Hospitales de Guatemala, símbolo de muerte 

Lejos de dar alivio a las enfermedades, los hospitales públicos se han convertido en lugares a los que la población llega a fallecer, especialmente niños, por malas prácticas médicas, falta de insumos y medicamentos. la mayoría de las defunciones de menores, 137 contabilizadas hasta el momento, han ocurrido en diferentes centros hospitalarios del interior y la capital.


La prensa ha informado sobre las tragedias, con titulares así: •Reportan muerte de seis recién nacidos en hospital • Señalan a practicante por muerte de bebé en hospital • Fallecen seis recién nacidos en hospital de Sololá • Diecisiete niños mueren en hospital de Huehuetenango • Mueren dos niños por falta de oxígeno en Hospital General.

Allison García, de apenas un año y tres meses de edad, presentaba fiebre. La preocupación de sus padres hizo que se dirigieran al Hospital Roosevelt, nosocomio referente a nivel nacional, en donde permaneció internada dos meses y medio hasta que falleció. Luego se supo que fue por negligencia médica y falta de medicamentos.

Esta tragedia no es aislada y ocurre con cierta frecuencia en el sistema de salud, en lo que va del año se contabiliza la muerte de al menos 137 menores, en su mayoría de cero a cinco años de edad.

Las defunciones suceden a causa de la negligencia médica, mala atención, carencia de insumos, falta de equipo y, sobre todo, escases de medicamento; es decir, se pudieron evitar. Así lo reporta la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH).

La mayoría de fallecimientos de niños se concentra en el interior del país; principalmente en los nosocomios de Chiquimula, Huehuetenango, Alta Verapaz y Sololá y en un contexto donde privan las condiciones de insalubridad, sin que exista la asepsia que se requiere en un centro asistencial y donde los pacientes son atendidos en condiciones de hacinamiento.

Pero el número de muertes de niños es más grande, debido a que, en ocasiones, los familiares de las víctimas no presentan las denuncias correspondientes. Ese fue el caso de los padres de Allison, que prefirieron evitar los procesos debido al desgaste que conllevó el tratamiento que en vano se tuvo con la bebé, que llegó a la pediatría del centro asistencial por una fiebre y al estar allí sufrío el contagio de una bacteria, la cual provocó que su estancia se alargara por más de 10 semanas.

Los médicos no informaban a los familiares acerca del estado de la niña, y hasta cuando observaron la gravedad de su enfermedad les dijeron que necesitaba un medicamento con el cual no contaban en el hospital, el cual tenía un costo de Q900.

Nunca informaron que no tenían el medicamento, hasta que vieron que no respondía, es lamentable, porque durante la hospitalización de nuestra bebé también fallecieron otros cuatro niños por las mismas condiciones, la sala estaba infectada y los doctores no decían nada, recuerda Elmer García, padre de la menor.

Cuando entregaron el cuerpo de la bebé, los galenos del hospital indicaron que falleció por tuberculosis, lo que no concordaba con el cuadro clínico que presentó a su ingreso y estadía en ese nosocomio. Los regalos de navidad se quedaron esperando a Allison, quien dejó de existir por la falta de insumos, las pésimas condiciones en que se encuentra el hospital y por negligencia médica.

Estos casos son encuadrados en delitos culposos, debido a que la mala práctica médica no está tipificada en el Código Penal y tampoco existe una fiscalía específica en el Ministerio Público (MP) que persiga estos hechos delictivos, y por ello las denuncias son conocidas por diversas fiscalías.

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Focos de luto

La muerte en hospitales, aunque es generalizada, se ensaña más con niños del interior del país, bajo la sombra de la crisis generalizada del sistema de salud, al que se suma la negligencia médica y la falta de insumos y la pésima infraestructura hospitalaria.

Del total de muertes de menores edad que ha podido contabilizar la PDH, más de la mitad se concentra en el Hospital de Chiquimula. En ese lugar, hasta abril se había denunciado el fallecimiento de 75 niños, el 55 por ciento de los 137 de los que tiene conocimiento la institución encargada de velar por el respeto a los derechos humanos de los guatemaltecos. Los casos se han documentado y denunciado en el Ministerio Público (MP).

En el nosocomio de Huehuetenango se ha denunciado la defunción de 17 menores de edad; en Alta Verapaz, 35; en Sololá, seis niños —por falta de ventiladores en el intensivo— y la magistratura de conciencia ha abierto recientemente un expediente de investigación por la muerte de cuatro niños en el Hospital Infantil de Infectología, ubicado en la ciudad capital.

Las muertes de estos niños evidencian el quiebre que hay en el sistema de salud, las autoridades han dicho que son niños prematuros, es realidad, pero eso sucede porque no se les suministra ácido fólico desde el 2013, subraya Zulma Calderón, jefa de Supervisión Hospitalaria de la Defensoría de la Salud de la PDH, quien asegura que esas muertes se pudieron haber evitado si los nosocomios contaran con el presupuesto idóneo.

Arturo Sánchez, jefe de la división de Salud del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos (Ipnusac) afirma que los hospitales son albergues de bacterias y gérmenes, puesto que no existe una asepsia adecuada, y este puede ser un factor que explique las muertes en los centros de atención hospitalaria, enfatiza que las autoridades deben revisar si se está cumpliendo con los protocolos para el manejo hospitalario.

Aparentemente, agrega Sánchez, estas bacterias surgen por el uso de sueros contaminados, vale la pena revisar los proveedores de soluciones médicas, salinas e intravenosas, las cuales van directamente relacionadas con este tipo de infecciones.

Mariano Rayo, exministro de Salud, comenta que si no se logra implementar al cien por ciento los protocolos para la atención de los neonatos; es decir, que haya salubridad y medicamentos y no exista hacinamiento, todo el esfuerzo que hagan los médicos se vuelve inútil. Asimismo, resalta que si a esto se le suma la negligencia médica, se vuelve una telaraña de problemas.

Crimen y castigo

La mala práctica médica no está tipificada en el Código Penal, por lo que estas acciones se encuadran en los delitos de homicidio culposo o lesiones culposas; específicamente, por negligencia, imprudencia o impericia.

José Toledo, catedrático universitario de derecho penal, explica que en la doctrina penal está el tema de la culpa, en donde se conceptualiza por nuestra ley la negligencia, imprudencia e impericia.

Si la persona muere estamos en un delito de homicidio culposo, si no muere y queda con impedimento o enfermedad crónica, estamos en un delito de lesiones culposas, dice el experto en Derecho Penal.

Asimismo, comenta que cuando un médico general de manera imprudente hace una operación de corazón o de una especialidad sobre la cual no tiene experiencia, se ha llegado a acusar como usurpación de calidad, en donde la pena es de 5 a 10 años.

Heidy de León, fiscal de Delitos Administrativos del MP, deja entrever que no existe una fiscalía específica para este tipo de delitos y que por ello los casos son conocidos, según se encuadre el delito, por diversas fiscalías.

Básicamente es el actuar de la persona que podría cometer el hecho delictivo, puede ser un incumplimiento de deberes de un funcionario o bien un homicidio culposo, la diferencia radica en si son trabajadores del Estado, o bien de centros privados, comenta la fiscal.

Sin embargo, estas investigaciones y sentencias no siempre concluyen satisfactoriamente, ya sea porque las partes logran un acuerdo o porque la justicia es tardía e incumplida; dejando solo algunos casos con sentencias firmes.

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Asignatura pendiente

Como telón de fondo las muertes de niños ocurren en un sistema de salud colapsado y en una permanente crisis que se manifiesta por la falta de medicamentos e insumos hospitalarios, limitado personal médico, precaria infraestructura y escaso presupuesto. De hecho, el informe nacional de Desarrollo Humano, presentado el pasado 5 de octubre, da cuenta de que las mejoras en los servicios de salud se estancaron a partir del 2006.

Uno de los últimos informes de la Procuraduría de los Derechos Humanos en donde se supervisaron 36 hospitales de los 44 que se tienen en todo el país, indica que los niveles de abastecimiento en medicina y material médico quirúrgico siguen siendo bajos.

En tal sentido se indica que el promedio de abastecimiento de medicamentos es del 67.7 por ciento, de material médico quirúrgico, 67.3 por ciento; mientras que todos los hospitales monitoreados reportaron equipo insuficiente en las áreas de quirófano (53 por ciento), rayos X (94 por ciento), banco de sangre (80 por ciento), laboratorio (94 por ciento) y cocina (80 por ciento).

Lucrecia Hernández, ministra de Salud, comenta que hay mejoras en términos de una ampliación presupuestaria durante mayo y agosto. Los hospitales en este momento han tenido una tendencia al aumento en disponibilidad de medicamento para un mes o más, y se espera que las cuotas que se están entregando permitan abastecer de aquí hasta marzo de 2017.

La ministra asegura que está a la espera de que se trasladen Q400 millones adicionales en transferencias interinstitucionales, empero, resaltó que es el Ministerio de Finanzas Públicas quien está evaluando de qué otras carteras pueden venir estos recursos.

Sánchez, del Ipusac, agrega que para evitar este tipo de muertes se deben implementar protocolos de atención que otorgan los pasos para tratar a un paciente y evitar infecciones, esto conlleva capacitación de personal. Es urgente que todo el personal reciba capacitación referente a las enfermedades nosocomiales y, por último, es importante la calidad de medicamentos que se adquieren.