La difícil elección de cara a 2020 este domingo

Análisis Crónica

Fortalezas y debilidades de Sandra Torres y Alejandro Giammattei; difícil encontrar cualidades de encanto.

El domingo 16 de junio, el mapa de Guatemala se pintó de verde ­–color dominante esa vez– y azul.  Los partidos Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) y Vamos por una Guatemala Diferente (Vamos), resultaron los partidos más votados en las urnas, aunque con una victoria amplia de Sandra Torres, sobre Alejandro Giammatei.  El 11 de agosto los guatemaltecos deben decidir entre uno y otro.  Entusiasmo no hay.

Sandra Torres (UNE) ganó la primera vuelta electoral con 1.122.909 votos, para un 25.53%, insuficiente para evitar la segunda vuelta o balotaje, en la que deberá enfrentar a Alejandro Giammattei (Vamos), quién alcanzó 624,025 votos para un 13.96%.  El país entonces se pintó mayoritariamente de verde, pero pocos días de volver a las urnas, las dudas invaden al electorado.

Tenemos que volver a votar por el menos malo, dice un ciudadano común en la calle, pero ese sentimiento se repite, principalmente en los centros urbanos, en donde ninguno de los finalistas parece generar un encanto especial.

Ambos contendientes se han centrado en buscar alianzas con alcldes en el interior, aunque la ventaja en ese sentido también parece favorecer a Torres, al menos como se veían las fuerzas hasta un mes antes del balotaje.

Las pocas encuestas que han circulado no parecen tener la confiabilidad del caso, sobre todo, porque en unas aparece Giammattei como favorito y entras en Torres la que sale ganadora.  La encuesta de ProDtatos –Prensa Libre– que se hizo antes de la primera vuelta electoral, pero preguntaba por una votación en balotaje, coincidía con dar el triunfo al candidato conservador de Vamos.

Con un panel de analistas, Crónicahizo una selección de las fortalezas y debilidades que muestra cada uno de los candidatos finalistas.  El resultado no es bueno para ninguno, por lo que se confirma la frase del ciudadano de la calle en que habrá que votar ­–como ha ocurrido casi siempre en los procesos anteriores–, por el menos malo, y no por alguien que se vea como ideal para gobernar.

Pocas fortalezas

Al hacer un listado de las características que se pueden calificar como fortalezas de aspirantes a cargos públicos, particularmente la presidencia de la República, ni Torres ni Giammatei muestran grandes cualidades, como puede apreciarse al analizar a cada uno de ellos:

Sandra torres es una socialdemócrata con discurso populista. El mayor peligro que representa, es que –de ganar– controlaría los tres poderes del Estado.

SANDRA TORRES: La aspirante de la UNE se ha presentado en dos ocasiones como candidata, pero se dio a conocer principalmente con el manejo que ella personalmente tuvo de los programas sociales en tiempo de su exesposo Álvaro Colom. En ella se reconoce:

Conocimiento del manejo de las instituciones del Estado.  Aunque no fue funcionaria pública como tal, participaba y dirigía las juntas del gabinete de ministros y giraba órdenes a casi todos ellos. 

• Partido con organización. La UNE ha logrado sobrevivir más que otros partidos que llegaron al poder.  Tiene el mayor número de alcaldes y tendrá también la bancada mayoritaria en el Congreso de la República.

• Liderazgo.  Ha demostrado que tiene poder de convocatoria y hace que los equipos de trabajo que integra a su alrededor trabajen para ella con lealtad.

• Trabajadora: esta cualidad es importante para un gobernante y se le reconoce por propios y extraños.

• Discurso a favor de soluciones sociales.  En un país con un rezago tan grande como el que existe en Guatemala, esto debe considerarse como algo positivo, aunque pocos creen que sea un discurso auténtico.

Giammattei completa su cuarto intento por llegar a la Presidencia de la República. Muchas dudas sobre él y su entorno.

ALEJANDRO GIAMMATTEI: El candidato de Vamos se ha lanzado cuatro veces por el cargo de la Presidencia, lo que le ha valido en esta ocasión por haber sido bastante conocido para el electorado en una campaña caracterizada por dificultades para que nuevos aspirantes pudieran darse a conocer.  Sus fortalezas:

• Conoce el Estado.  Nunca ha estado en la cúpula de poder, pero se ha rozado bastante.  El cargo de Director de Presidios no es una gran carta de presentación, aunque al haber sido funcionario público algo ha aprendido.

• Liderazgo.  En sus cuatro campañas presidenciales ha asumido el liderazgo, a pesar de no haber sido –hasta esta cuarta ocasión–, líder de los partidos que representó.

• Persistente.  Cuando trabaja en algo lo hace sin decaer, por malos que puedan ser los resultados.

• Trabajador.  Las personas de su entorno así lo manifiestan.  En esta campaña trabajó durante más de un año en la organización de su partido.

Larga lista de contras

En la otra mano encontramos que ambos tienen más aspectos negativos que fortalezas.  Muchas de las cosas malas que se observan en ellos o su entorno, las comparten.

SANDRA TORRES: Es populista de izquierda.  Su discurso la lleva a plantear muchas veces la confrontación social.  No son pocos los que temen que, en caso de ganar, pueda tomar el camino de Hugo Chávez o Rafael Correa.

Autoritaria e intolerante. Una mezcla que resulta altamente negativa y confrontativa para un gobernante.  Lo ha demostrado cuando fue primera dama y luego como candidata.  No acepta la crítica y utiliza el poder del Estado para ir contra sus críticos o adversarios.

• Entorno que la rodea.  La prensa ha escrito mucho sobre la gente que se encuentra a su alrededor y sus financistas.  En su afán por llegar al poder es capaz de hacer alianza con cualquier grupo.  Muchos financistas de ella son parte de quienes han cooptado al Estado con la corrupción.

• No delega ni trabaja en equipo.  Los funcionarios que podría escoger deben ser obedientes y no deliberantes. No acepta opiniones adversas.

• No lucha contra la corrupción.  No contempla ningún plan auténtico para rescatar lo que se pueda de la lucha contra la corrupción.  Sus promesas son las mismas que todos los presidentes han formulado antes.

• Ambiciosa.  La ambición es mala, pero la ambición de poder es peor.  Es un peligro muy grande, pues intentaría controlar todos los poderes del Estado y hay que recordar que el poder tiende a corromper y el poder absoluto, corrompe absolutamente.

• Representa la Vieja política.  Su partido y ella misma han sido parte de lo que se critica como la vieja política.  Se aferra a no hacer cambios al sistema político.

• No respeta libertades.  Lo ha demostrado con sus ataques a la prensa.

Como puede verse, pesan más los peligros que las fortalezas.

• No se le reconoce trayectoria de vida.  Lo más destacado a sido su participación como primera dama y luego como candidata. 

ALEJANDRO GIAMMATTEI: Igualmente tiene mucho peso negativo.

La gente que lo rodea. Militares, contratistas del Estado y grupos narcos relucen demasiado en su entorno.  Hay muchos que lo comparan con el que ha tenido siempre el presidente Jimmy Morales.

• Autoritario e intolerante: No gusta ni acepta la critica.  Le gusta que sus subalternos no discutan y cumplan sus órdenes son discusión.  No es amigo de la prensa.

• No lucha contra la corrupción.  En parte puede ser por la influencia de los grupos que le rodean.

• Representa también la Vieja política.  Al igual que su rival, él ha sido parte de varios partidos que han creado el actual sistema de partidos políticos. 

• Solo trayectoria como candidato. En su hoja de vida lo único que destaca es su participación como candidato a la alcaldía metropolitana y luego cuatro veces como presidenciable.  En los años entre una candidatura y otra no se le conoce actividad alguna.

Poca experiencia en puestos de poder. El cargo más importante que ha tenido es el de Director de Presidios.  No ha estado en puestos –ni en el sector público ni en el privado–, en donde tenga que tomar grandes decisiones y haya tenido que hacer negociaciones importantes.

Balanza en deuda

A la hora de hacer un balance, se puede ver que los dos presidenciables están tienen su balanza en saldo negativo.  Algunos ven en el autoritarismo más una cualidad que defecto, pero el riesgo de ello en un país como Guatemala resulta muy grande.

Los analistas que contribuyeron en la realización de esta lista de pros y contras de ambos candidatos concluyen en que ninguno parece la solución ideal para la coyuntura actual que vive el país.

Se concluye también que la no haber habido una eficaz y profunda reforma a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, esto ha facilitado que dos candidatos con trayectoria como tales –sin que eso sea un mérito necesariamente–, con mayor conocimiento, hayan despuntado en la primera vuelta y ahora se enfrenten en el balotaje.

Si en la primera vuelta la participación no resultó masiva, el domingo se espera mayor abstencionismo.

Se anticipa que un efecto que se dará es el de un marcado abstencionismo en la segunda votación, precisamente porque ninguno de los candidatos llega a levantar pasiones, aunque el mensaje populista de Torres si lo logre, especialmente entre los grupos sociales que se vieron favorecidos con los programas sociales de la UNE.

Para los analistas, Giammattei representa seguir más o menos el curso del actual gobierno, aunque con mayor definición en las políticas que se puedan dictar.

En el caso de Torres, aunque ha realizado un gran esfuerzo por presentarse de manera muy diferente a lo que fue cuando detentó el poder en el gobierno de la UNE, su pasado hace que los temores sean muy grandes.  Por eso ha tratado de hacer alianzas que le permitan remontar el llamado antivoto, que en las zonas urbanas parece ser su principal enemigo.