La Iglesia Evangélica Luterana nombra a la primera obispa transgénero de una fe cristiana en EE.UU.

La reverenda Megan Rohrer ha sido nombrada obispa del sínodo de Sierra Pacífico de la Iglesia Evangélica Luterana, que congrega más de medio centenar de cónclaves entre los estados de California y Neveda, un nombramiento que supone el primero de una persona trasngénero en cualquiera de las creencias cristianas en Estados Unidos.

  • Rohrer, quien desde 2014 se era pastora de una congregación luterana en Los Ángeles, ha sido elegida por 209 votos a favor, por tan solo dos votos más que el reverendo Jeff Johnson, y se instalará en la Iglesia de St. Matthew en Walnut Creek, California, para sustituir a Mark Holmerud, quien se jubila.

«Puesto que Dios nos da nuestra unidad en Cristo, podemos ver y respetar la diversidad dentro del cuerpo de Cristo. Respetamos y honramos la diversidad de historias, tradiciones, culturas, idiomas y experiencias entre nosotros y en toda la comunidad cristiana», señala la Iglesia Evangélica Luterana en América (ELCA), una mayores congregaciones de Estados Unidos, con 3.3 millones de feligreses.

Capellán

Conocida por su activismo y por su trabajo para las personas sin hogar, Rohrer, madre de dos niños, desde 2017 también se había estado desempeñando como capellán del Departamento de Policía de San Francisco.

Tras su elección Rohrer escribió en twitter: “La primera acción del Concilio de Nicea fue limitar a los trans el rol del liderazgo como pastores y obispos. Estoy muy orgulloso de que los luteranos de ELCA comiencen a desmantelar este y otros obstáculos para con los BIPOC* y los pastores LGTBQ“.

*BIPOC es un acrónimo en inglés de las palabras el acrónimo para catalogar al colectivo de personas “negras, indígenas y personas de color” (blackindigenous y people of color).

La ELCA es una de las congregaciones cristianas más progresistas de Estados Unidos, con una larga historia en ese sentido que se remonta a hace 50 años, cuando comenzaron a ordenar mujeres, entre ellas afroamericanas, para ostentar puestos de responsabilidad en las iglesias luteranas. No obstante, no fue hasta hace una década cuando los miembros de la comunidad LGTBQ pudieron integrarse en el clero.