La Red: ¡Cuchubal!

Crispino Picón Rojas

¡Cuchubal!

(Dícese de reuniones que hacen las señoras para repartirse la marmaja… el dinero, pues)

Algunos le llaman la reina del ¡cuchubal!.  Otros la conocen cómo la seño fantasía, porque todo lo que toca lo convierte en dinero contante y sonante, que luego puede repartir entre todos sus amigotes, jefes y demás liendres.  Me refiero a la hábil Emmily Meza Ayuso, quien se ha convertido en una experta para negociazos a toda madre, aunque pueden apestar… y mucho.

Pues bien, resulta que esta coqueta funcionara de bajo perfil, ha trascendido a las noticias por su eficiencia en lograr que cualquier Junta Calificadora en la que participa –ahora en el Fondo de Desarrollo Social (Fodes), bajo el paraguas del Ministerio de Desarrollo (Mides)–, haga lo que ella dicta, ya sea descalificando a empresas que no están alineadas, o llevando la decisión para premiar a aquellas que se han cuadrado mejor con las necesidades financieras del grupito del Cuchubal.

Pero esta vez estaba brinca que brinca de la cólera, porque la gente del diario elPeriódico la cachó cuando se le fue la mano, al adjudicar un negocio, nada menos que de Q16.6 millonesa una empresa de cuates –eso sí, bien gamonales– que no tuvieron ni la delicadeza de contratar una oficina para presentar una fachada regular.

Resulta que la empresa Importaciones y Servicios SCR, Sociedad Anónima, ganó el concurso para mejorar un camino rural en Jalapa, aunque resulta que es una S.A. que fue constituida con un capital de apenas Q1.800.00, para vender repuestos, dar mantenimiento o instalar aires acondicionados y otras cositas como esa, pero que jamás podría pensarse que pueden hacer un camino rural, porque ni maquinaria ni personal tiene.

Pues resulta que la coqueta Emmily se puso furiosa porque la agarraron con las manos en la masa, y tuvo que ponerse pronto en movimiento para que no le fueran a pasar la guillotina y la pusieran de patitas en la calle.

Como sabe que casos como el suyo se repiten en muchas dependencias del Gobierno, lo primero que hizo fue hablar con su súper chif, el ministro Raúl Romero, quien no pudo atenderla durante dos días, porque su apretada agenda,  ya incluía una reunión para discutir sobre los beneficios que le trae mantener el contrato de alquiler del edificio de Mides, por Q1 millón 152 mil mensuales, una renta que mejor podría usar el Gobierno para comprar un edificio.  Cosas veredes mi amigo Sancho, diría don Quijote, si hubiera tenido a la vista un contrato de esta naturaleza.

Pero ya me salí del tema.  El otro problema que tuvo que atender Romero, era el de la selección de edecanes, porque le gusta que siempre se renueven para el Ministerio.  Pero claro, no se podía perder de aquella reunión con la reina del cuchubal, porque a lo mejor le tocaba alguna marmaja extra por algún negocito.

Finalmente se reunieron y claro, lo primero que pensaron fue en tapar el clavo, porque fue muy grueso eso de darle un negocito de Q16.6 millones a una empresa de papel, que ni siquiera se ha tomado la molestia –además– de crear una página web.  Hoy en día, si no se tiene página web, da la sensación de que no existe la empresa… como es este caso real.

Pues el ministro dijo que él haría las llamadas picudas para que no salieran más liebres del cajón.  Lo primero, hablar con los amigos, de la comisión Presidencial contra la Corrupción.  — Esos cuates son bien derechos y todo lo que tienen que hacer, es lo mismo que hacen todo el año.  Miran para otro lado y no toman en cuenta las denuncias de la prensa.  En efecto, en su informe del primer trimestre del 2021, cacarean que han puesto a funcionar un buzón de denuncias y otros métodos para detectar, hechos de corrupción.  Por supuesto, ignoran –por política presidencial–, las denuncias de la prensa independiente.

El cuestionado ministro Romero le dijo a la reina del cuchubal, que tuviera cuidado, porque ya te chotearon, y prueba de ello es que algunos de los negocitos que ella llevó a feliz término con juntas calificadoras amañadas, han sido descubiertos por la prensa.  — Aquí no se trata de ser honrado, sino de aparentarlo.  Hay que hacer las cosas de tal manera, que parezcan transparentes.  Por eso el presidente Giammattei, nos dice siempre: ¡cuídense muchá!

En fin, lo que no sabe esta reina, es que puede ser que sus días como organizadora de cuchubales, se terminen pronto, porque ahora sus jefes ya no la ven confiable.  Se pela cuando lleva agua al molino que les conviene.  Hay quienes dicen ahora que, de ser considerada reina, parece un elefante sin tacto, porque deja huellas por donde pasa.