José Alfredo Calderón: Abstracción concreta de lo positivo y negativo del año.

José Alfredo Calderón E.

(Historiador y analista político)

Si bien hemos realizado ya el balance político de 2017, una pregunta muy concreta de una amiga periodista me hizo concretizar en tres aspectos positivos y tres negativos que han marcado el año. Difícil abordaje desde dos perspectivas:

  1. La supremacía de hechos y acciones negativas sobre las positivas, lo cual dificulta el balance;
  2. La gran cantidad de eventos y hechos sistémicos negativos que dificultan la priorización.

Pero atendiendo el enfoque de largo aliento en este proceso que se agudizó en 2015 y que toma un nuevo aire en 2017, pretendo anclar la mirada política en lo siguiente:

POSITIVO

A pesar del fortalecimiento del lado oscuro y del Pacto de Corruptos, el movimiento social –aún con intermitencias– se ha mantenido en pie de lucha. Distante eso sí de otros pueblos y contingentes ciudadanos más radicales (en su acepción de ir a la raíz de los problemas) y más contundentes, sostenibles y sólidos. El largo y tortuoso camino de la unidad se ha venido forjando y se puede decir que hay dos vertientes fuertes que todavía no se unen pero cuyas coincidencias no lo hacen imposible: Por un lado la Asamblea Social y Popular impulsada fundamentalmente por la USAC, AEU, CUC y amplios sectores de Sociedad Civil[1] y por el otro el movimiento campesino liderado por CODECA, CPO, CNOC, UNSITRAGUA Histórica y otros grupos.[2]

El segundo elemento positivo, es que a pesar de los embates contra la libertad de expresión, la lucha cerrada y valiente de los periodistas y de algunos medios de comunicación, ha disuadido al gobierno y al Congreso para no arreciar la obstaculización de la acción periodística y la libertad comunicacional. A pesar de lo anterior, si cabe resaltar varios ataques recibidos, con énfasis en los medios relacionados a organizaciones sociales, populares y campesinas. Ejemplos paradigmáticos se encuentran en el hostigamiento a la Comunidad de Medios Independientes –CMI– Prensa Comunitaria, entre otros.

El tercer elemento es la lealtad, persistencia y compromiso de la comunidad de migrantes hacia una tierra que los expulsó sin darles oportunidades, pero que ellos nutren –noblemente– con un aporte sin el cual, la economía guatemalteca ya hubiese colapsado. De hecho, contrario a las predicciones de los “expertos”, las acciones cavernarias de Donald Trump no solo no disminuyeron las remesas sino que las incrementaron. Sin perjuicio de lo que representa el aporte ya mencionado (vital para la economía nacional), esta actitud e impacto de nuestros compatriotas, demuestran el perfil trabajador, noble y comprometido de una población indígena[3] que ha sido estigmatizada en su propia tierra, como una partida de “huevones” y causantes del atraso nacional, según los obtusos criterios conservadores de una minoría que se considera “superior” en uno de los países más desiguales del mundo.

NEGATIVO

El primer lugar se lo lleva –por mucho– la persistente, absurda y sistémica actitud de quien usurpa el cargo de Presidente de la República, quien con el apoyo de los más oscuros personajes políticos y parainstitucionales, mantiene un bloqueo a la lucha contra la impunidad y la corrupción. Paradójicamente, el llamado a abanderar esa lucha es su principal opositor, por los amplios motivos de sobra conocidos. Si bien se detuvo la caída libre de Jimmy Morales, su deterioro político y moral continúa.

El país sigue descendiendo en su imagen pública internacional pero ahora la percepción se hace más sólida con las tres últimas calificaciones negativas de organismos internacionales, lo cual ya tiene serias repercusiones para la población guatemalteca pero que, el año entrante, se manifestarán con mayor fuerza.

Finalmente, el tercer elemento negativo lo constituye el estancamiento y/o retroceso en las metas asumidas como Estado para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Justicia, Salud, Educación y el Desarrollo Humano y Rural son las áreas de mayor impacto negativo.

Los tres organismos del Estado muestran colapso y deterioro flagrante y si no fuera por los factores positivos mencionados, la visita de cascos azules ya fuera una realidad. Dudo mucho que la “positivina” de los sectores más conservadores y doblemoralinos ayude en algo para revertir esta debacle. La lucha ciudadana de una plataforma amplia e incluyente si podría revertirla.

 

[1] La dos sociedades: la permitida y la contestaría.

[2] Para efectos de comprensión lectora mencionamos las siglas y nombres de las principales organizaciones: Universidad de San Carlos –USAC–; Asociación de Estudiantes Universitarios: Oliverio Castañeda De León –AEU–; Comité de Unidad Campesina –CUC–; Comité Coordinador de Desarrollo Campesino –CODECA–; Consejo de Pueblos de Occidente –CPO–; Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas –CNOC–; Unión Sindical de Trabajadores de Guatemala –UNSITRAGUA Histórica–

[3] Es ampliamente conocido que la mayoría de migrantes provienen de las poblaciones indígenas del país.