmayo, o un “apagón nervioso” por alguna cosa inesperada, como creerse presidenta y saber que no lo será jamás)

ESTA NOTA FUE ESCRITA ANTES DE LA CAPTURA DE SANDRA TORRES. EN LA CÁRCEL HABRÁ SUFRIDO DOBLE TELELE.

¿Y cómo no le iba a dar un ¡telele! a la pobre Sandra Torres, si ella ya se hacía de vuelta en la Casa Presidencial, dando órdenes a medio mundo, como el sueño recurrente que le ha acompañado todas las noches desde que tuvo que salir de ese recinto con todas sus chivas, divorciada de su entonces amado esposo, Álvarito Colom.

Y sí, si hace cuatro años le dio una fuerte depre por la cachimbeada que le pegó en poco agraciado cómico Jimmy Morales, esta vez fue peor, porque después de la primera vuelta, con más de 500.000 votos de diferencia sobre el doctorcito Alejandro Giammattei, ella ya se hacía en la gloria, nombrando ministros y dando órdenes a jueces, magistrados, diputados y a Raymundo y medio mundo, porque la verdad se sentía La Doña, dueña de Guatemala.

Un colega mesero, que es amigo de una joven que trabaja en el servicio de La Doña, me contó que el ¡telele! le dio la misma noche de las elecciones, pero se prolongó por varios días, agravado por lo que ella llama: la jodedera de los muchachones, que me querían ver humillada, llorando en una conferencia de prensa, o corriendo a otro país.

Mientras Gimmattei celebraba alegremente y se reunía con su nuevo amigo, Dionisio Gutiérrez y otros cuates para armar la pachanga y empezar a planear las estrategias de transición, La Doña se metió a la cama y me aseguran que no salió de las chamarras en más de 72 horas.

El presidente electo se envalentonó en aquel momento y juró ante amigos y la prensa que vamos a meter al bote a la tarántula –con los periodistas utilizó otras palabras–, y nos quitaremos a la bancada de la UNE suprimiendo ese partido.  Palabras duras que tienen asustados a viejos zorros del partido de la esperanza, convertido desde aquella noche en partido de la desesperanza, porque ya saben que nunca más volverán a la Presidencia.

Los ingredientes del famoso ¡telele! fueron varios.  Primero, por supuesto, ver que el sueño se disipaba, seguramente para siempre.  Ya estaré muy vieja para dentro de cuatro años (67 años) –repetía entre otras cosas–.  Luego no se explica por qué si era la candidata de los pobres, y los pobres son más, no gané las elecciones.

Pero hay otro aspecto que la hizo meterse tanto tiempo en la cama a llorar: lo peor de todo es que los que deben estar felices son Álvaro –su ex– y el Dioni (sapos y culebras al mencionarlo), porque me querían ver derrotada.  Pero lo que sigue intacto es su soberbia, porque en las primeras reuniones que sostuvo con sus diputados electos, no dejaba de repetir: ellos se lo pierden, ellos se lo pierden.

Los que más se preocuparon por el ¡telele! fueron los diputados de larga data, Marito Taracena y Orlando Blanco.  Además ellos fueron quienes llegaron a sacarla de la cama y le pidieron que asuma la derrota y se ponga al frente del partido, para evitar que nos siembren a todos.

Ambos le recordaron que hay que moverse con jueces, magistrados, el MP y las cortes, para evitar que se cancele el partido y que La Doña la vaya a parar a Santa Teresita, en una celda junto a su enemiga Roxana Baldetti.

Taracena y Blanco le recordaron que gracias a Dios ya no tenemos a la CICIG encima.  Ahora podemos confiar en la justicia chapina, la que siempre ha sido justa con nosotros y con todos los partidos políticos. Ellos están de acuerdo que sin la CICIG, no se hubiera cancelado ni a Líder ni al PP, por más que fueran promotores de corrupción.

Un ¡telele! distinto

El que me cuentan que ahora vive de telele en telele, es el pobre presi Jimmy Morales, porque siente que ya no le están poniendo coco en ningún sector.  Aparte de sus escuderos Enrique Degenhart y la otra gruesa, Sandra Jovel, los demás ministros se le bailan todo el tiempo, pero peor es con militares, empresarios y hasta pastores, que antes le respondían de inmediato a sus llamadas y ahora lo ignoran.

No solo quité a la CICIG y rescaté la soberanía nacional como querían los gringos, sino que ahora ya ni me reconocen todo lo que he hecho, más que todos los gobiernos anteriores juntos!!!.

Pero a diferencia de La Doña, los teleles de Jimmy vienen por lo nervioso que le dejan los traguitos y reuniones nocturnas, los cuales le provocan que al día siguiente ande como araña de Corpus, todo nervioso.

En fin, el ¡telele! se volverá común para algunos funcionarios cuando vean acercarse el día final de su gestión, sobre todo aquellos que se han servido con la cuchara grande en sus cargos… que son la mayoría.

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