LA RED: ¡Con las manos en la masa!

Interioridades de la caída de Juan Francisco Sandoval, exfiscal de la FECI

Crispino Picón Rojas

¡Con las manos en la masa!

(Dícese cuando a una persona la agarran en algo chueco… metiendo las manos donde no debe… haciendo algo indebido, cuando es ¡cachado!)

¿A quién agarraron con las manos en la masa?

¡Ala puchis! 

Esa es la pregunta del millón.  La verdad es que la caída del valiente Juan Francisco Sandoval tiene que ver con esa frase tan famosa en nuestro país hace algunas décadas.  Si, porque lo que en verdad sucedió, fue que el fiscal  se puso a husmear demasiado cerca del círculo íntimo del presi, Alejandro Giammanetti, como le dice su colega mexicano López Obrador.

Y así, agarró ¡con las manos en la masa!,a Raymundo y medio mundo en la casa del mandatario, el Palacio, el Congreso, la Torre de Tribunales y demás dependencias oficiales y semioficiales. Me cuentan que cuando se enteró el mero mero, las cejas no le paraban, y dictó sentencia: qué no nos sorprenda, pero sobre todo, que la Cony lo saque del camino.

Qué deschongue se armó en su círculo íntimo, al que llamó a varios personajes para escuchar sus opiniones:

Hay que entrarle con todo a ese h…de…p… porque si no, se crecerá demasiado y no podremos pararlo, dijo indignado Miguelito Martínez, quien les contó a los presentes –todos reunidos en la casa del presi en la zona 15–, que Sandoval intentó allanar esa residencia y capturarlo a él, porque lo agarró ¡con las manos en la masa!, tomando vodka y haciendo business… negocitos, pues.

– Debemos tener  presente que a los gringos no les caerá nada bien.  Finalmente se darán cuenta de que les dimos atole con el dedo cuando vino la Harris, y nos pueden cortar el flujo de vacunas.  Entonces si nos amolamos.  Quién así se expresaba es Pedrito Brolo, el flamante canciller y receptor de las quejas de Washington, de los países europeos y de la ONU, pero ahora amigo de los rusos.

En ese momento, anuncian la llegada nada menos que de la fiscal general, Consuelo Porras, quien entra con paso firme somatando sus tacones. 

– Recuerden que yo hago solamente lo correcto, lo que mandan las leyes, por mi formación y vocación ética.  ¿Qué es lo que quieren que haga con ese patojo insolente y malcriado, que se cree por encima de mí? Entonces, se vuelve un merequetengue la conversación.  Todos hablan al mismo tiempo y piden la cabeza de Sandoval.

Las representantes de las cortes asociadas –la Suprema (CSJ) y la Constitucional (CC)–, Patricia Valdés y Leyla Lemus, dicen casi al unísono: – Este baboso nos va a llenar de antejuicios contra todo el equipo (de la alianza oficialista), así que mejor saquémoslo del camino lo antes posible.

¡Híjole!, la cosa estaba caliente. Con su ceja más levantada de lo normal, Giammanetti hacía como si estuviera meditando, pero en realidad, esperaba el guiño de ojo para confirmar lo que Miguelito le había pedido: – No dejés que nos agarre con las manos en la masa, salgamos de él y da la orden pronto a la Cony.

Antes de anunciar su decisión, el presi Giammanneti  quiere oír a su guru de la desinformación: – Que pase Poll Anria.El asesor panameño entra en medio de rumores y aplausos.  Le pintan el escenario, y le preguntan: – ¿Qué debemos hacer?

Este cuate no ve nigún problema serio a la vista: – Van a patalear los de siempre, pero nosotros responderemos con todo.  Hay que hablar con Ángel (González) y que nos ponga a disposición canales y la radio, yo me encargo de los netcenters y ustedes mueven a todos los líderes de la alianza.  Unidos, somos invencibles.

Alguien se atrevió a preguntar qué hacer si las manifestaciones crecen. –Pues calmamos a los cantones de Toto, y les recordamos que por la pandemia no puede manifestar nadie…

Todos estuvieron de acuerdo que lo que se diera, no podría ser peor que si Sandoval les sacaba sus trapos al sol.

Mi Fiscal General, creo que usted debe continuar en el cargo cuatro años.  Solo saltemos pronto este charco y hablamos de ese futuro maravilloso para la justicia guatemalteca, cuando sea reelegida para el cargo. ¿Le parece?

Le cambió la cara a la Cony –bueno, no hay que reírse, no dije mejoró la cara–: – Si el Señor Presidente me lo pide, me sacrificaré cuatro años más por el pueblo de Guatemala, que no merece nada menos. 

La razón de la caída de Juan Francisco Sandoval, fue por estar metiendo su nariz en dónde no lo han llamado… y por creer que podría cambiar Guatemala, aunque fuera un poco.

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