ENFOQUE: EL COVID-19 pone al mundo de cabeza

Gonzalo Marroquín Godoy

Desplome de la economía, desinformación, coletazos políticos, países en cuarentena… y hasta estados de calamidad sin que se presente un caso!!!

El brote en diciembre pasado del coronavirus Covid-19 en la ciudad de Wuhan, China, se ha transformado en una pandemia que afecta a países de todos los continentes, con poco más de cien mil personas infectada y más de cuatro mil muertes –hasta el momento–.  Aunque el número de casos podría parecer reducido en proporción a la población mundial, esta enfermedad está poniendo de cabeza al planeta, al crear un caos que afecta la salud pública, además de golpear fuertemente la economía global, la política y las actividades sociales de todas las naciones.

El desplome el lunes de las bolsas de valores es un reflejo de la magnitud del caos que se está creando en todas partes.  China, pero también Italia, se han convertido en países en cuarentena, mientras en otras partes se toman medidas de prevención, incluyendo el caso de Guatemala, en donde el presidente Alejandro Giammattei se lanzó a dictar un estado de Calamidad Pública, sin que la calamidad, este presente siquiera.  Se fue a fondo, sin contemplar primero el lógico estado de Prevención, contemplado por la ley.

Las pandemias no son nuevas en la humanidad.  Se han vivido algunas verdaderamente devastadoras, como la de la famosa gripe española, que mató a más de 20 millones de personas –las cifras difieren, pero no fueron menos de ese número–, creando una crisis de mortalidad que no se ha repetido desde entonces (1918).

En este siglo se pueden contar las pandemias del SARS (2003), que provocó 700 muertes, la de la Gripe H1N1 (2005) con 18 mil muertes, el Ébola (2014), con 4.500 muertes y el Zika, que ha dejado a millones de niños infectados y causó también miles de muertos.  Es decir, que este tipo de enfermedades raras se presentan con alguna frecuencia y casi siempre con alta mortalidad.

En cada caso de los mencionados se ha dado gran cobertura informativa y se han tomado medidas sanitarias importantes, pero ninguno de los casos que hemos visto en este siglo alcanzan la dimensión –en sus efectos– que está teniendo el conavirus Covid-19.

Los efectos que estamos viendo en la economía son alarmantes.  Hay analistas que ven venir una recesión mundial.  También hay quienes dicen que muy pronto se detendrá su avance y volverá la normalidad, pero lo cierto es que, por el momento, el caos está reinando.

El mundo de los deportes y de los espectáculos están pagando ya una factura muy alta.  Ahora mismo Italia, España y otros países europeos están prohibiendo que los partidos programados se jueguen con público, lo que representa pérdidas de millones de euros en cada partido.  La NBA piensa hacer lo mismo, aún con la gigantesca danza de millones que mueve en cada partido en esta etapa de la competencia.  Aunque no se han cancelado, corren peligro grandes eventos, como los Juegos Olímpicos, la Eurocopa y la Copa América, para solo citar los más importantes.  Lo mismo sucede en los espectáculos artísticos, la mayoría de los cuáles se están cancelando de país en país.

Guatemala, por suerte, no ha registrado ningún caso hasta el momento, en parte, gracias al poco movimiento internacional que hay en puertos y aeropuertos.  A mi parecer, decretar el estado de Calamidad de manera anticipada, no tiene sentido.  No se como en consejo de ministros nadie dijo que solo se puede decretar ese estado cuando HAY una calamidad pública.  Ojalá no sea para aprovechar las ventajas que concede este estado de excepción para realizar compras y contrataciones sin los controles normales.

Hasta el momento se podría haber actuado de manera preventiva en muchos sentidos.  Por ejemplo, se pudieron hacer campañas de comunicación intensiva –que no se han hecho–, para informar correctamente a la población de las medidas sanitarias a tomar en cuenta.  Con ello, se podría disipar un poco la desinformación, porque en las redes sociales se ven noticias falsas –fake news– todo el tiempo.

Muy pronto veremos ciertos coletazos políticos.  Uno de ellos será el que recibirá Donald Trump en pleno año electoral, pues no es seguro –más bien, es improbable– que la economía de Estados Unidos sea tan robusta como él anticipaba.  No será su culpa, pero no tendrá esa herramienta fuerte a su favor.

En el caso de los gobernantes y políticos de nuestro trópico, tendrán que navegar con cuidado, porque un mal paso en la crisis les puede meter en un agujero, aunque también el buen manejo que puedan tener, les haría ganar bonos.

Nosotros como país chico y con un sistema de salud deficiente, corremos peligro en caso de la llegada del coronavirus Covid-19, pero si como sociedad asumimos una actitud responsable, se puede evitar una verdadera calamidad. 

NOTA: En este link puedes ver en tiempo real, el número de infectados y fallecidos por el COVID-19.: https://infographics.channelnewsasia.com/covid-19/map.html

Una aclaración

En mi columna del sábado anterior, consigné que UNOPS era una especie de ONG vinculada a Naciones Unidas, cuando lo correcto es que se trata de un organismo que forma parte de la ONU. UNOPS ha contribuido a disminuir en cientos de millones de quetzales el dinero que se invierte en medicinas, vendiendo a precios más bajos que los que tradicionalmente obtiene el Estado con distribuidores locales de las grandes farmacéuticas.