Hartados por la corrupción, indígenas que plantaron la cara por la democracia ven rayo de esperanza con Arévalo

  • El movimiento indígena que mantuvo una lucha en defensa del respeto al voto popular, confían que Bernardo Arévalo luchará contra la democracia y la impunidad como lo prometió.

Voz de América

Houston Castillo Vado

«La nueva primera inició». Así ve el pueblo indígena de Guatemala al nuevo gobierno del presidente guatemalteco Bernardo Arévalo, quien asume el poder este domingo 14 de enero en medio de un sinnúmero de intentos del Ministerio Público de frenar este proceso democrático, según organismos internacionales.

Durante más de 100 días, unas 14 agrupaciones indígenas acamparon día y noche en las afueras del Ministerio Público, exigiendo la renuncia de la fiscal general de Guatemala, Consuelo Porras, sancionada por Estados Unidos, que la acusa de corrupción.

«Sin el pueblo indígena, Arévalo no podría haber llegado al poder y sorteado a estos demonios del Ministerio Público», gritaron unánimemente decenas de activistas la tarde antes de la inauguración de Arévalo.

«Estamos satisfechos de esta protesta. Creemos que él (Arévalo) acabará con la corrupción. Solo que esperamos que siempre seamos atendidos y escuchados», dijo a la Voz de América Ángel Sapón, un líder indígena guatemalteco.

Hoy numerosas delegaciones que representan a las autoridades indígenas ancestrales partieron de diferentes puntos del país para llegar a la capital para manifestar su respaldo hacia el nuevo presidente.

Guatemala cuenta una población indígena de un 44 %, el mayor porcentaje en América Latina, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

No obstante este sector se ha mostrado inconforme con los gobiernos anteriores ya que a su criterio «se han burlado del pueblo y de los indígenas. «Esperamos que este nuevo gobierno atienda las necesidades de las comunidades más rurales, no solo atienda a las comunidades urbanas», dijo a la VOA la líder indígena Feliciana Herrera.

Arévalo, de 64 años, hijo del expresidente Juan José Arévalo Bermejo, que gobernó la mitad de lo que se conoce en Guatemala como los “gobiernos de la primavera” -entre 1945 y 1954-, ha prometido que dialogará con este sector del país durante su mandato y reinvindicará sus derechos.

Sin embargo, de entrada Arévalo decepcionó a un sector de la población, ya que durante la presentación de su Gabinete solo nombró a una persona indígena como ministro. Se trata de Miriam Roque, la nueva ministra de Trabajo y Previsión Social.

Arévalo mencionó que quedaba en deuda con la pluriculturalidad del país y recalcó el sábado 13 de enero su intención de incorporar a estos pueblos en otros niveles de Gobierno.

Hartazgo con Giammatei

Del presidente saliente Alejandro Giammatei, los indígenas dicen estar decepcionados. «Giammatei le falló al pueblo de Guatemala», lamentó un indígena en las afueras del Ministerio Público.

La aprobación de Giammatei ha sido una de las peores en los últimos años en Guatemala. Una encuesta local lo ubicó como con la peor nota de los últimos cuatro mandatarios al ser evaluados al inicio de su cuarto año de gestión.