Arévalo completa hoy un camino a la presidencia plagado de obstáculos; promete democracia

  • Bernardo Arévalo asumirá hoy como nuevo gobernante con el apoyo de la sociedad a su promesa de restaurar la democracia y combatir la corrupción; analistas advierten que los obstáculos no desaparecerán fácilmente.

Voz de América

Yeny García, Salomé Ramírez Vargas y Houston Castillo Vado

CIUDAD DE GUATEMALA / WASHINGTON — El político socialdemócrata Bernardo Arévalo llegará este domingo a la presidencia de Guatemala como un «signo de esperanza» y la promesa de restaurar la democracia en el país, luego de haber salvado continuos obstáculos institucionales para impedir su asunción que no desaparecerán tan fácilmente, según expertos.

Tras su victoria frente a la exprimera dama, Sandra Torres, Arévalo sufrió continuos ataques y maniobras legales desde el Ministerio Público guatemalteco para inhabilitar a su partido, el Movimiento Semilla, y desconocer los resultados. El propio presidente electo llegó a calificar de intento de «golpe de Estado» las acciones de la fiscal general Consuelo Porras, sus fiscales y jueces por impedir el traspaso pacífico de poder.

«Creo que esto no terminará una vez que asuma el poder», dijo a la Voz de América, la presidenta del centro de pensamiento Diálogo Interamericano, Rebecca Bill Chavez. «Hay que recordar, por ejemplo, que el mandato de la fiscal general no ha terminado. Es muy probable que ella y otros sigan haciendo todo lo posible por socavar a Arévalo»

El futuro de Guatemala también se mantiene en el ojo del gobierno estadounidense, que estaría preparando formas de cooperación internacional para «apoyar los esfuerzos contra la corrupción» después de la toma de posesión de Arévalo. Así lo dijo el viernes a la VOA Eric Jacobstein, subsecretario adjunto de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental de Estado que cubre América Central, Cuba y la migración regional.

La Unión Europea ha anunciado también sanciones para quienes en el futuro inmediato cometan actos antidemocráticos en el país centroamericano.

En sus dos viajes a Washington, Arévalo habría expresado a EEUU la necesidad de «fortalecer las relaciones entre los dos países», dijo Jacobstein. «Se ha enfocado bastante en la transparencia… también hemos hablado mucho sobre la migración y como podemos cooperar en cuanto a la gestión de migración en la región».

Washington, por su parte, se ha enfocado en la cooperación económica y la inversión en la región, según el subsecretario.

Gobernar va a ser difícil

Para Bill Chavez, politóloga y experta en Latinoamérica, «usar las ramas del gobierno, en teoría de una democracia, para perseguir a un presidente elegido democráticamente, es increíblemente problemático», algo sobre lo que organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA) e incluso el gobierno de EEUU admitieron ver con «preocupación».

«No creo que le vaya a resultar fácil, creo que es importante reconocer que no tiene mayoría en el Congreso, así que gobernar va a ser difícil. Creo que ya hemos visto, por ejemplo, en la composición de su gabinete, que demostró un grado de pragmatismo y que va a enfrentar la oposición de formas legales y potencialmente en formas extra legales», pronosticó Bill Chávez, quien insistió en la comunidad internacional debe mantener su vista sobre Guatemala.

Sin embargo, la analista recordó que Arévalo es un presidente elegido por una clara mayoría (60,9 % de los votos) y destacó el apoyo de la sociedad civil guatemalteca, especialmente varios grupos indígenas, y su liderazgo en las protestas pacíficas y paros generales para exigir la dimisión de Porras y otros miembros del Ministerio Público, un «papel clave en defensa de la democracia» que «seguramente seguirán desempeñando», indicó.

«Veo a la presidencia de Arévalo como una oportunidad, como un signo de esperanza en todo el hemisferio», destacó Bill Chavez.

La esperanza en Arévalo: “Esperamos no nos defraude”.

En Guatemala la expectativa crece mientras se acerca el domingo. En las calles las personas se ven con emoción, por un lado por el hecho de que Arévalo asuma el poder finalmente, pero por otro algunos ciudadanos dicen que tienen pocas esperanzas en un cambio «radical» de políticas.

Pablo León, de 39 años, es uno de los guatemaltecos que votó a favor del candidato anticorrupción y dice que espera algo mejore en relación a los «estragos» que dejó el presidente saliente Alejandro Giammatei, cuya popularidad es la más baja en relación a la de los últimos cuatro mandatarios de este país, según una encuesta del medio local Prensa Libre.

«Esperamos que haya un verdadero cambio, necesitamos un mejor futuro», aseguró León, comerciante de profesión, en la icónica Plaza de la Constitución, en Guatemala, donde simpatizantes del nuevo mandatario esperan celebrar su asunción el domingo. «Esperamos no nos defraude».

En contraste, está Wendy Paola Rosales, de 47 años, una guatemalteca que dice que tiene pocas esperanzas en que la situación mejore, aunque reconoce que votó por Arévalo porque «no tenía otra opción».

«No tengo muchas expectativas por Arévalo, pero no tendríamos otra opción», señaló Rosales a la VOA, y agregó que el mandatario entrante enfrentará retos grandes como reducir la brecha de la pobreza que azota Guatemala y garantizar la seguridad.

«Espero que Arévalo haga cambios en muchas cosas, como el salario mínimo, la seguridad, mejore la situación económica por la carestía de la vida», dijo.

Aunque Guatemala es la mayor economía de América Central, según el Banco Mundial, el organismo estima que en 2023 un 55,2 % de la población vivía en pobreza.

«Mantener una sociedad civil activa, que apoye la democracia y monitoree a los que están en el poder es vital», insistió por su parte la abogada y experta en Derechos Humanos, Tamara Taraciuk, quien recordó que la mayoría de los gobiernos que asumen el poder con el apoyo popular viven inicialmente un «periodo de luna de miel».

Esto sucede por que los distintos sectores «ven una oportunidad desde el Gobierno para implementar las políticas que han tratado de impulsar durante muchísimos años», advirtió la directora del Programa de Estado de Derecho Peter Bell de Diálogo Interamericano.

«Creo que es importante poder mantener un balance entre los dos propósitos de la sociedad civil: aprovechar un gobierno con el que tienen más simpatía para avanzar en políticas públicas que apoyen el fortalecimiento democrático en Guatemala, sin perder de vista el rol esencial de monitoreo para asegurarnos que el gobierno de Arévalo, como cualquier otro gobierno, se mantenga dentro de las reglas del juego democrático», indicó Taraciuk a la VOA.

Militares y policías garantizarán seguridad

La asunción de Arévalo contará con un gran despliegue de agentes de seguridad que garantizarán la seguridad, tanto de la población civil que acudirá como espectadora, como los más de ocho mandatarios y diplomáticos que asistirán como invitados a la ceremonia.

«En esta actividad se está involucrando todo el Ejército de Guatemala prácticamente. Estamos hablando de más de 20.000 soldados de las tres fuerzas del ejército que van a estar actuando de manera interinstitucional con la Policía Nacional Civil en todo el territorio nacional», adelantó a la VOA el coronel y portavoz de la entidad militar guatemalteca, Rubén Téllez.

Téllez agregó que estarán movilizados en toda Guatemala, pero mayormente en la capital de este país, «atentos a cualquier amenaza» que se presente.

«Se está tomando en cuenta de que hay visitantes extranjeros y no nos podemos dar el lujo de comprometer la seguridad de un funcionario extranjero», sentenció Téllez.

Mientras que unos 38.500 agentes de Policía Nacional Civil estarán desplegados a nivel nacional para garantizar un ambiente seguro durante la transición de este este 14 de enero, según el gobierno guatemalteco.

En el caso de EEUU, el gobierno enviará una delegación que liderará la directora de la Agencia para el Desarrollo Internacional de EEUU (USAID, por sus siglas en inglés), Samantha Power. A este se sumará Brian Nichols, subsecretario de Estado, Tobin Bradley, embajador designado de EEUU en Guatemala, los congresistas Norma Torres y Lou Correa, Katie Tobin, asistente adjunta del presidente Joe Biden, entre otros.

Los habitantes del país confían también en que la ceremonia del domingo transcurrirá sin novedades. «Esperamos en Dios que la toma de posesión sea pacífica, eso es lo que queremos porque Guatemala es una nación democrática y recuerden que estamos en tiempo de paz y no estamos en guerra», insistió a la VOA Juan Ordoñez, un guatemalteco que planea acudir a la Plaza de la Constitución.

«Entregaré el poder»

A pesar de los múltiples intentos de una maquinaria estatal que trató de obstaculizar el camino a la toma de posesión, Arévalo asumirá la presidencia de Guatemala este domingo. El propio político había asegurado que no veía «otra alternativa desde el punto de vista legal».

«Lo que sí sabemos es que no nos la van a hacer fácil, que van a seguir usando cualquier medio, construyendo casos, tratando de obstaculizar. Pero la toma de posesión el 14 de enero es inevitable», aseguró Arévalo a una pregunta de la Voz de América durante un encuentro con la prensa el pasado noviembre en Washington.

También en la capital estadounidense, el saliente presidente Giammattei, aseguró el miércoles que, como mandatario, no es “quien juzga los resultados electorales, sino que mi deber es cumplir con la Constitución que demanda que yo no me pueda quedar un segundo más del 14 de enero a cargo del Gobierno”.

En su discurso final como jefe de Estado ante la OEA, Giammattei acusó a Estados miembros del organismo de «injerencia» en los asuntos internos de Guatemala y aunque no mencionó explícitamente a EEUU, sí criticó al gobierno que de manera unilateral “se atrevió a suspender la visa a más de 100 diputados del Congreso de la República, simplemente porque cumplieron con su deber”.

El mandatario concluyó que en Guatemala “no era necesario invocar la Carta Democrática” porque “los hechos hablan por si solos” y aseguró que el público sería “partícipe” de un “país democrático” cuando “le entreguemos (el poder) al presidente electo, Bernardo Arévalo”.

Jacobstein, por su parte, aseguró a la VOA que para EEUU «fue bastante importante utilizar todas las herramientas que tenemos para apoyar la transición pacífica en Guatemala». Entre ellas, la suspensión de visas.

«Es un privilegio tener una visa para entrar a EEUU. Como es un privilegio tener una visa para cualquier país del mundo y cuando algunos actores no están actuando en una manera democrática, nosotros tenemos el derecho de sacar las visas», agregó.

Aunque Jacobstein reiteró estar «absolutamente» confiado en que Arévalo tomará el poder este domingo, agregó que EEUU sigue «con mucha preocupación» los «intentos de la Fiscalía General de socavar la democracia» y se mantendrán atentos a lo que ocurra tras la toma de posesión de Arévalo

Desafiar el status quo sin romper la democracia

«Lo interesante de la candidatura de Arévalo y de su Gobierno es que llega al poder con un mensaje de desafiar el status quo sin patear el tablero democrático», señaló Tamara Taraciuk.

Según la experta, si la gestión de Arévalo es positiva, «lo que va a conseguir es poder mostrar que dentro de las reglas del juego democrático se puede abordar problemas como la anticorrupción, las necesidades del pueblo, las cuestiones sociales», por lo que es muy importante apoyarlo para que «pueda trabajar para fortalecer el Estado de Derecho, la independencia judicial y la independencia del Ministerio Público en Guatemala, que es una enorme deuda pendiente».

Una vez en el poder, va a ser «muy difícil que [Arévalo] pueda implementar las políticas que quiere llevar adelante en materia de anticorrupción y sociales. Por eso es particularmente importante el apoyo de la comunidad internacional de los EEUU y de la región, no sólo para el momento de la transición, sino para poder apoyar estas políticas que muestren que dentro de la democracia se puede responder ante las necesidades de la gente», concluyó.