HRW compara a Bukele con Chávez y lamenta que en El Salvador quede «una fachada de democracia»

El director para las Américas de Human Rights Watch (HRW), José Miguel Vivanco, comparó al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, con el expresidente venezolano Hugo Chávez, al tiempo que lamenó que en el país centroamericano quede «una fachada de democracia».

«Es el mismo libreto y uno de los precursores fue Chávez (…) creía que con ganar las elecciones y referéndum podía reescribir las reglas del juego», señaló Vivanco en una entrevista concedida a Univisión, recogida por el diario ‘El Salvador’.

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Gobernar sin controles

«Hizo exactamente lo mismo con el Tribunal Supremo de Venezuela y luego cuando ya gobiernas sin controles, sin fiscalización, sin rendiciones de cuentas vienen los abusos y por supuesto las violaciones a los Derechos Humanos y la corrupción», agregó.

Vivanco expresó su preocupación por el control de Bukele del Legislativo y el Judicial. «Esta en este instante en una enorme concentración de poder y lo que queda de El Salvador es una fachada de democracia», dijo, reiterando que la situación actual en el país es resultado de la manera de gobernar de un «tirano» que se puede comparar a «lo que fue Alberto Fujimori (en Perú) en su momento y Hugo Chávez en Venezuela».

«Autoritario y agresivo»

Esta es la segunda vez que Vivanco compara a Bukele con Chávez. En abril ya señaló que ambos «tienen muchas similitudes» y que lo que más destaca es el carácter «autoritario y agresivo», subrayando que utiliza medios, redes e influencia para hostigar a aquellos que le cuestionan, critican o se oponen a él.

Así, Vivanco solicitó a la comunidad internacional, y especialmente a la Administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que emprenda «medidas concretas» para mostrar al presidente salvadoreño «que no puede transformarse de la noche a la mañana en un tirano y gobernar como un déspota en El Salvador».

Bukele se encuentra en el ojo del huracán después de que la nueva Asamblea Nacional del país, controlada por sus partidarios, cesara a varios jueces del Tribunal Constitucional y al fiscal general, lo que se ha interpretado como un ataque a la separación de poderes y ha generado críticas en la comunidad internacional.