La reina Isabel se declara «preocupada» por las acusaciones de racismo vertidas por los duques de Sussex

La familia real de Reino Unido se ha declarado este martes «preocupada» por las acusaciones de racismo vertidas por los duques de Sussex en la entrevista que concedieron a Oprah Winfrey, emitida el domingo.

«Toda la familia se ha entristecido al conocer todo el alcance de lo desafiantes que han sido los últimos años para Enrique y Meghan», lamentó el Palacio de Buckingham en un comunicado firmado por la reina Isabel II.

«Los asuntos tratados, particularmente el del racismo, son preocupantes», agregó, subrayando que estas aseveraciones deben tomarse «muy en serio» y abordadas por la familia «de forma privada». «Enrique, Meghan y Archie siempre son unos miembros de la familia muy queridos», concluyó.

Crisis

Altos cargos de la Casa Real británica han celebrado reuniones de crisis después de la entrevista, según la BBC.

Después los comentarios vertidos por la pareja, la Casa Real «no querrá apresurarse para decir algo», dijo la corresponsal de la cadena británica para la Casa Real, Daniela Relph.

Confesiones

Entre otros temas, Enrique y Meghan Markle abordaron el racismo, la salud mental y el tratamiento que les han dado los medios de comunicación y otros miembros de la familia real británica.

Una de las revelaciones más impactantes de la entrevista fueron las conversaciones sobre supuestas «preocupaciones» por el color de la piel del hijo de los duques, Archie, puesto que Markle es birracial. Winfrey matizó horas más tarde que ni la reina Isabel II ni su marido, el príncipe Felipe, hablaron nunca con la pareja sobre el color de la piel del bebé.

Por otro lado, Markle confesó haber tenido pensamientos suicidas durante su estancia en Reino Unido y Enrique reconoció que el racismo jugó «un gran papel» en la decisión final de abandonar el país.

El príncipe también cargó contra la prensa británica, subrayando que es «intolerante» y aseguró que «nadie» de la familia real británica se ha disculpado ni con él ni con Markle.

De la familia real, que describió con la palabra «sistema», dijo que es un «ambiente tóxico» debido a la «relación, control y miedo» que infiere la prensa sensacionalista británica.